Parece que ya no hay remedio
Por mucho que los mercados manden mensajes directos o subliminales a la clase política, parece que sólo van a ser escuchados de vez en cuando. Los líderes en Europa han realizado tantos parches, aportaciones y modificaciones de aportaciones y de parches que parece que están hartos de que los mercados nunca tengan suficiente.
Hemos escuchado demasiadas veces a políticos, e incluso a algunos que se supone que saben de mercado, tirar por tierra lo que los inversores internacionales nos están diciendo a través de sus acciones a la vez que tampoco hay que hacer caso a la volatilidad de los mercados.
Lo cierto es que los mercados siempre tienen razón, como los clientes en un negocio, ya que es una fuente de financiación mundial y si no se dan las cifras y herramientas concretas para que el dinero se planee así mismo, el dinero no va a tener la confianza suficiente como para generar estabilidad.
El mundo está pendiente de lo que va a salir de la reunión de esta noche de líderes europeos pero parece que todo el mundo tiene ya claro qué es lo que se nos va a ofrecer. No va a haber nada de cifras concretas de esas que nos gustan a todos para poder hacer nuestros números y poder proyectar en nuestras inversiones en las empresas, con lo que poco de guía vamos a obtener de los políticos una vez más. El mayor problema es que todavía nadie sabe cuándo se va a aplicar la solución, lo que siempre trae a la cabeza la infinidad de trámites burocráticos que necesita una maquinaria tan compleja como Europa para solucionar un problema tan serio como el que tenemos entre manos. Toda esta burocracia hace que el síndrome del "vuelva usted de mañana", se haya instalado permanentemente en esta situación y todo el mundo se esté preguntando por la fecha final de la aplicación de lo que supuestamente se está cociendo ahora mismo. Esta dilatación casi infinita en el tiempo está sacando de quicio más de uno porque las necesidades de financiación de los países perjudicados siguen en marcha y a tipos realmente altos que son difíciles de sostener en el largo plazo y cuyas consecuencias siempre acaba pagando la ciudadanía, no la clase política. Baste como ejemplo la subasta reciente de nuestro país de deuda corto plazo y la que ha tenido Italia hoy.
La sesión previa la reunión de esta noche no ha defraudado, porque esperábamos un día bastante raro que o bien podía ser extraordinariamente tranquilo o bien podía ser extraordinariamente movido, como al final así ha sido. En cuanto ha quedado bastante claro el resultado de la reunión de esta noche, hemos quitado una capa de incertidumbre que ha sido aprovechada para poder hacer caso a los datos macro de Estados Unidos que han salido bastante buenos y eclipsaron parte del mal cuerpo que nos dejó el de confianza del consumidor de ayer. A esto hay que sumar los buenos datos de Boeing, pero que no han podido con la fuerte bajada de Amazon que ha arrastrado al Nasdaq.
Parecía que habíamos conseguido cierta estabilidad, pero en cuanto hemos tocado los máximos de ayer, en Estados Unidos han empezado a aparecer ventas y aquí se formó la señal que ha hecho mucho daño en Europa. Si Estados Unidos muestra miedo como para no avanzar nada esperando a lo que salga de la reunión, es porque no tienen todavía toda la confianza en ellos mismos como para poner dinero de largo plazo. En cuanto hemos visitado los mínimos del día de ayer, las ventas en Europa han sido espectaculares por rápidas y casi verticales en el futuro del índice alemán, lo que ha dejado bastante claro el sentimiento del mercado ahora mismo: incertidumbre que genera volatilidad y que posiblemente no se solucione con la declaración política de hoy, pero ya veremos...