Los expertos avisan de otro frenazo del consumo y la inversión en EE UU
El pacto para elevar el techo de deuda en EE UU alejó ayer el fantasma de la suspensión de pagos, aunque los expertos advierten del frenazo que sufrirán el consumo y la inversión en EE UU, que aún no ha enfilado el camino de la recuperación.
Tras varias semanas de agrias discusiones, demócratas y republicanos alcanzaron en la madrugada del lunes un acuerdo para elevar el techo de deuda en EE UU en dos fases. La primera, que se hará efectiva ya este año, permitirá asumir compromisos por un billón de dólares y añadir otros dos billones en los siguientes diez años. Ese pacto aún debe pasar por el Senado y la Cámara de Representantes, que al cierre de esta edición no habían refrendado con su voto el cambio en el techo de deuda.
Ese mayor endeudamiento no provocará, sin embargo, un crecimiento del déficit. Todo lo que suba la deuda deberá ser compensado en igual medida por recortes de gasto público. Esta regla propiciará, según los expertos, un frenazo en el consumo y la inversión en EE UU. David Martínez, analista del servicio de estudios de CatalunyaCaixa, cree que la economía estadounidense se encamina a un escenario de crecimiento débil para cumplir con los objetivos de consolidación fiscal. "El ajuste de gasto se va a hacer a costa de detraer crecimiento de una economía que aún no ha salido de la crisis", recalca. Los últimos datos macroeconómicos así lo avalan: el PIB de EE UU creció un 1,3% en tasa anualizada entre marzo y junio, cinco décimas por debajo de lo previsto, y el índice manufacturero registró en julio su peor dato en dos años, al caer a 50,9 puntos. Un dato por debajo de 50 puntos indica una contracción de la actividad.
Para Juan Iranzo, vicepresidente del Instituto de Estudios Económicos, la consecución de ese acuerdo es bueno en la medida en que impide que el gasto público crezca de forma desmesurada como lo ha hecho desde el inicio de la crisis. "El acuerdo permitirá a las empresas y a las familias tener mejores condiciones para financiarse", recalca.
En 2007, la deuda pública en EE UU no superaba los ocho billones de dólares y rozaba el 70% del PIB. Cuatro años después, esa cifra se ha disparado por encima de los 14 billones, lo que supone prácticamente el 100% del PIB. En la UE solo los países más sobreendeudados, como Grecia o Italia, tienen cifras por encima de esos niveles.
Los expertos avisan de que el acuerdo no aleja la amenaza de las agencias de calificación, que han advertido sobre futuras rebajas del rating ante la debilidad del crecimiento. Natalia Aguirre, analista de Renta 4, no descarta que ese recorte se produzca en breve, de tal modo que Estados Unidos podría perder la triple A, que garantiza la máxima calidad crediticia. "Tenemos que ver cómo se lo toman las agencias de calificación, dado que habían apuntado que a la economía de EE UU le hacía falta un recorte de cuatro billones de dólares y el acuerdo solo contempla tres", apunta.
De hecho, recuerda que los mercados han seguido un comportamiento similar al que se produjo cuando se cerró el paquete de rescate a Grecia. "A una primera oleada de optimismo le siguió la desconfianza una vez se comenzó a leer la letra pequeña", concluye.
La UE baraja eximir a Italia y España del pago a Grecia
El acoso que están sufriendo la deuda soberana de España e Italia, cuyas primas de riesgo siguen en niveles máximos, podría obligar a la Unión Europea a eximir a ambos países de la parte que les corresponde en el siguiente pago del primer rescate a Grecia. Así lo subrayaron ayer fuentes de la zona euro al diario The Wall Street Journal. "Estamos tratando de sortear este obstáculo consiguiendo que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF por sus siglas en inglés) financie el siguiente tramo", aseguraron esas mismas fuentes, que añadieron que el problema es el escaso margen para lograr ese dinero.Si el EFSF no consigue cubrir lo correspondiente a la siguiente fase, las autoridades italianas y españolas podrían verse abocadas a autorizar más emisiones de deuda para hacer frente a esos préstamos, lo que podría exacerbar aún más las tensiones en los mercados de deuda soberana de ambos países.La Comisión Europea también propuso ayer otra medida para aliviar a las economías rescatadas por la UE y y a otros tres países que han recibido fondos europeos. La propuesta consiste en reducir del 15% al 5% la inversión nacional obligatoria en proyectos cofinanciados con fondos estructurales para impulsar la recuperación económica. Si este planteamiento recibe el visto bueno antes de que acabe el año, las arcas comunitarias aportarán 2.884 millones adicionales a proyectos cofinanciados para que Grecia, Hungría, Irlanda, Letonia, Portugal y Rumanía tengan que aportar menos dinero para acceder a los fondos comunitarios.