El mercado duda que la postura del PP dañe la OPV de Loterías
La oposición mostrada por el PP a la privatización de Loterías, que exige incluso la paralización de la OPV, son manifestaciones que el mercado considera oportunistas. Los expertos no creen que incida en el proceso de la colocación.
El Partido Popular cargó ayer las tintas sobre la privatización parcial de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) y de Aena. El portavoz de Economía Cristóbal Montoro, que participó en un foro organizado por CincoDías, exigió la paralización de ambas operaciones y se comprometió a revisar las condiciones y los contenidos de los procesos en caso de que el 20-N su partido gane las elecciones.
Su discurso se produce en un momento en que LAE se encuentra en pleno proceso de colocación. Está previsto que mañana la Comisión Nacional del Mercado de Valores dé el visto bueno al folleto y que salga a cotizar a finales de octubre.
Tras el sí del organismo regulador, comenzará la fase más dura para la compañía: intentar convencer a los inversores para que compren acciones. Todo dependerá del precio y del momento de mercado. Para los analistas, las palabras de Montoro quedan un tanto al margen del proceso. "Me parece un comentario oportunista e irresponsable. Es criticar por criticar", explica Alberto Roldán, director de análisis de renta variable en Inverseguros.
El mayor riesgo que ven los analistas es un posible cambio regulatorio
Otra experta comenta que en otro tipo de compañía quizás la postura del principal partido de la oposición podría perjudicar. "En Bankia y Banca Cívica hubiera hecho más daño, ya que el inversor desde un principio estaba más reticente a invertir en el sector bancario".
Los analistas están más por resaltar el perfil defensivo y la alta rentabilidad por dividendo que ofrecerá el valor. "Creo que son dos cosas muy atractivas", dice una analista. "Quizás pueda tener más problema en el tramo internacional, porque será difícil explicar, por ejemplo a un fondo alemán, que la mayor parte de los ingresos de la compañía se generan en la lotería de Navidad y El Niño. Y es una tradición en España, igual que comerse las uvas en Nochevieja".
Por el lado del negocio y de las ventajas que ofrecerá al inversor, como una alta rentabilidad por dividendo, parece que Loterías no tendrá problema. Lo que más preocupa es un posible cambio regulatorio. "Cuando privatizas una compañía te abres a la competencia, pierdes el privilegio que tenías", explica Roldán.
Desde mediados de marzo LAE paga el impuesto de sociedades. "Los inversores institucionales van a pedir que se les dé visibilidad normativa sobre el juego. Si se aplican nuevas tasas, habría que ver si lo asumirá la propia compañía, o por el contrario, si se traslada al consumidor final, por ejemplo incrementando el precio de los décimos", señala un gestor. De cualquier forma, el experto matiza que el Estado se quedará con el 70% del capital, y en su interés no estará el reducir la valoración de la empresa por la aplicación de impuestos.
El Gobierno pretende colocar en el mercado hasta el 30% del capital de LAE. Mediante esta operación prevé captar más de 7.000 millones de euros que servirán para reducir deuda. El jueves si la CNMV aprueba el folleto los inversores conocerán la horquilla de valoración inicial. Pero el mercado ya ha comenzado a realizar las primeras estimaciones y sitúan esta banda entre los 20.000 y 24.000 millones. El precio final dependerá de la aceptación de la oferta y las condiciones del mercado. Los fondos, en cualquier caso, van a exigir el máximo descuento. Si LAE se compara con Lottomatica, que cotiza en la Bolsa de Milán, tendría una capitalización entre 15.000 y 16.000 millones. Pero los gestores esperan que la valoración sea más elevada, entre otras cosas porque Loterías se diferencia de sus competidoras en el hecho de no tener deuda o inversiones en el exterior. Por esos dos motivos, no se descarta que debute con cierta prima.
Las comisiones a la banca se reducen al mínimo
La salida a Bolsa de LAE será la mayor realizada hasta ahora en el mercado español. La dimensión de la operación, de más de 7.000 millones, así como la propia entidad, considerada como la joya de la corona para el Estado, ha despertado fuerte interés a todos los niveles. 50 entidades concursaron para hacerse un hueco en la colocación entre asesores, bancos y abogados.Santander y BBVA forman parte del grupo de entidades colocadoras globales junto con JP Morgan, UBS, Credit Suisse y Goldman Sachs. Pero en el sindicato de la OPV figura un gran número de entidades españolas y extranjeras. Cada una de ellas tendrá unos objetivos de venta y percibirá una comisión por ello. "Al tratarse de una privatización la retribución se ha reducido al mínimo; no serán muy altas. De lo que se trata es de obtener ingresos al mínimo coste", explica una experta. "Creo que no van a tener problemas en cumplir con las expectativas, sobre todo los bancos más grandes", dice.Por ejemplo, en la salida de Bankia, los colocadores percibieron comisiones por el tramo institucional y el particular. Las partidas fueron aseguramiento, colocación, dirección, gestión, dirección y éxito, principalmente. Los porcentajes se aplican sobre el importe del tramo correspondiente.