"Detrás de los grandes de la moda hay un inversor"
Afirma que una de las barreras para las pequeñas empresas españolas de moda es la falta de tejido industrial y reivindica la creatividad como uno de sus grandes valores
Con 20 años al frente de la firma de moda Devota & Lomba y diez como presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España, Modesto Lomba desenreda las tendencias de la industria de la moda, desde la historia del sector en España hasta su vinculación con las decisiones empresariales, y opina sobre los principales desafíos de la economía española.
¿Está sufriendo con la crisis la moda española?
Evidentemente nos ha afectado. La crisis se ha notado en las ventas, por un lado, y también comenzará a notarse en los cambios que se han introducido en las empresas para hacerle frente. Todo va a funcionar de una forma diferente y tenemos por delante el reto de ser más dinámicos en todos los aspectos. Tenemos que cambiar conceptos, filosofías, la forma de vender, de actuar, de medir nuestras apariciones en prensa... En Devota & Lomba estamos llevando a cabo a un trabajo de dos años y medio para tomar una serie de ajustes y decisiones que nos permitan esta regeneración.
En el ámbito de la moda conviven grupos empresariales muy dispares. ¿Cuál es la situación general del sector en relación con otros países?
A veces nos olvidamos de hacer memoria histórica, que nos viene muy bien para entender qué nos está sucediendo. ¿Qué pasa en la moda española? Pues algo muy sencillo: una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Europa se pone no solamente a reconstruir edificios, sino también su industria. Sin embargo, España se enfrenta a cuarenta años de vacío. Por eso, el sector de la moda de nuestra era actual apenas data de hace 35 años. Los italianos nos llevan cuarenta de ventaja, los franceses casi dos siglos... La moda española tiene muchas carencias, fruto de su juventud y de cosas que no habremos hecho bien. En cualquier caso, no se puede hablar de catástrofe. Al contrario, tenemos ejemplos magníficos, como los grupos Inditex, Mango o El Corte Inglés.
¿Cuáles son los puntos débiles de la moda española?
No hemos sido capaces de crear un modelo industrial, como Alemania o Italia, y ese es uno de los grandes problemas económicos de este país. En el caso de Francia, la industria ha respaldado el concepto lujo desde el punto de vista de la alta costura. En Italia, se ha apostado sobre todo por las tradiciones de las artesanías.
¿Y cuáles son sus puntos fuertes?
El primero es la creatividad, es algo indiscutible. Nuestra sociedad lo representa y en España tenemos también un tejido de creadores importantes. Hay casos magníficos como Pedro del Hierro o Purificación García que demuestran que, cuando un grupo industrial apuesta por una firma, la receta triunfa. Aunque, en este sentido, no nos hemos inventado nada que no hayan hecho antes los italianos o los franceses. En este país nos hemos dedicado a crear Terras Míticas, en lugar de haber invertido en ladrillos muchos más sólidos como los grupos textiles.
¿La inexistencia de un tejido industrial es uno de los principales problemas económicos de España?
Lo tengo clarísimo. Ese es nuestro gran problema. Pero no es un problema de la banca, las empresas o del Gobierno, sino de todos. Hemos invertido equivocadamente en esa dirección y se ha hecho gobierno tras gobierno. Desgraciadamente vamos a seguir equivocándonos. Esa inversión a corto plazo, sobre todo en la construcción, nos ha creado un problema muy complicado. Por el contrario, proyectos como Pedro del Hierro o Purificación García tienen posibilidades de expansión internacional brutales. Y sólidos. Si eso ocurre en el sector de la moda, que es el que yo conozco, seguro que hay más sectores en los que nos encontramos lo mismo.
¿Por qué triunfan estos grupos?
Hace poco comencé una conferencia diciendo que soy ese empresario que nunca pretendí ser. No solo tengo que ejercer de diseñador sino de empresario, porque efectivamente no ha llegado ese inversor externo. Si miras a los grandes grupos de moda, detrás hay un inversor o un gran empresario que está desarrollando el proyecto.
Creatividad. "El cliente exige otra forma de consumir"
La firma, que fue creada por el propio Modesto Lomba y por el fallecido José Luis Devota, inició un proceso de reestructuración estratégica a raíz de la crisis. "Queremos trabajar menos pero más eficazmente", destaca el diseñador, que señala que la firma mantendrá el estilo que la ha hecho famosa, como su estrecha vinculación al mundo arquitectónico.¿Cuál es la relación entre la firma y la arquitectura?Siempre ha existido esa relación. Vemos nuestras colecciones de una forma arquitectónica, y esto se puede observar en nuestra metodología, cómo proyectamos, cómo elaboramos los patrones, cómo hacemos maquetas y cómo llegamos a la construcción final del edificio-vestido. En cualquier caso, la moda siempre ha estado muy ligada a la arquitectura. Es una forma de generar volumen, pero con movimiento.¿Qué vende Devota & Lomba?A partir de los años noventa se está produciendo también un cambio que hemos denominado la democratización de la moda y el diseño, que en el fondo significa que aparece un concepto de comprar moda a precios asequibles. El sector evoluciona y el diseñador busca su nicho. El diseñador deja de hablar de moda y se abren dos caminos, el sector textil y el de la creación. Ahora ya no se habla de tendencias, sino del estilo de Dior, Dolce & Gabbana, Devota & Lomba, Jesús del Pozo, Roberto Verino o Agatha Ruiz de la Prada. El trabajo del diseñador se ha dirigido a algo más conceptual. Es otra forma de consumir.¿Cómo define este nuevo consumo?Un cliente compra una prenda porque favorece su salud, su estado de ánimo o le hace sentirse mejor en su responsabilidad con el medio ambiente. Consume menos, pero de mejor calidad. Las grandes cadenas siguen hablando de moda, pero los diseñadores no manejan ese código. Ellos intentan hacer que te enamores de una pieza que te siente bien o te haga sentir especial.