Cantos de sirena para atraer al inversor en banca
Entidades francesas e italianas son las más vulnerables a nuevas caídas, aunque el castigo azota a todo el sector. Solo las menos apalancadas y con presencia en emergentes resistirán mejor.
En plena tormenta financiera los bancos centran de nuevo todas las miradas. La solidez de sus balances, la calidad de sus activos y su capacidad para generar beneficios en el futuro vuelve a estar en cuestión. En los días de gran volatilidad el sector financiero sufre como nadie la virulencia vendedora, tanto que a los precios actuales empiezan a cotizar escenarios demoledores. ¿Son los riesgos que afronta tan elevados como para justificar las caídas acumuladas en el año? ¿Existen oportunidades de inversión?
"La banca está ridículamente barata a nivel de valoración respecto a los últimos 80 años. Lo que falla es que son negocios que no retornarán lo que espera el accionista o a los que les falta capital. Creemos que en el sector hay varios tipos de jugadores y el mercado no discrimina", explican Marc Batllé y Juan José Fernández, consejeros de ElCano Sicav.
Los precios de derribo que revelan variables como el PER, el precio sobre valor en libros o la rentabilidad por dividendo pierden relevancia en un momento como el actual en el que se cuestiona tanto la calidad de los activos como el negocio. Pero precisamente en estos momentos de pánico en los que las caídas afectan al mercado en bloque, aparecen grandes oportunidades si uno sabe discernir quiénes serán los ganadores tras la crisis.
Los expertos coinciden en que hay valor en el sector financiero pero la clave, como siempre, es elegir bien, más aún en un momento en el que empiezan a circular listas de valores a los que pronto se exigirá más capital. Los 16 bancos europeos que superaron los test de estrés con notas bajas, entre ellos siete españoles (HSH Nordbank, Norddeutsche Landesbank, Marin Popular, NLB, Piraeus Bank, TTH. Postbank, Banco Popolare, Espírito Santo, Millenium BCP, Banca Cívica, Bankinter, Bankia, Novacaixagalicia, Ontinyent, Popular y Sabadell), vuelven a estar en el punto de mira pero no son los únicos. En definitiva estas entidades son de tamaño mediano y las tensiones recientes se deben a las dudas sobre la salud de los grandes bancos europeos, especialmente los franceses.
Las carteras de deuda pública en manos de la banca se han convertido en el detonante del resurgir de la crisis financiera. El impacto de un posible deterioro de estos activos en los balances de las entidades más expuestas a la deuda periférica, algo que los test de estrés no analizaron, ha disparado la desconfianza en el sector y explica en buena medida las tensiones de liquidez recientes. Si hace cuatro años los bancos dejaron de prestarse dinero con normalidad por miedo a las hipotecas subprime ahora lo hacen por temor a la depreciación de las carteras de deuda.
Los apuros por captar liquidez en un entorno de creciente incertidumbre son otra amenaza para las entidades más apalancadas, un frente al que hay que sumar también el riesgo de una recesión que dispare la mora, merme los ingresos y en definitiva incida de lleno en la generación de beneficios. Un escenario sombrío para un sector que sigue purgando los excesos del pasado a base de recortar sus balances, lo que en definitiva implica menos créditos y menos negocio potencial.
Los bancos con elevada exposición a la deuda de países en el punto de mira como Grecia, Irlanda, Portugal, Italia o España, aquellos más dependientes de la financiación mayorista o las entidades demasiado expuestas al negocio doméstico de economías renqueantes son los valores que más desconfianza generan. Entidades como BNP Paribas, Dexia, Crédit Agricole, Société Générale, ING y KBC entran en esta lista, al igual que las principales entidades alemanas. Pero la desconfianza afecta a todos. Se teme que las entidades italianas sean las que más sufran si hay un recrudecimiento de la crisis soberana. En España la exposición al ladrillo o al negocio doméstico son otros focos de tensión. Eso sin mencionar los cambios regulatorios que afronta la banca británica que obligará al sector a afrontar requisitos de capital más exigentes que sus competidores en los próximos años.
En los últimos tiempos, sin embargo, el mayor foco de tensión lo centran las entidades francesas. A finales de marzo tenían 672.000 millones de dólares en deuda de Grecia, Portugal, Irlanda, Italia y España, según datos del BIS. Se trata de la mayor exposición en Europa a las economías con más debilidades de la zona euro y también es un tercio superior a la exposición de las entidades alemanas, las segundas más expuestas, seguidas en tercer lugar por las británicas.
La principal preocupación a corto plazo es la exposición a Grecia. Las principales entidades galas cuentan con 57.000 millones de dólares de deuda pública y privada helena, según el BIS. Y en un entorno de creciente desconfianza ya hay quienes, como el consejero delegado de Pimco, Mohamed El-Erian, advierten sobre la posibilidad de una "crisis bancaria en toda regla" por este motivo. Société Générale y Crédit Agricole sufrieron una rebaja de rating de Moody's la semana pasada y la agencia advirtió que estudia rebajar también a BNP Paribas. "Creemos que los temores sobre la financiación de la banca francesa y su capacidad para absorber una quiebra de Grecia están exagerados", comentan desde Nomura. Firma que considera que posibles quitas se podrán financiar con los resultados.
Muchos expertos asumen ya pérdidas de hasta el 100% en los bonos griegos en manos de los bancos europeos pero la mayoría de la exposición a deuda soberana se mantiene a vencimiento, lo que implica que el único evento que puede producir pérdidas para un banco es un impago o reestructuración de deuda, un riesgo que de momento afecta fundamentalmente a Grecia. De hecho, hay algunas entidades que calculan que las pérdidas en las grandes entidades europeas se empezarían a resentir en el momento en que se consideran recortes del 20% en la deuda española e italiana.
Quienes deseen apostar por el sector financiero, por tanto, deberán valorar si los precios actuales descuentan un escenario factible. "Los bancos o están muy baratos o muy caros. Si pensamos que podemos ver quiebras soberanas como consecuencia de la ruptura del euro están caros. Esa situación generaría una enorme disparidad entre los activos y pasivos que resultaría demoledora a nivel mundial", argumenta Justin Bisseker, de Schroders, experto que confía en que las autoridades políticas encuentren la receta para evitar un escenario catastrofista.
Las entidades expuestas a países con mejores perspectivas económicas como Noruega, Suiza, Alemania, Holanda, Dinamarca, o Austria como Deutsche Bank, Commerzbank, Nordea, SEB o Raiffesein; aquellos bien diversificados y con exposición a mercados emergentes como BBVA, HSBC, Unicredito, KBC, Erste Bank, Citigroup o Goldman o entidades poco apalancadas de países como México, Indonesia, Filipinas o Rusia son algunos parámetros que aconseja Credit Suisse para recomendar las entidades aguantarán mejor la crisis.
La gran duda para muchos es si el momento es el bueno. Nadie duda que los bancos están baratos pero también pueden estarlo todavía más.
Las cifras
13,8% es el castigo bursátil que acumula el sector Stoxx de banca en el mes de septiembre.0,6 veces el valor en libros es la media a la que cotizan los principales bancos europeos este ejercicio.
Un desplome del 37,2% anual
La desconfianza que rodea al sector financiero se refleja de forma demoledora en evolución bursátil en lo que va de ejercicio. El índice Stoxx de banca pierde el 37,2% hasta la fecha y no hay ni un solo valor del índice que se salve de las pérdidas. Un castigo que se suma al 11,6% que perdió el pasado ejercicio. Bank of Ireland, el más afectado, pierde un 80,4%, mientras que Bankinter, uno de los mejores, baja el 11,45%.En las últimas semanas, en particular desde principios del mes de septiembre, dependiendo de la nacionalidad de las entidades, los castigos se han acusado con mayor o menor virulencia. En esta ocasión, el foco de los miedos se ha centrado en las entidades griegas, francesas, alemanas e italianas ante el recrudecimiento de la crisis de deuda soberana, lo que ha permitido que los bancos españoles, pese a verse muy azotados en el último mes, no hayan sufrido tanto como en otras ocasiones. Un síntoma de la confianza relativa en el sector.Así, mientras que Apha Bank (-42,5%), Crédit Agricole (-35%), Erste Group (-32,3%), Raiffeisen (-34%), KBC (-29,69%), BNP Paribas (-29,4%) o Société Générale (-28,7%) son de las más azotadas, las entidades españolas han aguantado mejor el tipo con caídas que van desde el 10,8% de Santander, el descenso del 10,46% de BBVA o las pérdidas cercanas al 10% de Bankinter, Popular o CaixaBank. Sabadell, una de las menos castigadas este mes, sufre un recorte del 6,2% este mes.