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Cristina Fernández promete más reformas

Argentina afronta el reto de evitar el contagio de la crisis global a su economía

Después de la euforia por el magnífico resultado electoral cosechado este domingo, el equipo de la presidenta argentina Cristina Fernández afronta el reto de hacer las reformas económicas necesarias que eviten el contagio de la crisis global a la actividad del país. La vencedora prometió mantener el rumbo de las reformas iniciadas.

Argentina afronta el reto de evitar el contagio de la crisis global a su economía
Argentina afronta el reto de evitar el contagio de la crisis global a su economíaREUTERS

Fernández obtuvo el refrendo para un segundo mandato de cuatro años con cerca del 54% de los votos, lo que representa 36 puntos de ventaja sobre su rival más cercano. Los analistas explican este arrollador triunfo por los buenos resultados económicos. Es más, la popularidad de la presidenta peronista se ha fortalecido gracias a casi nueve años de fuerte crecimiento económico, sostenidos por los altos precios de los granos para la exportación y una política expansiva de gasto público destinada a crear trabajo y extender los planes de ayuda social y jubilaciones.

Se espera que el crecimiento este año supere el 8%, aunque con una elevadísima inflación, que consultores privados estiman sería de aproximadamente del 25%. En su primer mandato, Fernández nacionalizó los fondos privados de pensiones, tuvo una fuerte pelea con el sector agropecuario por los impuestos que gravan esa actividad e ignoró obligaciones de pago otorgadas por arbitrajes internacionales a empresas privadas, cuyas concesiones fueron quitadas o alteradas durante la crisis del 2001-2002, disparando las represalias de Washington, informa Reuters.

Su modelo de gestión también incluye la presión. El Gobierno multa a economistas que publican una inflación que duplica a la oficial y fuerza a las empresas a equilibrar importaciones con las exportaciones. Por ejemplo, el fabricante automovilístico BMW tuvo que acordar la venta de arroz al exterior para poder importar automóviles. Este modo poco convencional ha funcionado hasta ahora, desafiando a los críticos, y Fernández ha prometido durante la campaña electoral "profundizar el modelo". Todo un reto para las grandes empresas españolas radicadas en el país, como Endesa, BBVA o Telefónica, entre otras.

Los expertos advierten que en 2012 se reducirá con fuerza el nivel de reservas, por lo que puede haber problemas financieros

Por tanto, no se espera ningún cambio brusco. "Tengo la intención de seguir profundizando el proyecto y las reformas emprendidas", añadió ayer Fernández. No obstante, podría verse forzada a frenar el alto ritmo del gasto público, aún cuando ideológicamente cree en que es necesario reforzar el papel del Estado en la economía. "Veo una situación delicada", dijo Mariel Fornoni, directora de la empresa de estudios de mercado Management & Fit. "Este sistema de ayudas y de subsidios (...) requiere muchos recursos para mantenerlo y eso es un desafío grande para el Gobierno", añadió. Además, la situación financiera de Argentina podría enturbiarse en 2012 en momentos en los que las reservas, utilizadas en años anteriores para pagar la deuda, se reducen rápidamente. Desde agosto, el Banco Central ha vendido más de 3.500 millones de dólares en reservas para frenar la caída del peso, mientras sigue aumentando la salida de capitales.

Además, la elevada inflación ha aumentado los costes de producción y el avance de las importaciones y el gasto público están reduciendo los superávit comercial y fiscal que han sido pilares del modelo desde 2003. El freno de Brasil ya está mostrando señales de que golpeará a la industria automovilística argentina. La economía global podría debilitarse más, recortando las ganancias de las exportaciones de soja de Argentina.

Mientras los recursos disminuyen, el Gobierno peronista podría intentar obtener los recursos necesarios de medidas tan impopulares como la nacionalización de las pensiones privadas que ya adoptaron en 2008. También, podría permitir que el peso se devalúe más rápido para impulsar las exportaciones y liberar más reservas para pagar deuda. Así, la mayoría de analistas considera que pedir dinero será algo inevitable porque los ingresos no dejan de menguar.

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