Berlusconi defiende la solidez de la economía y la banca italianas
El primer ministro recuerda en el Congreso la reciente aprobación de su plan de ajuste e insta a ignorar el nerviosismo del mercado.
Como en el caso español, el Gobierno italiano y las principales instituciones económicas del país han tenido que posponer sus planes de vacaciones sine díe ante la escalada protagonizada por la prima de riesgo de la deuda pública, que ayer marcó los 390 puntos, un nivel nunca antes alcanzado.
El primer ministro, Silvio Berlusconi, compareció ante el Congreso al cierre de los mercados y lanzó un mensaje sustentado sobre dos pilares. El primero fue para defender la solidez y solvencia de la economía y la banca italianas. Y el segundo para recordar la reciente aprobación de un draconiano plan de recorte del gasto, de más de 79.000 millones de euros. De hecho, el pasado 15 de julio el Parlamento dio luz verde a dicho programa de ajuste presupuestario con una tramitación más breve de lo ordinario ante las crecientes presiones de los mercados.
"La situación a la que tenemos que hacer frente es la directa consecuencia de una crisis de confianza, que tiene que ser afrontada con coherencia y firmeza, sin dejarnos llevar por el nerviosismo de los mercados. Tenemos bases económicas sólidas. Nuestros bancos tienen liquidez, son sólidos y han superado las pruebas de solvencia europeas", agregó el mandatario.
El primer ministro de Italia justificó el miedo de los mercados por la incierta recuperación de la economía mundial, sobre todo en países como Estados Unidos o Japón, circunstancia que no solo ha afectado a la deuda italiana, sino también a la de otros países de la Unión Europea.
Agotar la legislatura
"Como sucede a menudo en las crisis de confianza, los mercados no han valorado nuestra solidez, no han considerado la fortaleza de nuestro sistema bancario, las condiciones patrimoniales de las familias", indicó. "Los bancos italianos están bien capitalizados, en disposición de satisfacer las exigencias financieras de las familias y de apoyar la recuperación y el crecimiento del crédito al sector privado es superior al de otros países. Las caídas de las acciones de nuestros bancos son absolutamente excesivas", dijo.
El jefe del Gobierno italiano se presentó a sí mismo como un empresario que sabe bien de lo que habla porque tiene tres empresas que cotizan en Bolsa y sufren la incertidumbre de los inversores.
Berlusconi se mostró dispuesto a agotar la legislatura, que finaliza en 2013, pero aseguró que su Gabinete no es "sordo" a las propuestas de la oposición. Por ello, brindó su disposición a que todos los partidos italianos trabajen unidos para lograr un mayor crecimiento económico y la "estabilidad" de las cuentas públicas, porque ésa es la mejor "arma contra la especulación".
"En los veinte meses que nos separan de la cita de las elecciones, el Gobierno hará de Gobierno, propondrá una agenda de intervenciones para apoyar el crecimiento y el desarrollo. A los italianos les decimos que el Ejecutivo está listo para hacer lo que le corresponde. Tenemos el deseo sincero y concreto de entregar a los italianos un país más fuerte", comentó.
En cuanto a la tarea que resta por hacer hasta entonces, Il Cavaliere insistió en la necesidad de aprobar "lo más rápido posible" una reforma fiscal para disponer de un "régimen impositivo más favorable para las familias, el trabajo y las empresas".
Además, Berlusconi subrayó que su Gobierno "ha propuesto una revisión del Estatuto del Trabajo". En este sentido, hoy está prevista una reunión del Gobierno, los sindicatos y la patronal para abordar la situación económica, ante la que Berlusconi planteará la necesidad de una nueva reforma laboral. Por último, subrayó la necesidad de mejorar la calidad de los servicios públicos que traban la competitividad. "Tendremos que liberar nuevos recursos para las inversiones e igualmente llamar a la colaboración de los inversores privados", señaló ante los parlamentarios.
Una reforma laboral pactada con patronal y sindicatos
Italia se enfrenta a las turbulencias económicas que asolan los mercados de la deuda con una de las reformas más importantes pendiente, la laboral. En su comparecencia de ayer ante la Cámara Baja, el primer ministro planteó para ello la necesidad de alcanzar un acuerdo con los agentes sociales.Con ese objetivo, el Ejecutivo italiano se reúne hoy con los sindicatos y la patronal para abordar la difícil situación económica. Berlusconi aseguró en el Parlamento que tendrá muy presente en su "agenda de intervenciones para apoyar el crecimiento y el desarrollo", la necesidad de pactar una reforma laboral con los agentes sociales que fomente la creación de empleo.La tasa de paro italiana se situó en el segundo trimestre del año en el 8%, un porcentaje ligeramente inferior al de la media de la eurozona, que ascendió al 9,9%.De esta forma, Italia consiguió su cifra más baja de desempleados desde el tercer trimestre de 2009, aunque está por ver cuál es la evolución que registra a partir del tercer trimestre, coincidiendo con el momento en el que el país ha comenzado a generar incertidumbre en los mercados de deuda soberana.La principal causa de las dudas sobre Italia la constituye su elevada deuda pública, que supera el 120% del PIB y su débil crecimiento, de apenas un 0,1%. Para aliviar estas tensiones, Berlusconi pretende reducir el déficit público para alcanzar el objetivo de equilibrio presupuestario en 2014. Una de las medidas al respecto que anunció en su comparecencia ante el Congreso es la de acometer una "fuerte" reducción del número de coches oficiales y la equiparación de los sueldos de los cargos públicos con los de sus colegas europeos. Estas medidas no están incluidas en su último plan de ajuste para reducir el gasto en 79.000 millones y pone de manifiesto la intención de Berlusconi de reducir los privilegios de los políticos y equipararlos al resto de la ciudadanía.