Japón sale de la crisis gracias a los trabajos de reconstrucción
La vivienda iniciada y los pedidos a la construcción crecen más de un 10%
El pasado 11 de marzo, un terremoto seguido de un tsunami borró del mapa parte de la costa oriental de Japón, provocando miles de muertos y la destrucción de un país que afrontaba una incipiente recuperación económica. En 2010, el PIB experimentó un crecimiento del 4%, que se vio frenado en seco por el accidente de Fukushima.
El coste de los trabajos de reconstrucción, según las primeras estimaciones, se elevará a 200.000 millones de euros. Solo las dos primeras fases, ya puestas en marcha, están dotadas con 57.000 millones Las prioridades se están centrando en el desescombro de una línea de costa que abarca 600 kilómetros, la reconstrucción de las infraestructuras básicas como los tendidos de luz o las conducciones de agua y la reconstrucción de 70.000 viviendas. Esa primera inyección ya ha provocado, según las estimaciones de Citigroup, una avance del 2% del PIB, lo que permitirá a la economía japonesa cerrar este ejercicio con tan solo una caída del PIB del 0,5%. Los últimos datos macroeconómicos muestran una aceleración muy importante del mercado inmobiliario y de la obra civil. Las viviendas iniciadas en agosto han subido un 14% en tasa interanual, según la Oficina Nacional de Estadística, mientras que los pedidos de la construcción han repuntado también un 9,3% anual. En ambos casos, los registros están muy por encima de lo previsto por los analistas.
Las sucesivas inyecciones de dinero tendrán un efecto balsámico sobre la economía japonesa que retomará la senda de crecimiento el año que viene al mismo ritmo que antes de la crisis de Fukushima. En su último informe de perspectivas, presentado a principios de semana, el FMI pronostica que el PIB avanzará un 3,2% en 2012 gracias a las ingentes inversiones en infraestructuras. Este organismo, sin embargo, advierte en el mismo informe sobre los dos principales riesgos que debe afrontar la economía japonesa: la posibilidad de un nuevo apagón nuclear y el crecimiento imparable de la deuda y del déficit.
El Gobierno ingresará 21.000 millones con subidas de impuestos
El cierre progresivo de centrales nucleares puede provocar una escasez de suministro energético que bloquearía la producción industrial de un país dominado por grandes multinacionales electrónicas. Esa situación ya se produjo en las semanas posteriores a Fukushima y provocó un frenazo sin precedentes en la fabricación y en la distribución mundial de bienes y piezas de grandes compañías como Toyota, Canon, Honda o Nintendo.
Una deuda superior al 225% del PIB
Otro problema añadido es el elevado nivel de endeudamiento en el que ha tenido que incurrir el Ejecutivo nipón para financiar la reconstrucción. La deuda podría alcanzar el 225% del PIB y el déficit se podría disparar hasta el 10,5% a finales de este año. En este escenario, el FMI instó al Ejecutivo a buscar la fórmula que permita un crecimiento sostenido y unas finanzas saneadas. Y eso pasa por una fuerte reducción del gasto público y una subida generalizada de impuestos. El objetivo del gobierno nipón, expuesto a principios de semana, consiste en subidas selectivas del impuesto sobre la renta, sobre sociedades y sobre tabaco durante los próximos diez años con las que prevé recaudar 21.000 millones de euros adicionales. A esa cifra se tienen que sumar otros 65.000 que procederán de la venta de las participaciones estatales en compañías como Japan Tobacco.
Los expertos creen que Tepco será una "empresa zombie"
Las dificultades que Tepco, la compañía eléctrica que gestiona la central nuclear de Fukushima, va a tener para afrontar los pagos la van a convertir en una "compañía zombie". Así lo creen un grupo de analistas que ha realizado un informe, hecho público por el diario local Yomiuri, en el que augura que el Gobierno y la banca inyectarán dinero a la compañía a cambio de que adelgace la plantilla y diseñe un plan de viabilidad. La denominación de compañía zombie se utiliza para definir a la empresa que debería desaparecer, pero que no lo hace porque no dispone de liquidez para afrontar sus compromisos de pagos (en el caso de Tepco, las indemnizaciones a los 160.000 afectados por Fukushima).
La cifra
10,5% es el porcentaje en el que puede cerrar este año el déficit fiscal en Japón, debido al gran incremento del gasto público.