El capón seduce al mercado americano
Industrias Cascajares abrirá en otoño una planta de producción en Canadá que le permitirá facturar más de seis millones de euros anuales a partir de 2015.
Calidad, calidad y calidad. Con esta cantinela y la ilusión de recuperar una parte de la gastronomía castellanoleonesa que se estaba perdiendo, Francisco Iglesias y Alfonso Jiménez instalaron en 1994 en la localidad vallisoletana de Villalba de los Alcores una granja de capones. Pero la crianza de estos particulares animales, en la que invirtieron 160.000 pesetas de las de entonces, no era la actividad que daría a los dos emprendedores sus mayores alegrías empresariales. Dieron con ella por casualidad y empujados por el sobresaliente entusiasmo que les ha llevado a convertirse en una de las empresas punteras en la fabricación de alimentos de quinta gama.
"El primer año criamos 100 capones y los vendimos todos. El segundo año criamos otros 100 y los volvimos a vender. Pero el tercer año y sin ningún tipo de estudio de mercado nos lanzamos a producir 1.000 capones. Solo vendimos 300", explica el presidente de Industrias Cascajares, Alfonso Jiménez. Lo que se podría haber convertido en la ruina de la empresa, se convirtió en la semilla del negocio actual: la fabricación de conservas de platos de elevada calidad gastronómica.
De esta forma, las primeras conservas fabricadas por Industrias Cascajares fueron los capones confitados según la tradición culinaria francesa. Hasta 1998 produjeron estas conservas en unas instalaciones alquiladas a una empresa gala que manipulaba derivados del pato. Sin embargo, la necesidad de seguir mejorando el producto -los clientes se quejaban de que la pechuga quedaba demasiado seca- empujaron a la firma a innovar recetas y empezar a utilizar los escabechados. Para ello tuvieron que construir sus propias instalaciones en el municipio palentino de Dueñas, donde sigue ubicada la sede de la firma.
El espíritu de lucha siempre ha estado presente en la mentalidad de sus gestores. Industrias Cascajares invirtió 180.000 euros en las nuevas instalaciones y pasó muchas dificultades para pagar este préstamo. "Fueron años de crisis, pero yo siempre digo que hay que pasarlo mal para estar bien armado cuando llegan las dificultades", dice.
La crisis de las vacas locas, en 2001, abonó esta idea y les indujo a ser ambiciosos. Cuando llegó 2003 y se presentó la oportunidad de ser los proveedores del plato principal de la boda de los Príncipes de Asturias, removieron Roma con Santiago para ocupar este lugar de honor. "A lo largo del año nos llegamos a reunir en 28 ocasiones con organizadores del banquete y, al final, lo conseguimos".
Desde el día que se supo qué comerían los invitados al enlace y quién sería su proveedor, las ventas comenzaron a subir como la espuma. "En 2003 teníamos diez empleados y facturábamos un millón de euros. En 2007, después de la boda, nuestra plantilla era de cien trabajadores y los ingresos superaban los seis millones de euros", revela el presidente de la compañía. Por supuesto, el plato que ofrecieron fue capón.
De aventura a Montreal
Esta ave de corral, de carne más fina que el pollo y sobrealimentada para que engorde más que este, se ha convertido en el plato estrella de la firma. "Solo lo fabricamos para Navidad y se adquiere por encargo", indica Jiménez, quien estima en 23.800 las unidades que se vendieron de este producto en 2010. Pero Industrias Cascajares gusta de las sorpresas. Su presidente pasa casi de puntillas por el dato de que el capón no es su producto más vendido -son las carrilleras- para lanzarse a describir con detalle su última aventura.
La firma dio el salto a Canadá en 2009, con una modesta instalación productiva en Quebec. Actualmente está desarrollando un ambicioso proyecto, la construcción de una fábrica que les ha costado dos millones de dólares y que les permitirá acceder tanto al mercado canadiense como al estadounidense. Sus proyecciones de mercado, hasta la fecha acertadas, prevén que en 2015 la facturación en el continente americano supere a la europea.
¿Cómo hacen para no perder la ilusión ni siquiera en momentos de dificultades económicas? "Lo que siempre se ha hecho es sembrar en invierno para que, cuando llegue la primavera, dé frutos. Lo único que puedo decirle a la gente que tiene una idea es que es posible, bonito y satisfactorio llevarla a cabo", concluye el presidente de Industrias Cascajares.
Datos básicos
FacturaciónLos ingresos de la firma aumentaron un 9% el año pasado, hasta los 5,7 millones de euros, tras acumular dos años de caída de ventas. La contracción de la facturación fue del 4% en 2008 y del 6% en 2009. La recuperación se produjo gracias al crecimiento de las exportaciones y la puesta en marcha de una plataforma de venta online. Un 45% de las ventas corresponde a los productos para el hogar y el 55%, a los de hostelería. Para 2011, la compañía espera que la facturación vuelva a crecer.I+D+iIndustrias cascajares invierte cada año el 4% de sus ingresos en su departamento de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). En él trabaja un cocinero experto en investigación y un ingeniero industrial especializado en la adaptación de la cocina de calidad a la cadena de producción. "Es nuestro talón de Aquiles", reconoce Alfonso Jiménez, y explica que representa un gran desafío mantener todas las cualidades culinarias de un producto gourmet en una manufactura.PlantillaLa empresa cuenta con una plantilla fija de 40 trabajadores, pero debido a la estacionalidad de una parte de su producción, la cantidad fluctúa hasta los 60 trabajadores durante una parte del año, generalmente en el otoño, con vistas a la preparación de la campaña de Navidad.MercadosSus productos pueden encontrarse en tiendas de productos gourmet de Francia, Alemania y los países del Benelux, lugares en los que resulta muy apreciada la gastronomía de calidad. Además de estar disponibles en su página web, en España los productos Cascajares pueden comprarse en establecimientos delicatessen de toda la geografía nacional, así como en El Rincón del Gourmet de El Corte Inglés. En Canadá acaba de firmar un contrato para suministrar sus productos en 200 tiendas gourmet.SubastaLa gran cita anual de la firma es la celebración de la subasta a golpe de martillo de diez capones seleccionados, con ayuda de Sotheby's. El acto tiene lugar normalmente en el hotel Ritz de Madrid, donde convoca a numerosas personalidades, entre las que destaca Alicia Koplowitz, que llegó a pagar 8.200 euros por uno de estos animales. Hasta la fecha se han recaudado unos 500.000 euros con esta iniciativa, que se han destinado a proyectos sociales.