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La urbe inteligente vende más

En 2050, el 75 de la población vivirá en ciudades. Hay que cambiar el actual modelo urbano a otro capaz de mejorar la calidad de vida.

Smart City
Smart City

Mejorar las infraestructuras de agua, ahorrar energía, reducir drásticamente el tráfico, adelgazar el alumbrado público o vestir de verde los espacios son algunos de los gestos de decenas de Ayuntamientos y municipios de todo el mundo que empiezan a tomar conciencia del reto que representa el éxodo planetario a la ciudad para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y, de paso, crear una nueva cultura económica que apueste por el más es menos. De no abrazar esta cura de modernización y adelgazamiento, los expertos en gestión urbana auguran el colapso de las ciudades, donde ya se concentra más de la mitad de la población mundial, y donde el 75% de las almas de todo el planeta se aglutinará en los próximos 20 años.

Ante la falta de suelo para crecer hasta el infinito, con leyes ambientales cada vez más restrictivas, problemas de contaminación de todo tipo, y envueltas en una crisis económica que ya no deja margen para grandes ni pequeñas alharacas en el gasto público, las ciudades se van sumando a lo que el gigante de la consultoría IDC llama "la explosión de la economía inteligente, donde las smart cities son la parte más visible de lo que está por venir. Existe la necesidad de definir un nuevo modelo de desarrollo urbano basado en este concepto, que permita gestionar de forma sostenible las grandes ciudades que ahora necesitan evolucionar para prevenir su propio colapso".

Según los cálculos que la consultora Booz and Company arroja en su estudio Urbanización sostenible, publicado en el mes de septiembre, la inversión en infraestructuras urbanas alcanzará la friolera de 250.000 millones de euros hasta 2035. "Ser inteligente ya no es solo una cuestión higiénica, es algo estratégico para atraer talento, inversiones y visitantes", explica Gildo Seisdedos, experto en gestión urbana y profesor de la IE Business School. Además, ahorra dinero a las arcas públicas. La firma IDC ha calculado que los atascos en las ciudades de los países emergentes y de los industrializados se comen entre el 1% y el 3% del PIB.

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IBM puso nombre hace cinco años a lo que hoy es un arrebato de iniciativas de empresas tecnológicas para acompañar a las urbes en este proceso, que arrancó vinculado a una mejor gestión de la energía y de la movilidad y hoy se ha extendido como una mancha de aceite a todos los servicios. La compañía, líder en la creación de las mejores herramientas para obtener información inteligente, ha invertido 14.000 millones de euros en el último lustro y ha absorbido hasta 250 empresas de software para el desarrollo de su concepto smarter cities, o sea, ciudades capaces de interconectar toda la información que generan, lo cual no solo solventará los crecientes problemas de servicios e infraestructuras, sino que además ofrecerá un nuevo tejido económico que atraiga empresas y talentos en multitud de sectores.

"Hasta ahora, las ciudades eran sitios donde vivir, o sobrevivir, pero ahora si quieren atraer talento y riqueza, deben saber qué tipo de inversión quieren conseguir", explica Javier Gil, director del área Smarter Cities de la compañía en España, Portugal, Grecia e Israel. Tal hazaña pasa en primer lugar por manejar mejor los ingentes flujos de datos que viajan cada día por una ciudad. En Nueva York, la compañía ha desarrollado un dispositivo de comunicación visual en los taxis con información turística, en un empeño de la ciudad de los rascacielos por distanciarse de su imagen de urbe financiera y de negocios y ampliar el abanico de visitantes.

En este giro de las ciudades hacia una nueva imagen de marca que las asocie con mayor eficiencia, cada cual debe buscar su seña de identidad. Málaga es un ejemplo recurrente entre los gurús de esta ciencia por ser pionera en el desarrollo de todo un barrio, el de La Misericordia, que reducirá su consumo energético en un 20% gracias a la instalación de contadores inteligentes en oficinas y viviendas, capaces de regular la demanda de electricidad. El proyecto comenzó en 2009 de la mano de Endesa y de un consorcio de 11 empresas que han invertido 31 millones de euros en el desarrollo de redes eléctricas inteligentes que dependen de un centro de control, ya en marcha. "Málaga ha sido la primera ciudad en España en instalar este tipo de dispositivos en oficinas y viviendas", explica Enrique Díaz-Plaza, director de Desarrollo de Negocio del sector de energía de IBM. La idea es crear una especie de puzle energético en red, que vaya encajando nuevas piezas. La siguiente será el coche eléctrico. "Las smart cities permiten responder a las necesidades de los ciudadanos en tiempo real porque integran todos los servicios que se prestan en la ciudad", explican desde Ferrovial. La compañía se ha adjudicado un contrato de 3.100 millones de euros para el mantenimiento de carreteras, aceras, puentes, jardines y alumbrado público de Birmingham.

Valladolid también se ha decantado por la naciente industria del vehículo de baterías para poner en valor su experiencia en el sector de la automoción como fabricante del constructor Renault-Nissan, asociándose a Palencia para hacer frente común en la creciente competencia urbana por atraer dinero. "Nos separan apenas 50 kilómetros y estamos en pleno corredor Helsinki-Lisboa, el potencial del sector de la automoción es estratégico como vector común", explican desde la agencia de innovación y desarrollo de Valladolid. Creen desde este Gobierno regional que la implantación progresiva del vehículo eléctrico ofrecerá nuevas oportunidades a la promoción de su patrimonio histórico. "El uso progresivo del coche eléctrico, más silencioso y menos contaminante, mejorará la calidad de vida de los ciudadanos y de los visitantes", remachan.

Otras, como Toledo, están optando por ganar la batalla al despilfarro en el alumbrado público y generar valor para dar alas al turismo. La ciudad recibe cerca de dos millones de visitantes cada año, pero son turistas de día. Para ganar el millón de más que el Gobierno quiere conseguir, la ciudad necesitaba ganarse a los turistas para pernoctar en Toledo. En 2008 recurrieron a Philips para orquestar el embellecimiento de sus edificios y lugares más emblemáticos, como las riberas del Tajo, el Alcázar o la fachada de la catedral, con luminarias led, una revolución tecnológica que ahorra hasta el 80% en el consumo y permite jugar con las tonalidades. "El resultado es espectacular: la catedral es ahora más bonita de noche, y los restaurantes situados en las riberas del Tajo son más atractivos", explica Gerardo González, ingeniero técnico del Ayuntamiento de Toledo responsable del proyecto.

En plena asfixia económica de los Ayuntamientos y municipios en España, ¿cómo financiar toda esta inteligencia? "Es un momento muy crítico, los Ayuntamientos son conscientes de que quieren apostar por la mejora pero no tienen dinero, así que estamos en un diálogo para buscar un modelo público-privado, en el que el retorno de la inversión se cubre con los ahorros energéticos", explica José María Piqué, responsable de Barcelona para Siemens.

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