Suzuki rompe con su aliada Volkswagen para desarrollar tecnología propia
Suzuki anunció ayer la ruptura de la alianza que mantenía desde 2009 con Volkswagen después de que esta la acusase de violar su unión al acordar con Fiat el desarrollo conjunto de motores diésel. La firma alemana no tiene intención por el momento de venderle a Suzuki la participación que mantiene en su accionariado, pese a las peticiones de la nipona.
Divorcio en el matrimonio de conveniencia entre Suzuki y Volkswagen. La empresa nipona anunció ayer la ruptura de la alianza estratégica que mantenía desde diciembre de 2009 con el fabricante alemán de vehículos, incluyendo el fin del intercambio accionarial con que se rubricó el acuerdo. Suzuki explicó en un comunicado que uno de los motivos principales de la disolución es que el objetivo del mismo, esto es, la transferencia de tecnología alemana a la gran corporación japonesa, no se estaba realizando como se había esperado.
Así, Suzuki señala que la participación cercana al 20% que cada firma tenía en su socia era insuficiente para recibir tecnología "al mismo nivel" que otras firmas en las que Volkswagen mantiene el 100% de las acciones.
De ahí que la firma nipona haya acelerado el desarrollo de su propia tecnología medioambiental y de sus áreas de ingeniería, dado que para la japonesa es "crucial" asegurar su independencia para poder mantener su competitividad en el mercado asiático.
Hasta ahí la versión de Suzuki. El punto de vista de la alemana es un tanto diferente: según señaló el domingo la multinacional con sede en la ciudad de Wolfsburgo, la ruptura se produce tras haber denunciado esta que su socia ha violado la alianza acordando con Fiat el desarrollo conjunto de un motor diésel. Dicho acuerdo comprende el suministro de motores de 1,6 litros para el Sx4, un todoterreno japonés fabricado en Hungría.
Final agridulce
Al estilo de los divorcios accidentados, las partes van camino de cerrar de malas maneras sus dos años de noviazgo. Mientras que Suzuki pretende recomprarle a Volkswagen su paquete accionarial, la alemana se niega a vendérselo (su valoración ha caído desde entonces de 2.300 a 2.200 millones de dólares).
"No tenemos ningún proyecto de colaboración en marcha", señala un comunicado de Suzuki. "Intentaremos llevar a cabo el proceso de separación de la manera más armoniosa posible", añade. Los portavoces de Volkswagen, por su parte, aseguraron ayer que confían en que no se rompa la relación entre ambas compañías.
La cifra
1.700 millones de euros (unos 2.300 millones de dólares) le costó a Volkswagen su participación en Suzuki, valorada ahora en unos 1.616 millones.
Un gigante asiático con un pie en una grande de Occidente
El noviazgo entre Suzuki y Volkswagen se celebró en su momento como una muy buena operación.Ambas empresas adquirieron un 19,89% de la otra con objetivos muy concretos: la alemana incrementaría su presencia en la India, donde Suzuki tiene una poderosa cuota del suculento mercado de los microcoches, a cambio de que la nipona accediese a la tecnología de los motores híbridos.El matrimonio ha durado de diciembre de 2009 a septiembre de 2011. Pero Volkswagen no es la única expareja de Suzuki. En 1998, la firma nipona se alió con la entonces mayor fabricante del mundo: General Motors. La americana compró un 17,4% de Suzuki, que se diluyó a partir de 2006.Asimismo, la firma nipona ha mantenido acuerdos similares con Daimler y Chrysler.