La UE negocia una recapitalización con fondos nacionales y europeos
Las negociaciones sobre el plan de recapitalización de la banca europea parecen avanzar hacia una solución mixta, que combine fondos nacionales y europeos. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy intentarán el domingo cerrar el acuerdo en Berlín.
Las discrepancias entre Alemania y Francia sobre la financiación del nuevo plan de rescate del sector bancario europeo podrían resolverse el domingo durante la reunión que celebrarán en Berlín la canciller Angela Merkel y el presidente Nicolas Sarkozy.
Fuentes comunitarias al tanto de las negociaciones apuntan a una solución mixta que satisfaga el deseo de Merkel de que cada país asuma la parte de la factura que le corresponda y la intención de Sarkozy de sufragar parte del gasto con el fondo de la zona euro.
Pero incluso si Berlín acepta esa solución, la disputa podría prolongarse sobre la contribución de cada una de las fuentes de financiación y sobre las condiciones para activar el fondo común o Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF).
El papel del fondo de rescate
Fuentes diplomáticas consideraron deseable la participación de la FEEF "porque algunos de los bancos que necesiten ayudas tal vez sean transnacionales, como Dexia, y en ese caso, una intervención compartida tiene sentido". Las mismas fuentes apoyaron la contribución de la FEEF para "aliviar la carga sobre las finanzas públicas nacionales", en un momento en que la mayoría de los países superan el límite de déficit público (3% del PIB) e intentan contener el crecimiento de la deuda pública.
Algunos analistas dudan, sin embargo, sobre la capacidad de la FEEF para asumir una factura tan abultada (la anterior superó los 400.000 millones de euros en el conjunto de la UE). El fondo común contará con un total de 780.000 millones de euros cuando concluya su reforma, pendiente de la ratificación en dos de los 17 países de la zona euro (Malta y Eslovaquia).
La Comisión Europea parece inclinarse por reservar esos recursos para los casos de extrema necesidad, en línea con las tesis de Berlín. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, se mostró convencido el viernes de que los socios cuya deuda dispone de la máxima calificación (triple A) podrían cubrir la recapitalización por sus propios medios y con capital privado.
Esa tesis coloca en una situación difícil a Francia, porque la intención del Gobierno que encabeza Nicolas Sarkozy consiste, precisamente, en compartir parte de la factura para no poner en peligro la máxima calificación (triple A) de la deuda francesa.
En paralelo con las negociaciones sobre la financiación del plan continúa la verificación sobre las potenciales necesidades de la banca europea. Bruselas espera que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) aporte datos sobre el impacto de una posible reestructuración de la deuda griega.
Fuentes diplomáticas, sin embargo, consideran que la información más fiable está en manos del Banco Central Europeo (BCE). Este organismo, como adelantó CincoDías el jueves, ha encargado un informe urgente para cuantificar las necesidades capital de la banca en cada país.
La factura anterior
Los países de la UE comprometieron entre 2008 y 2010 casi 950.000 millones de euros para recapitalizar la banca y sanear activos deteriorados. Finalmente, se desembolsaron 303.000 millones en recapitalización y 104.000 millones en activos malos, según los datos del departamento de Joaquín Almunia, comisario europeo de Competencia.