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Cifras publicadas por el Banco de España

A las familias les cuesta mucho reducir su deuda hipotecaria

Este año será el primero que cierre con un saldo vivo inferior al anterior

Precios de la vivienda
Precios de la viviendaThinkstock

Uno de los argumentos que se utiliza para atacar a España y su situación económica no es tanto el endeudamiento público y sí el privado. Las últimas cifras publicadas por el Banco de España, relativas al segundo trimestre de este año, muestran cómo el total del crédito a empresas y hogares se elevó a finales de junio a más de 1,8 billones de euros, de los cuales la mitad fue para financiar actividades productivas.

Así, las familias mantenían en esa fecha una deuda total de más de 804.257 millones de euros, un 2% menos que en idéntico periodo del año anterior.

De esos créditos, el 77,7%, es decir, más de 625.000 millones de euros, corresponde a préstamos para adquisición de vivienda, apenas un 0,8% menos deuda que la que atesoraban un año antes. ¿Quiere esto decir que los hogares no han comenzado aún de manera mayoritaria el desapalancamiento que tanto reclaman los mercados a España? Los números agregados parecen querer decir eso.

La caída de los ingresos impide una amortización más rápida de la deuda

De hecho, llama la atención que después de tres años de dura crisis económica, 2011 vaya a ser el primer ejercicio que finalice con un saldo vivo de deuda hipotecaria de los hogares por compra de vivienda inferior al de un año antes.

Al cierre de 2010, la deuda de las familias por adquisición de casa ascendía a 632.449 millones de euros, todavía un 1,2% superior a la registrada un año antes. Después, nada más comenzar este 2011 la tendencia a la baja parece haberse consolidado definitivamente.

No se vende ni un piso

Esta tibia reducción de la deuda de las familias se explica por varios factores. El primero de ellos es la crisis. Después de tres años, son ya una mayoría los hogares donde han disminuido sus ingresos totales, bien por la pérdida de empleo de alguno de sus miembros o bien por verse afectados por reducciones o congelaciones salariales.

Con esta tesitura es más complicado que en el pasado destinar una parte del ahorro a la amortización anticipada de la hipoteca pendiente. Y es que fuentes del sector bancario admiten que mientras los plazos medios de contratación no bajan de 22-24 años, el tiempo real que tardan las familias en cancelar esas deudas es sensiblemente inferior, de poco más de una docena de años; aunque no existen estadísticas fiables sobre este particular, admiten las mismas fuentes. A una situación ya de por sí delicada de la economía doméstica se une que el euríbor retomó hace varios meses una senda alcista, solo truncada parcialmente en los últimos días con el anuncio del BCE de rebaja de los tipos de interés oficiales. Pese a esa rebaja el euríbor se mantiene por encima del 2%. Otro de los factores clave que ya se deja sentir en el volumen de deuda hipotecaria es que apenas se registran transacciones inmobiliarias. Las últimas estadísticas publicadas apuntan una caída de las ventas del entorno del 40%, según sea la tipología de la vivienda.

En principio, el desplome de las ventas se explica por sí solo por los datos macroeconómicos: actividad estancada y cinco millones de parados. Además, bancos y cajas han endurecido hasta tal extremo las condiciones para la concesión de hipotecas que hasta un 75% de las pocas ventas de casas que se llegan a formalizar se van al traste en una primera intentona por falta de financiación.

Para saber hasta qué punto la crisis ha hecho mella en la cultura de los hogares y ha cambiado los hábitos de estos a la hora de decidir cómo pagar sus bienes de consumo, probablemente haya que esperar más trimestres y ver cómo evoluciona el endeudamiento.

Lo que sí es cierto es que los préstamos al consumo no han dejado de caer desde el mismo inicio de la crisis en 2008 (ver ilustración). Si en 2007 las familias tenían deudas por 56.576 millones de euros para la compra de bienes de consumo duraderos (coches y electrodomésticos, entre otros), un año después el saldo vivo ya había disminuido un 4,2% y el 30 de junio pasado ascendía a 40.201 millones, un 28,9% menos

¿Cambiarán los hábitos del crédito por la crisis?

El Banco de España comenzó en 2005 a publicar el volumen de créditos con garantía hipotecaria cuya finalidad no era la compra ni rehabilitación de vivienda.En aquel año, los hogares españoles financiaron con préstamos hipotecarios bienes o servicios (viajes, cursos) distintos a la compra de una casa por valor de 25.834 millones de euros. Un año después ese saldo se había disparado un 37%, hasta sumar 35.392 millones. En el tercer trimestre de 2010 alcanzó su máximo, de 54.621 millones, un 111,4% más que cinco años atrás. También esta clase de prácticas parece que ha tocado techo. En apenas tres trimestres, ese volumen de crédito ha descendido hasta los 48.789 millones, un 10,6% menos. Los expertos creen que este tipo de créditos, que suele ser una ampliación de capital de la hipoteca vigente, disminuirá por el endurecimiento del acceso a la financiación.

La cifra

625.021 millones de euros es el saldo vivo del total de créditos que mantienen las familias por adquisición de casa hasta junio pasado.

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