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Regulación

Entre expectación e incertidumbre

Las empresas de energías limpias esperan del nuevo Gobierno una normativa clara que devuelva la confianza en las renovables.

Tengo capacidad de duplicar la estructura de mi empresa, pero el contrato es a seis años vista, y sí lo haría, pero ante esta incertidumbre prefiero no hacerlo". La sentencia, que recuerda al escribiente Bartleby del cuento de Melville, plasma el estado de ánimo de una empresa mediana de renovables en España ante la incertidumbre en la que el sector espera la llegada del próximo Gobierno, cuyo programa electoral respecto a las energías limpias está plagado de ambigüedades.

Ya sea en eólica o solar fotovoltaica, las dos tecnologías que han tirado hasta ahora de la industria de las renovables en España, las empresas esperan acontecimientos en un revoltijo de sensaciones. "Es francamente difícil que el nuevo Gobierno lo haga peor que el saliente en materia fotovoltaica. Partiendo de esta base, hay de todo: preocupación, por la escasez de financiación y el poco margen de maniobra futuro; indiferencia, porque los ingresos vienen de la actividad exterior; desconcierto, por la ambigüedad y el desconocimiento que reflejan las propuestas políticas en materia energética; esperanza, por una difícil recuperación de la confianza y la seguridad jurídica, y temor, sobre todo por la renovada presión de las empresas eléctricas contra nosotros", resume Javier Anta, presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (Asif).

Tras el boom que experimentó la tecnología solar fotovoltaica hasta 2008, el sector lleva parado más de dos años. El 30% de las empresas han desaparecido y las que aguantan lo hacen gracias a la actividad en otros sectores o en el extranjero. "Esas cifras, además, van a empeorar a corto plazo con la aplicación del recorte retroactivo del 30% a la retribución que se aprobó a finales del año pasado y que está siendo recurrido en tribunales nacionales y en un arbitraje internacional", añade Anta.

Aunque sea en otros términos, la situación no es mejor entre las empresas eólicas, un negocio más maduro, que casi ha alcanzado los precios de mercado respecto a las energías convencionales, pero que se enfrenta al vacío de una regulación incierta a partir de 2013. "Después de años de consenso, que ha permitido un crecimiento paulatino, en este periodo es todo lo contrario: incertidumbre, inestabilidad. Lo que quieren inversores y empresas es un marco de certidumbre para poder trabajar", explica José Donoso, presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).

Al margen de una normativa que fije una retribución de las primas a largo plazo, los eólicos piden, sobre todo, un pacto de Estado energético, "que no cambie cada vez que cambie el secretario de Estado. Debe de ser un pacto que implique a agentes de nuestro sector y a las comunidades autónomas", prosigue Donoso. Mientras, la prioridad para estas empresas es "un marco regulatorio estable, claro, sencillo, previsible, que permita desarrollar esta actividad", afirma.

Para una industria cuyo volumen de exportación alcanza 2.000 millones de euros anuales, la siguiente prioridad es recibir apoyo para la internacionalización del sector. Mercados tan diversos como China, Brasil, India o Polonia están absorbiendo la actividad que no se desarrolla en España.

Si la situación no cambia, las eólicas "se verán abocadas a la deslocalización, cuando debe de haber un mercado nacional como base para exportar. Los centros productivos deben estar más próximos de los centros de consumo", concluye Donoso.

Más rotundo sobre el panorama se muestra un especialista en contratación de personal en renovables: "Las empresas tienen miedo. Hay compañías que no están contratando por la incertidumbre política, no se sabe qué hará el Gobierno porque no hay medidas claras".

Las cifras

2013 es el año en que finaliza el actual marco normativo para la energía eólica.2.000 millones de euros anuales alcanza el volumen de exportaciones de las empresas españolas de energía eólica.30% de las empresas de solar fotovoltaica han desaparecido en los dos últimos años.

Siemens pide una tarifa atractiva

Para Siemens, líder en energía eólica marina, con un parque de 2.200 MW de potencia instalada en offshore y uno de los buques insignia en investigación puntera para esta tecnología (la compañía ha fabricado una turbina flotante para aerogeneradores en alta mar), lo más urgente es "una tarifa lo suficientemente atractiva para las promotoras y para las entidades financieras", explica Rafael Fiestas, director general del sector energía de Siemens.La compañía comparte con otras empresas la urgencia de acotar una normativa para las renovables. "No vemos un no por respuesta, porque se está destruyendo tejido industrial. Hay que parar esta sangría, es un sector estratégico para nuestro país, no solo para eliminar la dependencia de los combustibles fósiles, sino también como trampolín para exportar", concluye Siestas.La compañía espera asumir un papel preponderante en renovables en España, pero para ello "necesitamos recursos".

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