"A los políticos se les deben exigir respuestas"
La presentadora de §Los desayunos de TVE§ defiende el carácter público e independiente de la etapa presente de RTVE y critica los intentos de desestabilizarla.
Su brillante trayectoria profesional queda patente cuando se analiza la lista de las personas que ha entrevistado en los últimos meses. Mahmud Ahmadineyad, Tony Blair, José Luis Rodríguez Zapatero y prácticamente todo el elenco de la clase política española han resistido los embates de sus preguntas. Entre sus periodistas de cabecera, resalta a su antecesora en Los desayunos de TVE, Pepa Bueno, y a Iñaki Gabilondo.
¿Cuáles son los puntos fuertes de la RTVE actual?
A mí jamás me marcan cómo tengo que hacer las entrevistas. El jefe de informativos, Fran Llorente, del que hay que reivindicar su labor, no condiciona ni a los editores ni a los telediarios. Ser objetivo es imposible, ser imparcial probablemente también. Dicho lo cual, lo que sí que se puede ser es honesto, yo necesito sentirme honesta tenga a quien tenga delante y represente a tal o cual partido. El otro día Duran i Lleida estaba supertenso durante la entrevista. Alfonso Guerra me llamó sectaria al salir. Si se quejan todos, estaremos haciendo algo bien.
¿El objetivo es que se quejen?
No, no, no. Mi objetivo es que respondan. A un político se le tiene que exigir que responda porque tiene un cargo público. Igual que yo tengo una exigencia mayor porque trabajo en un cargo público y porque mi labor se observa mucho más. Nuestros jefes son además 40 millones de españoles. Por ello, a un político se le debe exigir que venga preparado a una entrevista y que responda a lo que se le pregunta. Además, tengo la sensación de que la gente en la calle también lo quiere. Lo que esperan de nuestro programa no es que se vayan por los cerros de æscaron;beda y hagan monólogos.
¿Teme el impacto que pueda tener en la televisión pública un eventual cambio de Gobierno tras las elecciones?
Habría que preguntar a los dirigentes del PP, que es quien va a ganar las elecciones según todas las encuestas, cuál es el modelo que quieren de televisión. En cualquier caso, si existiese en mí cierta preocupación sería como ciudadana, no como periodista. La gente respeta mucho el modelo actual y yo quiero que esta tele siga siendo como es. Tiene defectos, como todo, pero el trabajo se hace de forma muy honesta. Me gustaría que siguiera igual.
¿Es la privatización la única forma de que las televisiones autonómicas sean realmente independientes?
Ahí hay un gran debate. De hecho, en la entrevista que hice a María Dolores de Cospedal la presentadora y la secretaria general del PP mantuvieron un tenso cara a cara en un programa emitido en abril fue eso lo que surgió. Hay que hacer una reflexión sobre las televisiones que gastan mucho y que no son referencia para los ciudadanos en muchos sentidos. De ahí a decir que hay que privatizarlas hay mucho recorrido, pero sí deben repensar el modelo no solo en lo económico, sino respecto a la línea ideológica. Y podría poner ejemplos de comunidades autónomas gobernadas por unos y por otros.
¿Cómo se puede asegurar la independencia de una televisión pública?
Se debe asegurar primero en la base, en el trabajo de cada día. Todos sabemos dónde se producen las presiones y quiénes, normalmente son los políticos. También sabemos qué líneas no debemos traspasar. En segundo lugar, se asegura con los jefes intermedios. En tercero, la cúpula debe estar equilibrada y debe representar a todos los partidos y a sindicatos. Esto da independencia a los profesionales. En el caso de RTVE, lo más importante es que el presidente de la corporación se elige por consenso entre los dos grandes partidos.
Como trabajadora pública, ¿cree que tiene sentido ligar el salario de los funcionarios a la productividad?
Depende del funcionamiento de cada empresa, porque ¿cómo se mide la productividad de algunos trabajos? ¿En nuestro caso sería la audiencia? Igual el equipo de Los desayunos trabaja una barbaridad, pero no se puede medir cuánto. Desde mi punto de vista, hay algunos tipos de trabajo en los que resulta muy difícil medirla.
"La gente duda de la eficacia de Europa"
La presentadora de Los desayunos asegura que la reacción ciudadana en contra de la gestión de la crisis del movimiento indignados muestra que los jóvenes españoles no son una generación apolítica, sino la más comprometida en temas sociales. Mientras, les recomienda huir de la generalización. "No todos los políticos son iguales", apostilla.
¿Los jóvenes europeos están labrando el final de una época?Pues no lo sé. Ojalá un movimiento de este tipo pudiera hacer que nos replanteáramos políticas que la gente piensa que de sociales no tienen nada. Los ciudadanos comienzan a dudar de la eficacia de Europa. Existen dudas sobre si es efectiva y, sobre todo, justa. Y precisamente lo que está ocurriendo es que la gente busca esa justicia en todo, en las decisiones económicas, en las políticas y sociales. ¿Se identifica con las demandas de los indignados?Siento simpatía hacia la reacción y hacia a la indignación. A mí también me gusta indignarme como periodista cuando ocurren ciertas cosas. Pero no debemos generalizar, tenemos que hacer compatible las dos cosas. Y los indignados tienen un reto muy importante, que es gestionar la expectación que han creado y la decepción de que esto quede en nada. Las dos cosas. ¿Cómo valora las reformas y los ajustes realizados por el Gobierno para intentar salir de la crisis económica?La sensación que yo tengo es que ningún Gobierno ha tenido muchas opciones, ni este, ni el que venga en España, ni los que están en la Unión Europea. Las medidas que se han tomado son muy parecidas, con el componente de que aquí el paro es mucho más brutal. Pero muchas son medidas que se acaban de poner en marcha y aún no se han visto sus resultados. Lo que puede decirse a este Gobierno es que estas medidas han pesado más sobre una parte de la población, aunque también es cierto que a esa parte la ayudó mucho en su primera legislatura.