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Ciencia & Salud. Responsabilidad social

Regulación interna para acabar con la mala imagen

Las actuaciones poco éticas provienen de los pagos a médicos por estudios y la asistencia a congresos

No en pocas ocasiones, la industria farmacéutica ha aparecido en el cine representada por el malo sin escrúpulos, capaz de hacer cualquier cosa por conseguir beneficios. Que se lo digan al pobre Ralph Fiennes en El jardinero fiel, que busca sin suerte a su esposa, que destapó a una industria demasiado sedienta de dinero. O de una forma mucho más desenfadada, Amor y otras drogas muestra cómo los médicos se dejan corromper por unos visitadores médicos que quieren colocar sus fármacos por encima de la competencia.

Aunque algo ha cambiado. Un estudio interno de Sigma Dos para la patronal Farmaindustria señala que es el segundo sector mejor valorado del país, después de la alimentación, "porque mejora la calidad de vida, dispone de tecnología avanzada e invierte en investigación y desarrollo".

Sin embargo, hay ciertos clichés que han permanecido en la sociedad, como la relación comercial de los visitadores con los facultativos. Hace años, desde la década de los noventa, que la industria se ha dotado de códigos de buenas prácticas y las comunidades autónomas vigilan estas relaciones. "Quien se salta las normas queda en una posición muy arriesgada", opina Guido Decap, director general de Biogen Idec.

"Es la industria más autorregu-lada del país", señala el Foro de Pacientes

La patronal tiene un código que regula la relación con los médicos. "La función del visitador ha sido muy importante para nosotros, porque era en muchas ocasiones la única forma de conocer las novedades, pero ahora tiene menos sentido", reconoce Serafín Romero, secretario general del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. De hecho, con el nuevo decreto deberán recetar por principio activo y no por marca. "El centro de gravedad en la toma de decisiones se traslada a las farmacias", explica. "Puede que alguien se salte el código, pero es anecdótico".

La norma interna de la patronal regula asuntos como los regalos a los médicos, que no pueden superar un valor simbólico de 10 euros, los eventos a los que se les invitan o la remuneración si participan en estudios de los laboratorios. José Zamarriego es el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria, un departamento que vigila las acciones de sus asociados y que en 2010 intervino en 3.482 acciones preventivas de control de los laboratorios. Reconoce que donde más infracciones se producen es en "la hospitalidad en los congresos", en la participación en estudios como una forma de incentivar a los profesionales o en consultorías realizadas por los médicos a los laboratorios.

"Hay muchas maneras de seducir a los médicos, no solo pagando, para dejarse comprar el alma", opina Juan Ramón Laporte, jefe de farmacología del Hospital Vall d'Hebron y catedrático, quien es muy crítico con la práctica de los laboratorios. "La mala imagen se la han ganado ellos. Los códigos son de vitrina. No se puede hablar de ética cuando el mercado entra en la salud", asevera.

"No hay industria más autorregulada. Toda la información es pública", contesta Zamarriego. De hecho, señala que para su unidad deontológica es muy importante "los controles cruzados" que se hacen los laboratorios, denuncias para que la competencia no saque una ventaja desleal. "Una cosa es la leyenda que arrastra, pero yo diría que es la industria más autorregulada del país, desde luego más que la alimentación", asegura Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes. Precisamente, la relación con las asociaciones de enfermos también está regulada por otro código para evitar intereses cruzados. "Aunque la capacidad de los pacientes para hacer lobby e influir en las autoridades es mínima", cree este médico.

Otro error que el sector ha cometido, según el director de Biogen, es "haber abusado en recursos de marketing como si un fármaco fuera un bien de consumo", ya que si el principal cliente es el Estado "y por tanto, lo pagan los ciudadanos vía impuestos, es normal que entonces pidan un precio menor"

Información sobre los efectos

El doctor Laporte también critica la información que ofrecen los laboratorios sobre los efectos adversos de los fármacos: "A menudo se minimizan y se esconden estos efectos". Incluso un artículo en el British Medical Journal escrito por dos médicos daneses denunciaba una supuesta laxitud de la Agencia Europea de Medicamentos, sobrevalorando las bondades y subestimando los daños.Algo que Zamarriego niega porque toda la información sobre los estudios siempre es pública. "Si hay afirmaciones tan graves de que se esconde la información, está el Estado de Derecho para defenderse. Eso es inaceptable. La información es pública. Todos los materiales promocionales de las compañías se estudian y ahí está la competencia también para avisar de posibles malas prácticas".En los últimos años, sí se ha dado algún caso aislado de retirada de medicamentos, como el analgésico Vioxx de Merck o el antidiabético Avandia de GSK. "Es verdad que alguna vez ha ocurrido pero son las menos", explica el secretario general de la organización colegial de médicos. "Se ha mejorado mucho en este ámbito, porque siempre se publican los efectos adversos en los ensayos. De hecho, hay una broma que dice que con los controles que ahora existen, tal vez la aspirina y muchos de los medicamentos que tomamos no hubieran pasado el filtro", señala Jovell. "El poder de lobby de esta industria lleva a aprobar medicamentos que no son innovación, no son avances terapéuticos, solo son más eficaces que el placebo pero no más que otros", opina Laporte."Mucho poder de lobby no tienen cuando han sufrido tres recortes en un año", opina Jovell."No creo que haya mala fe de los laboratorios cuando surgen efectos no deseados. Cuando tenemos resultados positivos se produce mucho entusiasmo. Al utilizar poblaciones más grandes que las de los ensayos, es posible que aparezcan algunos efectos, pero eso no significa que se hayan ocultado. Si alguien lo hace, desde luego, merece toda la condena de la sociedad", afirma el director general de la biotecnológica Biogen.

Transparencia

El informe realizado por el exministro Bernat Soria para Abbott aconseja a la industria trabajar con más transparencia. "El principal motivo denunciado por todos los colectivos que aparece de forma recurrente como causante de la mala imagen de la industria es la falta de transparencia que proyecta en sus operaciones, lo cual genera una desconfianza en toda la sociedad", se señala en el informe. "No estoy de acuerdo, porque no hay sector en España que ofrezca más información pública", matiza el directivo de la patronal. Entre las recomendaciones del exministro se encuentra la publicación de un "registro de intereses" de las empresas.

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