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Pistas

Paisajes y descanso de lujo en el interior de Galicia

El Palacio de Sober ofrece 'spa' y la cocina de un chef premiado en un edificio reconstruido del siglo VII

Hoteles boutique. Así es como se conoce a una de las nuevas tendencias que se viene desarrollando en el mundo de la hotelería. Estos edificios, caracterizados por su restringida oferta en cuanto al número de ocupaciones, prefieren decantarse por opciones más personalizadas en las que el servicio exclusivo sea una de sus normas.

El hotel Palacio de Sober es un ejemplo que encarna estas cualidades. Ubicado en el concello de Sober a nueve kilómetros de Monforte de Lemos, en plena Ribeira Sacra, el edificio se ha construido sobre las bases del Palacio del Conde de Lemos y conserva algunas de los materiales originales, cumpliendo así con lo dictaminado por Patrimonio, que obliga a conservar este tipo de edificios. El arquitecto encargado de la reconstrucción, Manuel Viéitez, afirma que "se intentó reproducir con la mayor fidelidad posible la estructura inicial a partir de la información conservada".

Con capacidad para 43 habitaciones, el palacio, propiedad del conde de Lemos, combina la estructura inicial con las últimas tendencias decorativas. La mezcla de estilos aporta un toque diferente a caballo entre el siglo VII y nuestros días, todo ello equipado con las últimas tecnologías y avances que hacen la vida más fácil. Las obras que adornan el interior oscilan entre las manifestaciones abstractas hasta la corriente pop, pasando por la fotografía y las esculturas naturales.

Entre sus instalaciones, además de las habitaciones abuhardilladas desde las que poder disfrutar de unas agradables vistas, se encuentra un spa. En él todo aquel que quiera huir del estrés y entregarse por completo a la relajación tendrá la oportunidad de hacerlo en el circuito hidráulico de las piscina climatizada, la ducha bitérmica, la nebulizante, la sauna finlandesa y el baño turco. Asimismo, disponen de una cabina de masaje para tratamientos con vino, cacao o caviar.

El paraje, rodeado de naturaleza no es el único atractivo del hotel. De hecho una de las grandes aportaciones, dirigida no solo a los turistas sino también a los habitantes de la zona, es el restaurante Dona Branca, dirigido por Marco Varela, ganador este año del tercer premio al Mejor Cocinero de España. Varela apuesta por combinar la cocina de autor con los productos típicos de la zona. El resultado es un menú degustación de 39 euros compuesto por seis platos (aperitivo del chef, dos entrantes, pescado, carne, prepostre y postre) cuyo contenido se renueva estacionalmente. El objetivo es obtener el máximo provecho de los productos autóctonos y tener como referencia la cocina gallega que cuenta con tantos adeptos en nuestro país.

Entre los cañones del Sil y del Miño

Un paseo por catamarán es una buena opción para disfrutar del paisaje creado por los ríos Miño y Sil a su paso por Lugo. En la Ribeira Sacra, una zona en la que el turismo comienza a dar sus primeros pasos, los viñedos configuran una buena estampa combinada con vegetación y la piedra caliza que aporta al vino sus señas de identidad.

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