Zapatero y Van Rompuy exigen acelerar el pacto para evitar el contagio a España
El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y el del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, coincidieron ayer en la necesidad de aplicar de forma urgente las medidas aprobadas por el Eurogrupo el pasado 21 de julio. Entre ellas se encuentra la de inyectar liquidez y comprar deuda pública a países con problemas.
La actividad del presidente José Luis Rodríguez Zapatero fue frenética a lo largo del día. La prima de riesgo de España se disparó el martes y superó por primera vez desde la creación del euro los 400 puntos básicos, considerado el punto de no retorno a partir del que se inició el rescate de Grecia, Irlanda o Portugal.
Consciente del riesgo que ello suponía, Zapatero suspendió sus vacaciones y se incorporó ayer por la mañana a su trabajo para dirigir un gabinete de crisis y tratar de evitar algo parecido a lo que sucedió el 12 de mayo de 2010. En esa fecha, el Ejecutivo, presionado por el primer rescate a Grecia, se vio obligado a aprobar un recorte de gasto de 15.000 millones para cumplir con el objetivo de reducción de déficit. A lo largo de la mañana, Zapatero volvió a mantener contactos telefónicos con los portavoces de todos los grupos parlamentarios y con los candidatos a las elecciones del 20-N, a los que transmitió el detalle de las conversaciones que había mantenido con distintos mandatarios europeos para frenar el acoso sobre la deuda española.
La más esclarecedora fue la charla telefónica con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que ambos coincidieron en la necesidad de poner en marcha cuanto antes el plan de choque aprobado por el Eurogrupo el pasado 21 de julio. Entre esas medidas se encuentran la posibilidad de facilitar inyecciones de liquidez a la banca o impulsar la compra de deuda pública para países con dificultades. Sin embargo, estas decisiones deben ser aprobadas por unanimidad por los 17 gobiernos que integran la zona euro y corroboradas por los parlamentos nacionales antes de poder ser aplicadas.
Por este motivo, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, instó ayer a todos los países miembros a que aceleren los trámites parlamentarios para ratificarlas. "Es esencial avanzar en la puesta en marcha de los compromisos para enviar una señal inequívoca de la determinación de los países para afrontar la crisis de deuda con instrumentos acordes a la gravedad de la crisis", remarcó en un comunicado. En esa declaración, Barroso consideró "claramente injustificado" el trato que los mercados están dando a España e Italia, después de que sus primas de riesgo volvieran a rozar los 400 puntos básicos. "La evolución en los mercados de deuda soberana de Italia y España son motivo de profunda preocupación. Estos acontecimientos son claramente injustificados en base a los datos económicos y presupuestarios en estos dos Estados miembros y a los pasos que están dando para reforzar estos indicadores", remarcó.
Fuentes comunitarias no descartaron ayer la aplicación de medidas alternativas, pero recalcaron que los técnicos de la Comisión Europea están trabajando "día y noche" en el texto sobre la nueva estructura del fondo de rescate.
Ya por la tarde, Zapatero se reunió con su equipo económico, encabezado por la vicepresidenta Elena Salgado, para tratar de coordinar la actuación del Ejecutivo. Salgado achacó los últimos ataques a la deuda a la ralentización de la economía estadounidense "que ha exacerbado tensiones en los mercados de deuda que no se cerraron con el acuerdo del Eurogrupo". En una rueda de prensa posterior al encuentro, la vicepresidenta admitió que los ataques pueden prolongarse varios días ante el escaso volumen de negociación que suele registrar agosto. Para intentar frenarlos, Salgado se comprometió a que España sea uno de los primeros países que aplique esas medidas en septiembre, antes de que se disuelvan las Cortes.
Pese al repunte de la prima de riesgo, Salgado rechazó que la situación sea gravísima. "La observamos con preocupación, pero también con tranquilidad. Cerraremos este año con una deuda del 68% del PIB y las emisiones ya han cubierto más de dos terceras partes de las necesidades de financiación de este año", remarcó Salgado, quién descartó nuevos recortes de gasto o de impuestos, incluido el tipo de Sociedades. "El Ejecutivo aplicará con determinación las reformas puestas en marcha y seguirá aportando seguridad a la reducción del déficit", dijo.
Por su parte, el candidato socialista a las elecciones, Alfredo Pérez Rubalcaba, instó ayer a que los países cedan soberanía económica a la UE para dar mayor margen de maniobra a las autoridades comunitarias en la actual crisis.
Rajoy cree que España no será rescatada
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que España "no será rescatada", a pesar de las dificultades que está atravesando. "El país está en una situación de riesgo de la que va a salir", afirmó el líder de los populares, quien dedicó buena parte de sus esfuerzos a avalar "la solvencia de España, un país que siempre ha cumplido con sus objetivos".Rajoy señaló que para salir de esta situación, provocada por las dudas "en el contexto internacional y en el nacional", las prioridades son, que España haga sus "deberes en casa" y que se agilicen las medidas adoptadas en la cumbre del Eurogrupo. De este modo, demandó al Ejecutivo que establezca una política económica de control del gasto, que reduzca los elevados niveles de déficit y deuda y que genere confianza. Por otra parte, Rajoy exigió al Gobierno que "demande a Bruselas mayor agilidad para adoptar las medidas aprobadas por el Eurogrupo".El líder de la oposición volvió ayer a mantener una conversación telefónica con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, después de que la prima de riesgo marcase un nuevo máximo histórico. En esta ocasión, Rajoy avaló las declaraciones de Zapatero, quien "dice la verdad en este caso: la situación está muy difícil". Rajoy quiere ahora "mirar al futuro" y aseguró que con otras políticas se puede "salir adelante y superar la difícil situación". "Ahora ya no vale buscar culpables, de lo que se trata es de propiciar un cambio, hacer reformas". En este sentido, Rajoy aseguró que si el Gobierno quiere "tomar alguna decisión", el PP "está dispuesto a escucharlo", aunque reconoció que "el margen de maniobra del Ejecutivo a estas alturas es el que es".