Los 'indignados' españoles llegan a Bruselas
Alrededor de un centenar de indignados procedentes de España llegaron esta tarde a Bruselas y se instalaron en un parque de la capital donde se les había denegado el permiso para acampar y del que a última hora fueron desalojados por la policía belga.
Al grito de "el pueblo unido jamás será vencido" los españoles hicieron su aparición en el parque Elisabeth situado junto a la basílica de Bruselas, en el distrito de Kookelberg, donde les esperaban entre 200 y 300 simpatizantes del movimiento del 15M belgas y de otras nacionalidades que les recibieron con aplausos y vítores.
Hace unos días la administración de Koekelberg, zona situada a unos 2 kilómetros del centro histórico de Bruselas, denegó la autorización para establecer el campamento de los indignados en la zona por considerar que el parque Elisabeth es un espacio protegido y no cuenta con los servicios necesarios para acoger ese tipo de reunión.
Los avisos no intimidaron a los recién llegados, que instalaron cerca de una treintena de tiendas en la entrada del parque, bajo una pancarta donde se leía 'Welcome Dignidad'.
Como alternativa, las autoridades del distrito ofrecieron hoy la posibilidad de alojarse en las instalaciones de una antigua universidad ubicada a escasos metros del parque, donde hay agua y electricidad, y advirtieron de que desalojarían a quienes persistieran en la idea de instalarse en el parque.
Los indignados decidieron celebrar una primera asamblea para decidir si instalarse en el parque o en el edificio de la universidad, una reunión que se duró cerca de dos horas, por el sistema de participación abierta y la traducción de cada propuesta al castellano, inglés y francés.
Muchos de quienes hablaron insistieron en la necesidad de permanecer en el parque para tener más visibilidad, algo fundamental para el movimiento, mientras que otros argumentaron que descansar en un lugar protegido del duro clima de Bruselas ayudaría a preparar las muchas actividades previstas durante la semana.
La policía antidisturbios procedió finalmente a levantar las tiendas un ambiente tranquilo pero tenso.
Los indignados pasarán una semana en Bruselas, repleta de actividades, que incluyen debates y talleres y que culminará el 15 de octubre con una manifestación a la que esperan que se sumen otros integrantes llegados de Alemania, Reino Unido y otros países.