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Piden la retirada de los fondos europeos y más control sobre la deuda

Merkel y Sarkozy exigen sanciones para los países con déficits excesivos

El eje franco-alemán que han formalizado Nicolas Sarkozy y Angela Merkel parece decidido a acabar con la política de paños calientes que hasta ahora se ha aplicado para atajar la crisis económica y de confianza en la eurozona. Ambos mandatarios exigieron que los países que incumplan los planes de reducción del déficit sean sancionados a partir de 2014 con la retirada de los fondos estructurales y de cohesión.

Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, antes de su reunión en París el 16 de agosto de 2011.
Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, antes de su reunión en París el 16 de agosto de 2011.Reuters

Los líderes de las dos mayores economías de la zona euro enviaron ayer una carta al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que proponen que a partir de la entrada en vigor del próximo marco presupuestario plurianual comunitario (2014) se puedan "suspender" los fondos estructurales y de cohesión de los países socios del euro que incumplan el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Se trata de una de las propuestas consensuadas por ambos mandatarios para avanzar en el proceso de gobernanza europea con el que se comprometieron el martes tras la cumbre celebrada en París. La carta recoge, por tanto, el compromiso de los dos líderes por reforzar la consolidación presupuestaria de sus socios.

Mejorar la competitividad

Holanda rechaza la propuesta de aplicar una tasa a las operaciones financieras en la Unión

Recuerdan que estos fondos europeos deben contribuir a "apoyar las reformas indispensables destinadas a mejorar el crecimiento económico y la competitividad de la zona euro". También, insisten en que deben contemplar la reducción de los desequilibrios. Por ello, reclaman que sea la Comisión Europea quien vigile y vele por que esos fondos estructurales "apoyan de forma óptima el programa de ajuste macroeconómico". Tanto Francia como Alemania se muestran partidarios de que sea la Comisión quien seleccione qué proyectos pueden ser financiados con estos fondos y abogan por que sea el comisario de Asuntos Económicos y Financieros quien juegue un papel decisivo en este proceso.

A cambio de lo que consideran "esta mayor flexibilidad" en el uso de los fondos europeos, Sarkozy y Merkel son partidarios de que "en el futuro" dichos recursos puedan "ser suspendidos en los países de la zona euro que no cumplan las recomendaciones del procedimiento de déficit excesivo". La denominada regla de oro para el equilibrio presupuestario es una de las ideas más reiteradas a lo largo de la misiva a Van Rompuy. En este sentido, Merkel y Sarkozy le remarcan en la carta lo que ya anunciaron el martes en rueda de prensa. Su deseo de que los Estados miembros de la eurozona incluyan "de aquí al verano de 2012 una regla de equilibrio presupuestario en su legislación nacional", en principio "de nivel equivalente" a la norma constitucional.

Además de la retirada de los fondos europeos, ambos líderes reclaman que "de aquí a finales de 2011", los países cuya deuda sobrepase el 60% del PIB presenten "un plan de reducción de su deuda por debajo del valor de referencia" y además precisen "cómo van a tener cuenta el impacto del envejecimiento de la población en la sostenibilidad de la deuda a largo plazo". La vicepresidenta económica española cuantificó recientemente la deuda nacional en 680.000 millones, "el 63% o 64% del PIB", añadió. Alemania y Francia superan también ese 60%.

En cuanto a la armonización fiscal, Francia y Alemania invitan al resto de países que comparten la moneda única a "implicarse para culminar una negociación sobre la propuesta para una base imponible común consolidada del impuesto de sociedades antes de finales de 2012". En esta materia es donde probablemente surjan las primeras fisuras en los próximos días. Ayer fue Holanda la primera nación en mostrarse abiertamente en contra de la aplicación de una tasa a las transacciones financieras. El Gobierno holandés teme una fuga de capitales si la tasa no es "global".

La negativa a los eurobonos se explica por su elevado coste

La emisión de eurobonos en los 17 países que comparten la moneda única supondría para Alemania unos gastos en intereses de la deuda adicionales cada año de 47.000 millones de euros, según los cálculos del Instituto de Investigación Económica (IFO) de Múnich, realizados a partir de los intereses de la deuda pública de los países de la zona en junio. "Para Alemania, una responsabilidad compartida mediante la convergencia artificial de los tipos nominales supondría a largo plazo un coste adicional sustancial", señaló ayer el organismo en un comunicado. Por ello, el IFO se mostró contrario a la creación de los eurobonos, "incluso en el caso de que Europa tuviera la fortaleza para crear un estado federal".Por su parte, la Comisión Europea celebró las propuestas francoalemanas y dio por hecho que Bruselas tendrá un papel activo en el nuevo Gobierno económico de la eurozona.

Obama ultima un nuevo programa para crear empleo

El presidente de EE UU, Barack Obama, reconoció ayer que podría perder la reelección si los votantes no ven una mejoría económica. Por ello, anunció que en septiembre pondrá en marcha un plan de creación de empleos y reducción del déficit, según informaron ayer diversos medios estadounidenses. Estas fuentes aseguran que Obama pronunciará un discurso a comienzos del próximo mes en el que bosquejará sus propuestas para atajar el desempleo.Y es que dos años después de que EE UU saliera de su recesión más profunda y prolongada en casi ocho décadas, durante la cual se perdieron 8,5 millones de puestos de trabajo, el índice de desempleo sigue por encima del 9% y unos 14 millones de personas buscan y no encuentran trabajo. "El desastre económico ha sido mayor que lo anticipado por mucha gente hace dos años", reconoció Obama en una entrevista a CNN.

Tipos de interés

Los expertos creen que la marcada desaceleración económica de Europa ha incrementado el riesgo de caer en una nueva recesión. Esta circunstancia puede evitar que el BCE eleve de nuevo los tipos de interés en lo que queda de año, tal y como sugirió en primavera Jean-Claude Trichet.

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