La gente ya no sabe donde invertir sus ahorros. Los fondos de pensiones se devalúan, la Bolsa cae a plomo y la deuda pública es cada vez más inestable. Todo ellos regado con unas buenas dosis de inestabilidad y de temor. Los rumores sobre una posible vuelta a la recesión se recrudecen y los denominados valores refugios cobran cada vez más fuerza. El oro es el ejemplo más importante. El metal precioso ha superado hoy a mediodía la barrera de los 1.800 dólares, un nivel del que ya no se baja. De momento la cotización ya se sitúa en los 1.819 billetes verdes.
Hay que destacar que la tendencia alcista del oro viene registrándose desde comienzos del año. En los ocho meses transcurridos la onza se ha revalorizado un 28% y ha cosechado máximos históricos de forma imparable. Este crecimiento se ha acelerado desde comienzos del verano. El 1 de julio el metal precioso fluctuaba en el entorno de los 1.500 dólares.
Este hecho no está pasando inadvertido para nadie, de hecho ayer mismo el presidente de Venezuela anunció la nacionalización del oro, soluicitando ayuda a los militares para controlar el sector. El objetivo de Chávez es explotar el oro para convertirlo en parte de las reservas internacionales de ese país, uno de los principales productores de petróleo del mundo.