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Cambios en la fiscalidad

La solución a la caída de ingresos pasa por el IVA

Los expertos exigen bajar los tipos generales de IRPF y Sociedades

El sistema impositivo de España aparece como una rara avis dentro del conjunto de las economías mundiales. Mientras que la tendencia en la gran mayoría de naciones ha sido la de bajar los impuestos directos (en especial los que gravan el trabajo y los beneficios empresariales) y subir los indirectos, como el IVA, España ha seguido un camino bien diferente.

Así se puede constatar en un estudio elaborado por la consultora Ernst & Young Abogados, en el que se comparan los tipos aplicados en las principales figuras impositivas, tanto directas como indirectas, en los miembros de la Unión Europea, en los países emergentes conocidos como BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y en EE UU. La principal conclusión que se extrae del informe es que la única vía que le queda a España para recomponer las maltrechas cuentas públicas y recuperar ingresos es subir el IVA, cuyo tipo (el 18%) está muy por debajo de la media de los países analizados en el estudio.

Eduardo Sanfrutos, socio responsable del área de Tributación de Empresas de Ernst & Young Abogados y director del estudio, reconoció ayer que al Ejecutivo le quedan dos vías: subir el tipo general (que está en el 18%, el tercero más bajo de la UE, tan solo por encima de Chipre y Luxemburgo) y eliminar la aplicación de tipos reducidos (en España existen dos, del 7% y del 4%) que gravan, entre otros bienes y servicios, la compra de alimentos o el suministro del agua. "Estas reducciones no están bien vistas desde Bruselas porque no ayudan al control de la inflación y la rebaja del impuesto no llega al precio final, si no que se queda en el margen de las empresas o en el beneficio de alguno de los proveedores", recalcó Eduardo Verdún, socio del área de Tributación Indirecta.

El informe aboga porque el incremento del IVA se vea acompañado de una rebaja de tipos en los dos grandes impuestos directos (IRPF y Sociedades), en los que España se encuentra por encima de los países analizados. "La reducción de la brecha fiscal sobre los salarios y la rebaja de impuestos para las empresas podrían ayudar a mejorar nuestra competitividad y la capacidad para contratar. Todo ello contribuiría a generar un mayor crecimiento economía y a un incremento de la recaudación", remarcó Sanfrutos.

En la comparación del IRPF, España aparece situada en la undécima posición de 32 países, con un tipo medio marginal máximo del 45%. Sin embargo si se le añade el tramo autonómico del impuesto, como en el caso de Cataluña, se puede elevar hasta el 49%. "Este nivel se equipararía con el de algunos de los países con tipos más altos como Reino Unido o Austria", precisó el director del estudio. En el caso de Sociedades, el tipo medio es del 30%, lo que coloca a España como el octavo entre los países analizados, por detrás de Malta, Francia, Bélgica, Italia, EE UU, Brasil e India. "La tendencia general , especialmente en Europa es descendente. Pese a que España ha reducido cinco puntos el tipo nominal entre 2006 y 2008, sigue muy por encima del resto", remarcó.

La diferencia entre tributar en Madrid y Cataluña

El estudio no solo hace hincapié en lo elevado del tipo máximo del IRPF, si no en lo compleja que resulta su estructura. En la actualidad este impuesto tiene seis tramos si se hace una media entre los tramos estatales y autonómicos, solo superado en la UE por Grecia, Portugal y Luxemburgo. A esta maraña legal se le ha unido, además, el hecho de que las comunidades autónomas han comenzado este año a aprobar las tarifas autonómicas, que se suman a la estatal. Así hay comunidades como Aragón que solo aplican cuatro tramos o Cantabria con ocho.La fuerte diferencia entre los gravámenes aprobados por cada región provoca que haya una brecha superior a cuatro puntos entre Madrid, la comunidad con un marginal máximo más pequeño (un 44,9%), y Cataluña, con un gravamen máximo que llega al 49%. Ambos tipos se aplican a partir de una base liquidable de 175.000 euros.Las diferencias en los tipos aplicados provocan, por ejemplo, que para ese nivel de ingresos (sin aplicar mínimos familiares ni personales) un residente en Madrid pagaría 68.637, mientras que uno de Cataluña abonaría 70.016 euros, lo que representa una diferencia cercana a los 1.400 euros. Esa brecha se va ensanchando a medida que los ingresos van creciendo y alcanza su máximo en las bases liquidable superiores a 300.000 euros al año. En este caso, la diferencia en el pago puede llegar a los 6.500 euros dependiendo si la residencia habitual está en Madrid o Cataluña.

Patrimonio

Sanfrutos considera que la restauración del impuesto de patrimonio es un paso atrás, ya que dentro de la UE solo está vigente en Francia como un tributo para los que más ingresos tienen. "Al final acabarán pagándolo los profesionales y aquellos que tienen rentas declaradas", advirtió en la presentación.

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