El pacto Sacyr-Pemex se podría deshacer en los próximos días
El nuevo presidente de Sacyr, Manuel Manrique, y los vicepresidentes, Demetrio Carceller y Juan Abelló, escenificarán hoy con el máximo ejecutivo de Repsol, Antonio Brufau, el principio del fin de las hostilidades con la petrolera, que incluye inevitablemente la ruptura del pacto con Pemex.
Ayer, apenas acabado el consejo de administración de Sacyr Vallehermoso, en el que la mayoría acordó la expulsión de Luis del Rivero de la presidencia que había ocupado en los últimos siete años, el nuevo máximo ejecutivo de la constructora, Manuel Manrique, se puso en contacto con su homólogo de Repsol, Antonio Brufau, para concertar un encuentro oficial entre ambos.
A la reunión, fijada para hoy en la sede de Repsol, acudirán también el nuevo vicepresidente primero de la compañía, Demetrio Carceller, que sustituyó ayer en ella al propio Manrique, y Juan Abelló, vicepresidente segundo. Una cita que se interpreta como un gesto de buena voluntad para escenificar el fin de las hostilidades del primer accionista de la petrolera (con un 20%) que se desencadenaron tras el pacto accionarial sellado entre el propio Del Rivero y Petróleos Mexicanos (Pemex) el pasado mes de agosto.
Precisamente, ha sido esta alianza, y las dificultades para refinanciar el préstamo que mantiene por Repsol (agravadas por la hostilidad derivada de la operación, a la que se han enfrentado el segundo accionista, La Caixa, y el equipo directivo de Repsol, encabezado por Antonio Brufau), las que han desencadenado el golpe de mano en el consejo, que se ha saldado con la destitución de Del Rivero. El atrincheramiento de última hora, con la sindicación anunciada con los accionistas José Manuel Loureda y Javier Gayo, no sirvió de nada al empresario, que, finalmente, tuvo que mascar la traición.
Pero la batalla aún no ha terminado. El siguiente capítulo es la ruptura del pacto con Pemex que, por ser institucional, mantiene su validez pese al relevo en la presidencia, pero que pierde sentido, puesto que su inspirador, del Rivero, ya no está. Técnicamente, romper la alianza de mutuo acuerdo no resultará complicado, pues esta no incluye ninguna penalización. Además, si una de las partes no quiere, será imposible mantenerla. Eso sí, para deshacer de forma anticipada el pacto hará falta una negociación y, siempre en última instancia, los desencuentros son motivo de ruptura según el texto.
Queda por ver si los nuevos gestores de Sacyr, algunos de ellos partidarios de vender una parte del paquete de Repsol (un 5%, en principio), abordan esa desinversión y, por el contrario, optan por mantener su posición en Repsol.
En todo caso, hay quien asegura que nada volverá a ser lo mismo en la petrolera. Aunque el artífice del conflicto ha sido expulsado, Sacyr sigue siendo su primer accionista y queda por ver las intenciones de los nuevos gobernantes. Sin olvidar que Pemex tiene ya el doble que antes del verano, casi un 10%.
La mexicana considera "asunto interno" el relevo La petrolera podría recoger su artillería
Pemex aseguró ayer que la destitución del presidente de Sacyr Vallehermoso, Luis del Rivero, es un asunto interno de la constructora española. "No tenemos nada que decir respecto a lo que está sucediendo en Sacyr", señalaron fuentes de la firma consultadas por Efe, al argumentar que se trata de "un asunto interno" de esa compañía con la que Pemex acordó sindicar los derechos de voto de sus participaciones en Repsol. La salida de Del Rivero, propiciada por el voto en contra de su permanencia en el consejo emitido por Manuel Manrique, hasta ahora su mano derecha y quien le sustituye, podría suponer la ruptura del acuerdo de sindicación, un extremo que las fuentes de Pemex se negaron a comentar.El director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, defendió ayer ante representantes de las comisiones de Hacienda y de Energía de la Cámara de Diputados la reciente ampliación en el capital de Repsol y negó que se estén utilizando fondos que tendrían que haberse invertido en México. Recordó que la operación, que implicó un desembolso de 1.600 millones de dólares, fue financiada en un 70 % con deuda asumida por PMI Holdings y que el restante 30 % fue aportado con efectivo de las operaciones internacionales de Pemex, "por lo que no compiten con las inversiones de Pemex en México".También insistió en que Pemex no tiene intención de ampliar su participación en Repsol más allá de la ampliación reciente "y ha manifestado la importancia de mantener a Repsol como compañía de bandera española e independiente".
La petrolera podría recoger su artilleria
Repsol celebrará la semana que viene su propio consejo ordinario. En él deberá decidir si sigue adelante con los blindajes de su reglamento y de los estatutos acordados en la reunión de mes pasado, que implicaban de facto la posibilidad de expulsar a Pemex del consejo y a Sacyr por ser su socio sindicado. La propuesta de modificación debía ser estudiada por la comisión de retribuciones y nombramientos de la petrolera y ha sido una artillería muy efectiva para forzar una negociación con los accionistas disidentes de la constructora. Ahora, esas armas pueden resultar desproporcionadas.Por su parte, Repsol deberá relevar al propio Del Rivero de su consejo, donde ya no puede figurar como dominical de Sacyr.