"Mi próxima novela cambia totalmente de palo"
La autora del libro más vendido en España en 2010, El tiempo entre costuras (Temas de Hoy), espera publicar su segundo trabajo el próximo año mientras supervisa la serie de televisión que adapta su éxito.
De profesora universitaria en Murcia a estrella de la literatura española en solo unos meses, María Dueñas insiste tanto de palabra como con actitud en que su visión del mundo y su vida cotidiana no han cambiado, salvo por la necesidad de acudir a actos promocionales y una excedencia docente para poder escribir.
Sin desmerecer de su calidad, ¿cómo la primera novela de una autora desconocida, sin promoción, se convierte en el mayor best seller de los últimos años?
No hay más explicación que los comentarios de los lectores. La gente que ve a otro leer el libro en el gimnasio, en el metro, en el parque, le pregunta y las respuestas le remiten a intereses que andan por ahí esperando satisfacción. Creo que El tiempo entre costuras llegó sin querer, de manera oportuna, en un momento en que la gente estaba cansada de la moda truculenta de los misterios suecos y quería algo más cercano. La trama es ágil, con giros inesperados, y los personajes resultan cercanos para la identificación del lector español. Sí, creo que hay otros libros que merecen el éxito no menos que el mío, pero tuve la fortuna de la oportunidad.
También es sorprendente que el éxito le llegara en una editorial, Temas de Hoy, que prácticamente no había publicado ficción hasta su novela.
Creo que ha sido la situación ideal para mí. Por un lado, es un sello relativamente pequeño, con lo que he tenido un trato excelente, personalizado y muy cálido. Y por otra parte, Planeta está por detrás, con el respaldo que supone. Les estoy muy agradecida, y mi idea es seguir con ellos indefinidamente, nada de buscar otras editoriales.
Incluso ha superado el hecho de que parte de la trama esté situada en la Guerra Civil, que parece un escenario muy manido.
Era un periodo necesario para mi historia, pero intenté pasar un poco de puntillas sobre él. Lo que verdaderamente me interesaba, el origen de la trama, era el impacto de la Segunda Guerra Mundial en España. Cuando hablabas con alguien de los años cuarenta aquí, solo salía la idea del hambre, de la posguerra, y me interesó investigar más sobre el espionaje, sobre cómo los hechos de fuera influyeron en lo que pasaba en España. Algo de lo que se ha escrito relativamente poco, como si no hubiera tenido trascendencia, lo que obviamente es falso. Las grandes potencias movieron algunos peones de su partida mundial aquí.
¿Se ha sentido bien recibida en el mundillo literario, sin envidias por su éxito?
Sí. No formo parte de ningún grupo, no conocía previamente a nadie en los ambientes de la literatura, pero la verdad es que todo ha sido muy agradable, y sí me siento aceptada. Por supuesto, hablo de una relación cordial, aunque superficial. No por nada, tal vez todo evolucione con el tiempo, aunque yo estoy algo al margen, viviendo fuera y con mi propia vida.
¿Cómo ha cambiado esa vida?
Lo principal es que, por primera vez desde que tengo memoria, he pasado un año sin pisar un aula, bien como estudiante o como profesora. De repente, todo se ha llenado de viajes y compromisos. Ya van dos años desde que apareció la novela, en junio de 2009, y no para... Creo que he conseguido mantener los pies en el suelo en medio de esta vorágine.
¿Lleva bien el trato directo con los lectores, el convertirse en una cara conocida a la que la gente aborda?
Estoy muy acostumbrada al mundo universitario, que te obliga a una interacción continua con la gente. Te proporcionan un feedback fantástico de tu trabajo y un sinfín de anécdotas... La última, en el pasado Sant Jordi, fue que me pidieron que le dedicara un libro a un fallecido; al parecer, lo hacen cada año con un autor distinto para el mismo señor. O como hace poco, cuando me llevaron a un pueblo de Toledo para una reunión de lectoras, con cientos de señoras de la comarca... Son cosas bonitas, que hay que tomarse con humor. Otra cuestión es el trato con los periodistas, pero es más fácil hacer entrevistas que enfrentarse a un tribunal de oposiciones, estoy curada de espanto.
¿Y ha vivido ya esa conversión en gurú a consultar sobre cualquier tema que afecta a todos los escritores?
Sí, por ejemplo me tentaron desde varios ámbitos para pronunciarme políticamente en las últimas elecciones, algo que no me interesa nada. O, hace unos meses, me ofrecieron dar una conferencia sobre nuevas tecnologías y literatura... Algo de lo que no sé nada en absoluto. En realidad, ¿quién sabe lo que va a ocurrir con estos cambios? Mi éxito, por ejemplo, fue con una novela contra corriente, y en medio de una crisis...
¿Qué puede adelantar de su próxima novela?
Que saldrá el próximo año, confío, y que será algo menos gruesa que esta, si sigue al ritmo que espero. Y que no va a tener nada que ver con El tiempo entre costuras. Me apetece cambiar de palo y hacer algo totalmente distinto.
Un ojo puesto en la adaptación televisiva
El tiempo entre costuras es una de las grandes apuestas de la próxima temporada en la programación de Antena 3, una serie en la que María Dueñas ha tenido una participación mayor de lo habitual en una escritora cuya obra se adapta para la televisión. "Me pidieron que supervisara los guiones. Van a ser once capítulos largos, con lo que no solo va a entrar toda la novela, sino que incluso me han permitido añadir alguna cosilla. Ningún cambio importante, pero cosas que gustarán a los seguidores de la novela", señala Dueñas.A falta de ver el producto acabado en otoño, la escritora se muestra ilusionada con la elección del casting -encabezado por Adriana Ugarte, y con Tristán Ulloa, Elvira Mínguez y Raúl Arévalo-, el cuidado en temas de vestuario y ambientación, o el empeño de la producción en rodar en los lugares en que se desarrolla la acción del relato.Un posible éxito de la serie no sería en ningún caso excusa para que María Dueñas prolongue la historia original con vistas a nuevos capítulos. No tanto por el temor a un posible encasillamiento, sino por una convicción de que "creo que no da más de sí. Aunque, por supuesto, nunca se puede decir nunca jamás, y tal vez dentro de unos años tenga un enfoque nuevo que aportar".El tiempo entre costuras superó el millón de ejemplares durante el primer semestre de este año, en el que todavía fue el libro más vendido en España.