Los inversores en los convertibles de Caixabank sufren minusvalías latentes del 32%
La puesta de largo en Bolsa del banco de La Caixa tuvo lugar el 1 de julio. Sus bonos necesariamente convertibles, que se transformarán en acciones a finales de 2012 y 2013, caen un 32,4% respecto al precio de colocación, en línea con lo que pierden las acciones de la entidad desde su debut.
Caixabank, Bankia y Banca Cívica debutaron en Bolsa el pasado julio. Lo lograron pese al entorno hostil de los mercados, apoyándose en su poderosa red comercial y en sus clientes de toda la vida. Tanto la entidad liderada por Caja Madrid como la unión capitaneada por Caja Navarra y Cajasol vendieron la mitad de las acciones de sus respectivas Ofertas Públicas de Suscripción (OPS) entre pequeños inversores.
El debut de Caixabank fue muy distinto. Y es que en realidad ya cotizaba, pero se llamaba Criteria, era el holding de participaciones industriales de La Caixa y salió a Bolsa en octubre de 2007. Después del proceso de reorganización, Caixabank se ha quedado con la actividad financiera de la caja de ahorros catalana.
Caixabank optó por emitir obligaciones subordinadas necesariamente convertibles en acciones con el objetivo de reforzar su capital principal, que a cierre de junio se situaba ya en el 11,3%. Colocó 1.500 millones de euros de bonos entre más de 327.000 pequeños inversores.
Técnicamente, las obligaciones necesariamente convertibles no son acciones, pero sí lo serán en un futuro y por ello computan como capital principal. Santander, Popular, BBVA Sabadell, Pastor y Bankinter han utilizado también esta fórmula para reforzar sus fondos propios. La emisión de convertibles no penaliza en Bolsa como una ampliación de capital y además es un producto que se puede vender en las oficinas a los clientes con el gancho de una atractiva rentabilidad.
La mala noticia es que los bonos necesariamente convertibles dependen de la evolución en Bolsa del emisor, netamente negativa en los últimos tiempos. Cotizan en el mercado de renta fija de la Bolsa y el viernes cerraron al 67,6% de su valor nominal, lo que implica una caída del 32,4% respecto al precio de colocación. Desde el cierre del 1 de julio, cuando se produjo el debut oficial de Caixabank en Bolsa, sus acciones caen un 33,8%.
Como compensación, los inversores cobran un 7% anual. Al cierre del viernes de Caixabank, la rentabilidad por dividendo estimada para este y el próximo ejercicio se sitúa, igualmente, en el entorno del 7%, según el consenso de analistas recopilado por Factset.
A finales del próximo año, la mitad de la inversión en los bonos se convertirá en títulos de Caixabank, valorados a 5,253 euros. Ese es el precio que tienen que alcanzar las acciones para que los inversores recuperen el dinero invertido, al margen de los intereses que hayan ido cobrando trimestralmente. La otra mitad de la inversión se transformará en acciones a finales de 2013.