La morosidad pública ahoga la salud de las artes escénicas
Madrid recaudó en 2010 el 44% de los ingresos que generó la industria.
Faltan espacios para hacer espectáculos en la Comunidad de Madrid. Con esta afirmación tan rotunda describen el presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, Jesús Cimarro, y Julia Gómez, vicepresidenta de la organización, la escasez de oferta de lugares para la celebración de espectáculos en la capital.
Cimarro explica que en Madrid existen 61 salas y que su número aumenta cada año, pero que los productores y las compañías tienen problemas a la hora de encontrar un local disponible. Ello se debe también a las características de los establecimientos. "En Madrid los teatros son pequeños", afirma Cimarro. Lo corrobora Julia Gómez, que ejerce también como directora general de la productora Stage en España y que está preparando la adaptación del musical El rey León, que se representará en Madrid a partir de octubre. Reconoce que varias obras destacadas que han triunfado en Broadway y en otras salas del mundo han tenido que adaptarse para que cupieran en el teatro Lope de Vega.
Los dos productores consideran que existe un nicho de mercado que puede ser aprovechado por otras ciudades de España en las que las artes escénicas no están registrando números tan saludables como los de las salas madrileñas. De hecho, los espectáculos de la Comunidad de Madrid generaron un volumen de ingresos de 109 millones en 2010, lo que representa el 44% de los ingresos totales derivados de las artes escénicas (teatro, danza, conciertos, circo...) que se obtuvieron en el conjunto del territorio español.
Jesús Cimarro presume de que, en este sentido, la única crisis del sector se produce fuera de Madrid, "cuando las compañías se van de gira, cuando pactan caché o bien van a taquilla y no la reciben". Afirma que la gente ve el teatro tanto en las salas madrileñas como en las del resto de España, pero que los problemas financieros de las Administraciones locales están impactando de forma negativa en las cuentas de estas compañías, que no cobran por la representación.
El teatro, y en general el arte vivido en directo, conecta con el público. La directora de Stage en España subraya que "sobre todo en época de crisis" la gente necesita salir, distraerse y encontrar medios para evadirse de lo que está viviendo. Desde su punto de vista, el teatro triunfa porque "invita a la reflexión, pero también al entretenimiento y a conectar emociones".
A pesar de que las cifras cuadren para los empresarios, las dificultades económicas están presentes en las artes escénicas en diferentes aspectos. Por un lado, en el curso que comienza abundan las reposiciones de montajes que ya han conseguido una buena taquilla en etapas anteriores. Por otro, el público elige muy atentamente cómo gasta su dinero. "El espectador es más selectivo, como también ocurre cuando compra un viaje o va a un restaurante. Sin embargo, esto también es una oportunidad, porque nos permite a los empresarios conocer los gustos del público".
En su opinión, el gran activo de la industria en estos momentos es que "el espectáculo en vivo no puede bajarse de internet". "Estamos en un momento de evolución constante y lo bien que nos vaya depende de cómo lo hagamos los empresarios", relata, y añade que es más necesario que nunca apostar por la calidad.
No oculta, sin embargo, que las Administraciones públicas podrían poner su granito de arena para que las artes escénicas siguieran generando números negros. "Nos encontramos en un momento de cambio de paradigma en la gestión económica del teatro", indica Cimarro, y explica que en España, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal, entre otros países, las empresas que patrocinan espectáculos no obtienen ningún tipo de deducción fiscal. Ello se debe a que la Ley de Mecenazgo contempla este tipo de ayudas para las actividades sin ánimo de lucro, concepto que excluye a las artes escénicas.
Cimarro asegura que lo que necesita la industria no son subvenciones, sino la apertura de un diálogo con la Administración para crear nuevos modelos de gestión económica, en los que en lugar de apoyo en metálico exista la posibilidad de contratar créditos blandos para la promoción de espectáculos. Son también muy interesantes para la industria todas aquellas alternativas que rompen la estacionalidad de las representaciones. Por ejemplo, la apertura para los colegios por las mañanas y que la temporada no se interrumpa durante el verano.
Coinciden en que las perspectivas para la temporada que comienza son buenas. Y también para los años venideros. La capital cuenta con una nutrida representación de salas de teatro alternativo, que definen como "la cantera".