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Coren y Outro Polo se vieron ayer en los tribunales

La venta de patas de pollo abre una guerra en España

Coren y Outro Polo se citan en un juzgado para resolver la competencia en un negocio con clientes chinos.

La venta de patas de pollo abre una guerra en España
La venta de patas de pollo abre una guerra en EspañaCINCO DÍAS

El apetitoso negocio de la venta de patas de pollo a China enfrenta a dos empresas españolas. La cooperativa gallega Coren y la firma vizcaína Outro Polo se vieron ayer en los tribunales en su disputa por el jugoso comercio de un producto que en el país oriental es considerado una delicatessen.

Las patas de pollo están consideradas en España como un subproducto y en China un manjar. Y, en el medio, un suculento negocio que Coren y Outro Polo no quieren desperdiciar.

El litigio que mantienen ambas compañías tiene su raíz en la ruptura unilateral el pasado año del contrato firmado entre la cooperativa orensana y la compañía vizcaína por el cual Coren se comprometía a vender a Outro Polo 12.000 toneladas de patas de pollo. Esta última sociedad las situaba posteriormente en el mercado chino tras procesarlas, envasarlas y congelarlas para su expedición en contenedores que partían de Vigo. Este negocio le generó unas ventas de 1,3 millones de euros.

Outro Polo, según ratificaron ayer sus asesores legales en la vista previa celebrada en el Juzgado número 4 de Orense, ha perdido un importante negocio. Solicitaron por ello una indemnización de 7 millones de euros por el lucro cesante. Añadieron, además, que Coren se ha quedado con sus clientes y utiliza la maquinaria de la compañía vizcaína, situada en un pabellón de la cooperativa gallega y adosado a su matadero, para vender en China y en el sudeste asiático. Portavoces del grupo alimentario aseguraron que el asunto es puramente comercial.

En la vista, ambas partes se ratificaron en sus posturas. La juez que entiende del asunto les conminó a llegar a un acuerdo antes del juicio fijado para el 25 de enero. Si no hay consenso deberán declarar, entre otros, Manuel Gómez Franqueira, primer ejecutivo de Coren.

La relación contractual entre Coren y Outro Polo, una de las pocas compañías europeas dedicada al procesado de patas de pollo para su posterior venta se inició en 2006. Tras valorar la posibilidad de crear una sociedad conjunta, Coren desestimó su participación pero se comprometió a colaborar en el proyecto con el objetivo, según Outro Polo, de ahorrarse los costes de la destrucción de lo que consideraban un subproducto y sin salida en el mercado.

Outro Polo, tras el acuerdo de suministro, invirtió en una maquinaria especial realizada a medida de sus necesidades para tratar las patas de pollo en una inversión valorada en casi 200.000 euros e integró el proceso de elaboración junto a las instalaciones de Coren. La cooperativa orensana se apoyó en las subvenciones de la Xunta de Galicia para construir la nave y acoger la maquinaria de Outro Polo.

La actividad, añade la empresa vizcaína, fue creciendo. Así en 2007 ascendieron a 700.000 euros las ventas y en 2009 se incrementaron hasta los 1,3 millones. Ese ejercicio Coren y Outro Polo negociaron una revisión de las condiciones contractuales con un mejora de los precios y aumento de las toneladas a suministrar. En 2010, Coren rescindió unilateralmente el contrato y empezó a vender directamente a China.

La cifras

 

12.000 son las toneladas de patas de pollo que se había comprometido Coren a suministrar a Outro Polo para su elaboración, envasado, congelación y posterior venta en el sudeste asiático, principalmente China.

7 millones ha solicitado la firma vizcaína a la compañía gallega por la pérdida de negocio como consecuencia de la ruptura del contrato.

Un consumo de medio millón de toneladas

El consumo de patas de pollo en China ronda el medio millón de toneladas anuales. Según un estudio de Proexport Colombia, un país que ha iniciado tímidamente la venta de este producto al gigante asiático, la temporada de mayor compra se produce entre los meses de abril y octubre cuando el clima es más cálido. Durante el otoño y el invierno, añade el estudio de la consultora con sede en Bogotá y encargada de promover el turismo, la inversión y las exportaciones de Colombia, el precio de la pata de pollo desciende por la caída de su consumo.Las garras de esta ave de mayor tamaño se dirigen a los hipermercados y a las restaurante de gama alta. Las patas más pequeñas, las alas y las puntas de las alas, además de ser vendidas en los supermercados, se utilizan para su procesamiento industrial y para otro tipo de productos terminados.Entre los principales exportadores de este tipo de productos a China se encuentran Estados Unidos y Brasil, aunque se ha abierto a otros países como Argentina, Indonesia, Taiwán y Filipinas. Holanda, Francia y España en menor medida se han incorporado a un mercado con un enorme potencial y que es incapaz de satisfacer la demanda interna.En España, al igual que en varios países europeos, la venta de patas de pollo está prohibida. En Asia y en algunos países latinoamericanos es, no obstante, un producto demandado.Además de Outro Polo hay otras pequeñas empresas españolas que se dedican a la comercialización de este producto fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, ninguna de ellas está situada junto al principal matadero de aves de España, un situación que pone en valor el contencioso que dirimen la compañía vasca y la cooperativa orensana dirigida por Manuel Gómez Franqueira.

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