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Análisis

¿A quién le estallará la bomba de los cinco millones de parados?

La economía se acerca de nuevo a un estado comatoso que irremediablemente tendrá su reflejo en las cifras de paro. Los datos de afiliación a la Seguridad Social vuelven a mostrar destrucción de empleo y al ritmo actual los cinco millones de parados son inminentes. La cuestión es si se alcanzarán en la EPA del tercer trimestre, que se conocerá el próximo 28 de octubre, o ya tras las elecciones generales. La bomba puede estallar en las manos del candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba o en las de Mariano Rajoy si, como auguran las encuestas, gana los comicios.

Faltan 166.300 personas en la cola del paro para llegar a los cinco millones de desempleados, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre del año. Todo parece haberse confabulado para que esta temida cifra sea inminente e inevitable. La economía empeora a velocidad de vértigo y la crisis lejos de extinguirse, se recrudece. No ayudan las dos subidas de tipos de interés aplicadas este año, que han contribuido a endurecer más la financiación, la atonía del consumo, la debacle del sector inmobiliario y los ajustes presupuestarios de las autonomías para combatir el déficit. La economía nacional se adentra en un terreno muy peligroso que sin duda tendrá su reflejo en el ya malogrado mercado laboral.

Tras una larga y lenta mejora, la curva de variación interanual de la afiliación a la Seguridad Social ha revertido su tendencia y desde el pasado mes de junio vuelve a mostrar destrucción de empleo estructural, que además se acelera mes a mes. Una proyección a largo plazo de estos datos no hace sino augurar más pérdidas de puestos de trabajo en los próximos meses. El fin de la sangría del empleo está mucho más lejano de lo que se intuía hace pocos meses.

Al ritmo actual, la corriente lleva a España hacia lo que hasta ahora ha evitado por los pelos gracias a las buenas expectativas del sector turístico. Pero, una vez acabadas las vacaciones estivales y en un contexto de deterioro de la actividad, la cuestión es: ¿a quién le estallará la bomba de relojería de los cinco millones de parados?

Si se alcanzan en la EPA del tercer trimestre, que se conocerá el próximo 28 de octubre, ya no tanto el Gobierno como el candidato socialista a las elecciones generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, tendrá esta responsabilidad planeando sobre su proyecto político. Las dudas sobre si un hombre que ha sido clave en el Ejecutivo que ha llevado al país a tal situación podría solucionar el entuerto en su nueva andadura cobrarán fuerza y perjudicarán su imagen en plena campaña electoral.

Si los cuatro millones y pico aguantan un poco más, el que para la mayoría de las encuestas es el claro vencedor de los comicios, Mariano Rajoy, podría encontrarse en enero (mes en el que se publica la EPA del cuarto trimestre) con el polvorín en sus manos. Aunque bien podría echarle la culpa al anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PP se vería obligado a solucionar con contundencia lo que tanto a criticado. La expectación sobre cuáles son sus medidas para atajar el paro aumentarán considerablente.

La clave está en el número de activos y en cuánto puede aumentar. En los años 2009 y 2010, el total de activos se redujo al pasar del segundo al tercer trimestre. Si se extrapola esa tendencia a 2011, la población activa descendería en este tercer trimestre. No obstante, la EPA del segundo trimestre de este año registró un importante incremento de la población activa, en 74.900 personas.

Los expertos creen que los datos de la EPA reflejan mejor la situación real del mercado laboral que los del paro registrado en los servicios públicos de empleo, que se dan a conocer mensualmente.

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