Sando se asienta en Suramérica y entra en África a través de Marruecos
La constructora de obra civil Sando está echando las redes tanto en América del Sur como en el norte de África en busca de rebajar su dependencia del mercado español y seguir plantando cara a su millonaria deuda. Tras estrenarse en julio en Colombia, acaba de ganar su primera obra pública en Marruecos.
La firma malagueña, una de las más notables del pelotón de constructoras medianas por sus 750 millones de facturación en 2010, se encargará de ejecutar un paso subterráneo en Casablanca (Marruecos) valorado en 7,5 millones. El contrato, promovido por el ayuntamiento de la ciudad marroquí, ha obtenido en solitario y ofrece 24 meses de trabajo. Sando deberá construir un túnel bajo dos vías de tren, otras dos de tranvía y ocho carriles de circulación en la zona de La Marina.
La actuación está incluida en el programa de mejora de las infraestructuras de Casablanca, CASA-2010, lanzado por el Ministerio del Interior marroquí. Más allá del volumen de la actuación, destaca el grado de implantación y calificación de la constructora española para acceder a nuevos proyectos en ese país.
Colombia y Polonia
En el caso de Colombia, donde su plan de infraestructuras ha atraído a las mayores firmas españolas de infraestructuras, Sando se adjudicó en julio, en consorcio con la firma local Grodco, una carretera en el departamento de Santander.
El volumen de la adjudicación, puesta en juego por la energética colombiana Isagen en el marco del proyecto hidroeléctrico Sogamoso, alcanza los 31 millones. La obra, con un plazo de ejecución de 18 meses, incluye un total de seis puentes. La empresa ha reconocido interés por crecer tanto en Colombia como en Marruecos.
Estas dos actuaciones complementan la presencia de Sando en Polonia, donde desembarcó en el año 2005 a través de su actividad de promoción inmobiliaria. En la actualidad desarrolla en ese país del Este cuatro contratos de obra civil que suman 435 millones de euros a su cartera.
Un centro para integrar presos
La secretaria de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, inauguró ayer el centro de inserción social construido por Sando en la localidad madrileña de Navalcarnero. Las obras se han llevado a cabo durante el último año con un presupuesto de 10,1 millones de euros.Se trata de una infraestructura penitenciaria de 8.600 metros cuadrados, dotada con 200 habitaciones, cuyo objetivo es la integración urbana de internos en régimen de semilibertad. La ubicación elegida para la instalación es cercana al Centro Penitenciario Madrid IV.