La CE espera aumentar el comercio transfronterizo con un contrato europeo
La Comisión Europea aprobó ayer un proyecto de reglamento que establece un contrato europeo de compraventa, opcional para empresas y consumidores. Bruselas confía en que la armonización de condiciones y derechos potencie el comercio transfronterizo.
En estos tiempos en que se habla tanto de desintegración de la Unión Europea, he aquí una propuesta que integra Europea de manera práctica y eficiente", señaló ayer Viviane Reding, comisaria europea de Justicia, durante una rueda de prensa para presentar la nueva regulación de las operaciones comerciales. El proyecto legislativo aprobado por el organismo comunitario ofrecerá a empresas y consumidores la posibilidad de suscribir un contrato europeo de compraventa que fijará las mismas condiciones, obligaciones y derechos en todo el territorio de los 27 países de la UE.
Cada socio de la UE cuenta en la actualidad con su propia normativa comercial, lo que obliga a las empresas a adaptarse a la legislación de todos los países donde pretenda operar o exportar. El departamento de Reding calcula que cada entrada en un nuevo mercado supone un coste legal para las compañías de unos 10.000 euros, una cantidad asumible para una multinacional pero que, según Bruselas, puede frenar la expansión de una pequeña o mediana empresas. Como consecuencia, "solo una de cada diez compañías realiza operaciones transfronterizas", lamentó Reding, quien cifró en 26.000 millones de euros el lucro cesante provocado por esa falta de internacionalización.
La comisaria europea se mostró convencida de que el nuevo derecho contractual europeo, que será opcional, permitiría aumentar sensiblemente el número de operaciones transfronterizas, sobre todo porque será aplicable también en el comercio electrónico.
El contrato europeo armoniza desde las obligaciones de la compañía en caso de tener que sustituir un producto hasta las penalizaciones en caso de demora del pago en una operación entre empresas. Las empresas que lo deseen podrán seguir aplicando el derecho contractual nacional, pero Reding cree que "el europeo se convertirá en una marca de calidad que irá ganando adeptos".
Coste inicial
Las compañías que elijan el nuevo contrato deberán afrontar unos gastos iniciales de adaptación de unos 3.000 euros (para contratos entre empresas) y 1.500 (entre empresas y consumidores), según el estudio de impacto sobre el proyecto realizado por la CE. Pero Bruselas asegura que esa inversión se compensará con creces, porque el ahorro para las compañías que comiencen a exportar podría oscilar entre 150 millones y 440 millones de euros, mientras que las compañías ya presentes en otros mercados podrían ahorrar, según el mismo estudio, alrededor de 4.000 millones.
Los consumidores, en contra del cambio
La organización de consumidores europeos (BEUC, según sus siglas en francés) calificó ayer como "experimento peligroso" la propuesta de un derecho contractual europeo que conviva con las 27 legislaciones nacionales. La BEUC cree que la aplicación en paralelo de ambas legislaciones generará "confusión" y no beneficiará a los consumidores porque las empresas elegirán en cada momento la normativa que les resulte más favorable. La comisaria de Justicia, Viviane Reding, confió en que la tramitación del texto (en el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE) disipe los temores. Su departamento calcula que, gracias al nuevo contrato, el aumento de compras transfronterizas a través de internet permitirá a los particulares ahorrar hasta 380 millones de euros anuales.