La BOEMRE indicó que había otorgado el visto bueno a Shell tras examinar su Estudio de Impacto Medioambiental, que exige a los operadores demostrar que son capaces de controlar una potencial explosión y derrame de crudo.
"Basamos nuestras decisiones acerca de la exploración energética en el Ártico según la mejor información científica disponible", afirmó Michael R. Bromwich, director de la agencia federal, en un comunicado.
"Revisaremos de cerca y vigilaremos las actividades de Shell para asegurar que sus operaciones sean llevadas a cabo de un modo seguro y responsable desde el punto de vista medioambiental", agregó Bromwich.
La compañía, que estaba en espera desde que compró las licencias para operar en aguas afuera frente a la costa norte de Alaska en 2005 y 2007, ya ha invertido en el proyecto más de 3.500 millones de dólares.