EADS, el Gobierno y el primo de Zumosol
La crisis y los consiguientes problemas presupuestarios están pasando factura a las relaciones entre el Gobierno y algunas empresas de peso. La actual situación financiera está llevando al Ejecutivo a no poder cumplir algunos compromisos de compra que había cerrado o anunciado. Y estos recortes están tensando las cuentas de algunas compañías para las que el apoyo gubernamental es clave.
Uno de los casos más claros es el del grupo aeroespacial EADS. El consorcio presenta hoy sus cuentas del tercer trimestre, con unos resultados que los analistas esperan "modestos" y que podrían venir lastrados por unos costes extras (de hasta 500 millones de euros, según Oddo Securities) asociados al desarrollo del nuevo avión A-350.
En el actual contexto de ajustes, los responsables del grupo han decidido elevar su presión sobre el Gobierno español en diferentes frentes, en una escalada en la que ya empieza a asomar la amenaza de la deslocalización. Un aviso serio en un país con 4,9 millones de parados y que recuerda a la táctica que usaba aquel niño en el popular anuncio de Zumosol: o me das lo que quiero o llamo a mi primo, que esta vez vendrá en forma de destrucción de puestos de trabajo.
Primero fue el consejero delegado de EADS, Louis Gallois, quien, hace tres semanas, rompió su tradicional discreción y convocó una rueda de prensa en Madrid para denunciar que España le debe 750 millones de euros por el caza europeo Eurofighter. Una cifra que corrigieron desde el grupo, posteriormente, y redujeron a 600 millones.
Hace pocos días ha sido el máximo responsable de la compañía en España, Domingo Ureña, quien ha escrito una dura misiva al Ministerio de Ciencia e Innovación después de que dos proyectos presentados por la filial Airbus quedaran fuera de las ayudas que concede el CDTI en el programa Innpronta. En la carta, que se ha hecho pública, Ureña muestra su "decepción y desconcierto" por la decisión del CDTI y advierte que esto puede suponer que el grupo se lleve a Alemania o Francia la actividad que realiza en España en nuevos materiales (tipo fibra de carbono). Además, avisa que puede quedar en el aire la Fidamc, un centro de investigación compartido con la Comunidad de Madrid y con el CDTI.
El tercer capítulo de esta serie de advertencias al Gobierno tendrá lugar, casi con toda probabilidad, el próximo día 24, cuando se presente el helicóptero militar NH90 en Albacete. Los responsables de Eurocopter, la filial de helicópteros de EADS, volverán a reclamar un esfuerzo (léase, contratos) a España para mantener la actividad en la fábrica castellanomanchega.
EADS sabe que puede presionar al Gobierno. Su principal baza (ese primo de Zumosol) es que es la principal empresa impulsora del sector aeronáutico en el país, que trabaja con 2.400 empresas y que da empleo a más de 10.000 personas.
Alemania, en el capital
Sin embargo, el grupo se arriesga a morder una de las manos que le da de comer. Porque, aunque formalmente privado, el consorcio depende sobre todo del apoyo político (y económico) de tres Estados (España, Francia y Alemania). El alemán, por ejemplo, anunció ayer que entrará con capital público en su accionariado, tomando un 7,5% que ahora está en manos de Daimler.
¿Hubiera podido sacar adelante el grupo los nuevos aviones civiles de Airbus sin los préstamos en condiciones extraordinarias facilitados por los Gobiernos? ¿Habría sobrevivido el A-400M sin la inyección adicional pública de 3.500 millones? ¿Recuerda EADS que, solo en España, participa en grandes contratos militares de unos 21.395 millones? El peligro de ciertas estrategias es que el primo de tu rival sea más grande que el tuyo.