Autopista del mar de Gijón a Nantes, historia de un éxito
Cumple un año superando las expectativas de vehículos y viajeros
Justo cuando arrecia el debate sobre qué mal se planificaron algunas infraestructuras de transporte, cómo se malgastó el dinero en aeropuertos o corredores ferroviarios y de carreteras que después utilizaron muchos menos usuarios de los previstos, se confirma la historia de un éxito. La autopista del mar Gijón-Nantes/Saint Nazaire acaba de cumplir un año desde su puesta en funcionamiento y ya ha superado todas las expectativas. Y eso, pese a la crisis.
Tal y como ocurre en todos los grandes proyectos, cuando se planteó la necesidad de crear una red europea de autopistas del mar, corría el año 2001, hay quien tachó la idea de ciencia ficción. Hoy, gracias a los números que arroja el primer balance de la conexión Gijón-Nantes ya nadie cuestiona que no solo ha contribuido a sacar parte del tráfico pesado de las carreteras, sino que se ha convertido en una opción de turismo nada despreciable para quien quiera viajar en su coche al centro del Viejo Continente.
Desde septiembre de 2010 hasta el mes pasado, más de 25.700 vehículos y 43.000 pasajeros han utilizado esta conexión marítima. Parte de la excelente acogida que ha tenido se debe a su situación estratégica, ya que el puerto gijonés de El Musel está enclavado en la mitad de la cornisa cantábrica, a unos 500 kilómetros de distancia por carretera de Madrid y 1.000 kilómetros por mar de las islas británicas.
Aunque de estas conexiones marítimas veloces comenzó a hablarse hace más de 10 años, el proyecto de esta autopista se gestó en 2005 y finalizó en 2010. Fueron cinco años de ardua labor diplomática, ya que por todos son conocidas las reticencias que a veces tiene el Gobierno francés para poner en marcha infraestructuras comunes con España, si no va a lograr con ellas grandes beneficios. En este caso, parece logrado.
Como es obvio, en paralelo a esa tarea de despachos, tuvo que llevarse a cabo la ampliación de las instalaciones portuarias, lo que permitió a El Musel duplicar su tamaño. La elección de Gijón no fue casual, ya que su área de influencia o hinterland comprende 13 provincias de las comunidades autónomas de Galicia, Castilla y León, Cantabria, Madrid y, claro está, la propia Asturias.
Esto representa un área superior a los 110.000 kilómetros cuadrados con una población de más de 10,9 millones de habitantes con importantes posibilidades desde el punto de vista empresarial. El Instituto Nacional de Estadística (INE) censó en dicha área en 2010 un total de 368.233 unidades empresariales, en su mayoría pymes. El norte de Portugal, con toda la comarca en torno a Oporto, también forma parte de su hinterland.
El año pasado este puerto alcanzó una cifra de tráfico superior a los 15 millones de toneladas, lo que significa recuperar a mejor ritmo que la media del sistema español la senda de crecimiento de la actividad que registran la mayor parte de las instalaciones portuarias del país. Y lo mejor de este enlace no es solo que ha respondido bien a los objetivos marcados. Conviene recordar que una autopista del mar de estas características está obligada a transportar 25.000 camiones o semirremolques el primer año; 50.000, el segundo; 75.000, el tercero y 100.000, a partir del cuarto ejercicio de funcionamiento. Lo mejor es que el futuro es muy prometedor. Del análisis de qué mercancías han llegado a Gijón procedentes de Nantes y viceversa, los responsables de la autoridad portuaria y del Ministerio de Fomento han concluido que al margen de los sectores tradicionales que le han brindado más negocio a El Musel, el siderúrgico y el energético, existen otras posibilidades a corto y medio plazo. Así, a través de esta autopista del mar se han transportado, entre otros, volúmenes importantes de productos estacionales agroalimentarios como manzana o patata, pescado, mariscos y moluscos. También es destacable el volumen de automóviles nuevos, productos derivados del acero, el aluminio, el zinc, derivados lácteos y pizarra.
Ahorro de tiempo y dinero
Tráficos conseguidos, volumen de negocio notable garantizado... ¿Cuáles son las ventajas? Además de contribuir a descongestionar las carreteras y los pasos fronterizos, lo mejor que ofrece esta conexión es el ahorro de tiempo y dinero. Este enlace acorta en 10 horas el recorrido entre ambas ciudades desde 24 horas hasta las 14 actuales. Y es que la conexión entre Gijón y Nantes es 400 kilómetros más corta por mar que por tierra.
En materia económica, el coste medio del trayecto por carretera oscila en torno a 1.000 euros, mientras es posible recorrer esa distancia utilizando la autopista del mar por un coste que ronda el 50% de esa cantidad. Para los turistas hay ofertas desde 84,50 euros ida un coche y dos pasajeros. Tal ha sido la acogida, que el primer buque que cubría el trayecto tuvo que cambiarse por otro de más capacidad y aunque el servicio diario no es obligatorio hasta el cuarto año, la naviera que lo explota ya se lo plantea. Por ahora, realiza tres travesías semanales en ambos sentidos. Por fin, entre algún que otro sonoro fracaso, una historia de éxito.
La cifra
25.700 vehículos y 43.000 viajeros utilizaron el enlace marítimo Gijón-Nantes en el primer año de su entrada en servicio.