El corazón del Hermitage se exhibe en El Prado
A partir del 8 de noviembre podrá verse en la pinacoteca española una selección de obras de la galería rusa.
El Hermitage es la escultura del Antiguo Oriente, es La Conversación de Matisse, es Picasso y la Composición VI de Kandinsky, es el Cuadrado negro de Malevich". Y sin parar de enumerar obras maestras, el director del Museo Estatal del Hermitage, Mijail Piotrovsky, intentaba a través de una videoconferencia dar cuenta de la grandeza de la colección de su museo, una tarea vana que solo puede acometerse mediante un paseo por la exposición temporal que el Museo del Prado inaugura el próximo martes y que el viernes fue presentada a la prensa.
En esta muestra el observador tiene la sensación de encontrarse ante una pieza única a cada paso de la exposición. El gesto de un retrato, la laboriosidad de un traje de corte, el brillo de un bodegón, la trascendencia de una obra Las razones por las que esta muestra, patrocinada por la Fundación BBVA, está destinada a deslumbrar al público español e internacional -y por la que muchas voces esperan obtener una cifra de visitas récord al Museo del Prado- son múltiples y sus organizadores no han escatimado halagos al presentarla.
Un hito histórico
El presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, Plácido Arango, recordó que este es el mayor préstamo que el Hermitage ha realizado a lo largo de toda su historia y explicó que tiene lugar en el marco de las celebraciones del año dual España-Rusia. "Quizá esta es la iniciativa de más calado de todas las que han tenido lugar", apuntaron los ponentes. Se produce, además, después de que a principios de año la pinacoteca rusa, ubicada en los edificios que fueron la residencia de zares tan relevantes como Pedro I el Grande o Catalina II, bautizara otra exposición como El Prado en el Hermitage y que recibió la visita de 630.000 personas, la más elevada que haya sumado nunca una muestra temporal en este museo.
"En estas fechas, en las que nos levantamos cada mañana con la sensación de que Europa puede desaparecer, hemos de tener clara una cosa: solo la cultura puede salvar a Europa", afirmó la presidenta de Acción Cultural Española, Charo Otegi, en relación con la importancia de establecer alianzas que ayuden a conservar y al mismo tiempo valorar el patrimonio artístico de las culturas europeas.
Los promotores de esta muestra destacaron que la intención ha sido crear un museo dentro de un museo, es decir, traer a España la esencia de la colección del Hermitage para que el visitante del Prado pueda admirar su grandeza. Todas las salas dedicadas a exposiciones temporales de la ampliación de la pinacoteca española no son suficiente para imitar la exuberancia de los palacios de los zares, pero el visitante puede hacerse una idea de ellas con una selección de cuadros de Patterson, Tutukin y Tujarinov sobre San Petersburgo y la explanada donde se ubica.
El comisario de la muestra por parte del Hermitage, Sviatovslav Piotrosvki, hizo hincapié en la relevancia de Composición VI de Kandinsky para la historia de la pintura. A partir de este cuadro se escribió un artículo sobre su realización que se convirtió en manifiesto sobre la pintura abstracta. También llamó la atención sobre Cuadrado negro de Malevich, una obra que a día de hoy sigue generando debate entre los expertos. "He tenido compañeros que me han dicho que no vale nada y otros que piensan que es el mejor del museo", dijo.
Gabriele Finaldi, comisario de la muestra por parte del Museo del Prado, puso el acento en las colecciones arqueológicas, los retratos -impresionante el de Catalina II, la monarca que más interés puso en crear una gran colección para el Hermitage- y la presencia de maestros clásicos (Rembrandt, Tiziano, Caravaggio...).
Amplia oferta
El año de Rusia en España ha supuesto el desembarco en Madrid de incontables exposiciones procedentes del país eslavo. Así, este mismo fin de semana, en el invernadero de la estación Puerta de Atocha, puede verse un trabajo del fotógrafo Anton Lange recorriendo el país en el Transiberiano; en la fundación Juan March se exhibe el trabajo de Alexandr Deineka, artista clave en la época estalinista, y en La Casa Encendida se recoge una panorámica global del arte soviético de ese mismo periodo con el título de Caballería roja.