Un difícil equilibrio de fuerzas en Jackson Hole
Los expertos creen que la Fed aún no anunciará más estímulos
Nueva cita clave de Bernanke. La intervención del presidente de la Reserva Federal el viernes en el foro anual de banqueros centrales que se celebrará en Jackson Hole, Wyoming, -evento que organiza la Reserva Federal de Kansas desde 1978 y que tendrá lugar entre mañana y el sábado- ha generado una gran expectativa. El creciente riesgo de recesión en EE UU en un entorno financiero mundial muy convulso ha aumentado la presión para que anuncie nuevos estímulos. ¿Es realmente el momento de activar una tercera ronda de expansión monetaria (QE3 en sus siglas en inglés)?
El mercado parece anhelar esa receta al calor del mejor tono de las Bolsas en la antesala de tan ansiada cita. El precedente de 2010 no ha hecho más que azuzar la expectativa pues fue precisamente en Jackson Hole cuando Bernanke sugirió el pasado ejercicio una segunda ronda de compra de deuda para reactivar la economía, el QE2. Un anuncio que desató un rebote del S&P 500 del 28% que terminó con el índice en el máximo de tres años a finales de abril.
Barclays calcula que el mercado ya espera un paquete de compra de activos de entre 500.000 y 600.000 millones de dólares. No hay que olvidar que la Reserva Federal dejó abierta la posibilidad de un QE3 en la reunión que celebró en agosto cuando reconoció que han aumentado los riesgos económicos y que está preparado para utilizar las herramientas de política monetaria "apropiadas". Encuentro en el que también se comprometió a mantener los tipos al 0% los próximos dos años. Hasta ahora la Reserva Federal ha destinado 1,75 billones de dólares a la compra de deuda hipotecaria y pública con el QE1, a los que hay que sumar otros 600.000 millones del QE2.
Pese a estas estrategias ideadas para aumentar la masa monetaria, los últimos indicadores en EE UU ponen de relieve la desaceleración económica del país, al tiempo que las encuestas apuntan a la contracción. Y la gran duda está en ver si el crecimiento podrá recobrar vigor sin estímulos adicionales, una posibilidad que va perdiendo fuerza.
El problema es que la situación de 2010 y la de ahora difieren, lo que complica la labor de Bernanke. El pasado ejercicio, además de los síntomas de estancamiento económico, los precios caían, lo que hacía temer un escenario de deflación. Un riesgo que hizo necesario el famoso QE2 pero que hoy por hoy está lejos pues la inflación subyacente -excluye alimentos y energía- en EE UU aumentó al 2,5% en julio, un nivel muy superior al 1,5% del pasado ejercicio.
"Es previsible que Bernanke trate de ganar tiempo haciendo un guiño. El mercado espera un QE3 pero Bernanke probablemente espere a que los niveles de inflación se reduzcan. Supongo que tratará de resaltar que no ve un riesgo grande de inflación tras los últimos acontecimientos en Libia y recalcará que los tipos se mantienen bajos", comenta Juan Ramón Caridad, director general de Swiss & Global Iberia.
A pesar de que cada vez son más los expertos que ven como inevitable un nuevo paquete de estímulo, la mayoría descarta que llegue tan pronto como el viernes. "No creemos que sea el momento aún para un QE3. Los últimos datos de precios no lo demandan. Otro factor a tener en cuenta son las distensiones en el seno de la Reserva Federal -Bernanke tuvo que hacer frente a la mayor oposición desde 1992 con tres miembros en contra del mensaje de mantener tipos bajos por un periodo prolongado- y la experiencia del QE2", comenta Marian Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco.
El reto de Bernanke es enorme. Debe tratar de apaciguar al mercado pero sin quemar todos sus cartuchos. Todo ello en un entorno en el que el margen de maniobra de la autoridad monetaria se reduce y en el que las discrepancias en el seno de la Reserva Federal sugieren que no hay apoyo para una tercera ronda de expansión cuantitativa. Eso sin olvidar que la aprobación de nuevas medidas de estímulo fiscal por parte del gobierno de Obama, otra alternativa para reactivar la economía, se presenta complicado en un momento en el que impera la austeridad fiscal tal y como reflejaron las complejas negociaciones que tuvieron que afrontar demócratas y republicanos para aumentar el techo del gasto en EE UU.
El problema además es que tanto el QE1 como el QE2 no han dado los frutos necesarios. ¿Qué le queda entonces a Bernanke? Comprar tiempo. Comentar las opciones reales con las que cuenta con sus ventajas e inconvenientes, enviar un mensaje de confianza y mostrar su disposición a apoyar la economía en caso de necesidad. Eso sí, el riesgo de decepción en los mercados puede ser alto, aseguran los expertos.
Algunas opciones
1La gestión del balance es una de las opciones con las que cuenta Bernanke. Mediante compras y ventas, por ejemplo, puede alargar la madurez de su cartera de bonos. Una opción por la que apuestan muchos expertos.
2Reducir los tipos de los depósitos que paga a la banca sus reservas, actualmente en el 0,25%, es otra opción para estimular la economía si cree que tipos bajos hasta 2013 será insuficiente. En teoría esta práctica debería aumentar la concesión de créditos pero no está claro y podría acabar infligiendo más daño si en la práctica fuerza a los bancos a cobrar por los depósitos.
3Comprar más activos y prometer mantener un balance elevado durante un tiempo prolongado.