La UE busca aliados entre los emergentes para aplicar la tasa Tobin
Obama prefiere que cada país elija cómo gravar al sector financiero
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, en su calidad de presidente anual del G-20, retomó ayer en Cannes la ofensiva de Berlín y París para adoptar un impuesto sobre las transacciones de activos financieros (acciones y derivados). Sarkozy aseguró que la UE seguirá trabajando "para formar un grupo de países y seguir adelante con la iniciativa". Europa espera recaudar hasta 55.000 millones de euros con la nueva tasa.
"Es técnicamente posible, financieramente necesaria a la vista de la crisis y moralmente insoslayable", enfatizó Sarkozy en una rueda de prensa celebrada a media tarde de ayer, tras la primera sesión de trabajo del G-20.
El presidente francés reconoció que aún no existe el consenso necesario para adoptar a nivel internacional ese impuesto, denominado a menudo como tasa Tobin (en honor del premio Nobel de Economía que lo propuso por primera vez). "Algunos países están totalmente en contra", señaló Sarkozy en clara alusión a los que albergan grandes centros financieros como la City londinense y el Wall Street neoyorquino.
Pero Sarkozy se mostró esperanzado ante la actitud de países como Argentina y Brasil, que, según el anfitrión del G-20, se mostraron abiertos a estudiar la propuesta y no tienen a priori objeciones insuperables. La administración de Barack Obama, por el contrario, mantuvo sus reticencias. Fuentes de la delegación estadounidense indicaron su preferencia por que cada país "siga su propio camino" a la hora de gravar al sector financiero.
Obama discutió sobre la creación de esta tasa en los encuentros bilaterales que mantuvo durante la jornada de ayer con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, los principales promotores de la iniciativa.
"El presidente dejó claro que comparte los objetivos que la canciller Merkel y el presidente Sarkozy tienen de garantizar que el sector financiero contribuya con una cuota apropiada a la resolución de crisis", explicó el consejero de la Casa Blanca, Michael Froman. Pero entre la UE y EE UU existe una diferencia de "enfoque".
