El gobierno griego se reúne de urgencia para elevar el ajuste
El Gobierno griego se encuentra hoy reunido de urgencia en Atenas en un intento por decretar nuevas medidas de austeridad que permitan a Grecia cumplir sus objetivos de reducción del déficit fiscal.
La reunión ha sido convocada por el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, quien ayer abortó en el pleno vuelo un viaje de Londres a Nueva York, donde tenía previsto asistir a la Asamblea General de la ONU y mantener importantes reuniones.
Grecia debe reducir este año su déficit fiscal hasta el 7,5% del PIB pese a haberse encontrado en las cuentas públicas un nuevo "agujero" de unos 2.000 millones de euros.
En un comunicado difundido anoche en Atenas, la oficina del primer ministro destacó que el viaje a EEUU se suspendió "debido a las importantes decisiones que el jefe de Gobierno debe asumir en la semana para garantizar que se cumplirá el acuerdo del pasado 21 de julio".
Dicho acuerdo establece las reformas y recortes que Grecia debe cumplir para que sus socios europeos le presten dinero en un segundo rescate por valor de 160.000 millones de euros.
También está a la espera a que la zona del euro, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) le entregue un tramo de 8.000 millones de euros para poder pagar nóminas y pensiones, ya que el Gobierno heleno tiene dinero sólo para cumplir sus obligaciones hasta octubre.
El dominical "Vima" asegura hoy que la "troika" exige a Grecia el despido inmediato de unos 100.000 funcionarios, que aumente impuestos y que privatice inmediatamente varias empresas públicas.
Grecia se había comprometido en julio a cumplir con un programa a medio plazo hasta 2015 para recaudar 78.000 millones de euros con recortes de pagas adicionales en el sector público, ingresos de unos 50.000 millones en concepto de privatizaciones y alquileres de propiedades estatales y de aumento de impuestos.
Los socios de la zona del euro y de los Veintisiete no están convencidos de que Grecia pueda alcanzar estas metas, por lo que ha exigido que Atenas haga más para reducir su enorme déficit, de 10,5% del PIB en 2010 y una deuda que se espera que se situará en el 157,7% del PIB.
El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, declaró ayer que es "ridículo hablar sobre una salida de Grecia del euro" pero sí reconoció que "atravesamos por momentos muy difíciles."
La misión de los prestamistas para Grecia, prevista para mañana, ha postergado su visita de inspección a Atenas. De esa misión depende la entrega del más reciente tramo del rescate.
Mientras, el líder de la oposición, el conservador Antonis Samaras declaró ayer que "la única solución son las elecciones anticipadas" y prometió que en caso de ganar "renegociará el acuerdo con los acreedores extranjeros".