"La política de reducción de precios es suicida"
En tiempo convulsos, solo los persistentes pueden alcanzar sus metas. Los dos hoteleros hablan sobre nuevas incorporaciones a su cartera y exponen su perspectiva sobre una industria clave para la economía y para la que no existen "soluciones mágicas" de desarrollo.
Nacidos en 2001, los hoteles High Tech suman hoy 34, todos situados en las principales capitales de España. Solo en Madrid se pueden encontrar 21, uno de ellos inaugurado la semana pasada y otro que abrirá sus puertas la que viene, lo que les sitúa como la segunda cadena con mayor implantación en la capital, después de NH.
"Trabajar, trabajar y trabajar". Javier Candela y Antonio Fernández no conciben otra fórmula del éxito. Así que no pierden el tiempo. Con dos nuevos hoteles en Madrid, ya cuentan con más planes de expansión. "Sobre la mesa tenemos otro hotel en Madrid, aunque el proyecto se encuentra ahora mismo en stand by. Tenemos otros proyectos aparcados que tardarán, ya que actualmente no se dan las condiciones apropiadas", explica Candela. Eso sí, por el momento, no hay salto al extranjero. "En España aún sigue habiendo hueco", apunta Fernández.
Pero el sol no brilla siempre. Hace ya meses que un nubarrón se cierne sobre la industria hotelera: la bajada drástica de los precios para intentar captar clientes en época de crisis. "Hoy en día se están poniendo precios que no cubren ni los costes de personal", se lamenta Fernández. "Nosotros intentamos no vender barato, pero te ves arrastrado porque todo el mundo baja los precios", prosigue.
Entonces, ¿quién alienta esta política? "Los gurús del negocio, especialmente los representantes de las grandes cadenas hoteleras, que aportan una doctrina y luego son ellos los primeros que no la aplican. Hay falta de profesionalidad y criterio en el sector", sostiene Fernández. "Es una política absolutamente suicida y ridícula", interviene Candela. "¿Para qué están las patronales y asociaciones hoteleras, si esto es la selva?", apunta.
Los hoteles High Tech están asentados en edificios históricos en los que se han integrado las últimas tecnologías, mezclando solera con vanguardia. "Están muy bien equipados tecnológicamente, con ordenadores portátiles en todas las habitaciones, conexión gratuita de WiFi, bases de iPod, duchas de hidromasaje, bicicletas estáticas y de paseo ", explica Candela.
Urbanos por convicción
Pero la diferenciación no es la única solución. "Los hoteles tienen distintos precios, principalmente en función de la ubicación, del producto en sí mismo, de la diferenciación y del público al que están dirigidos", argumenta el presidente Javier Candela. Los High Tech, hoteles urbanos por convicción, cuentan por ello con una clientela variada, procedente del turismo y del mundo de los negocios.
Pero lo que por un lado es ventaja, también tiene su parte de inconveniente. "No hemos notado el repunte del turismo previsto para este año tanto como el segmento vacacional", explica Candela. Y el cliente corporativo también está de capa caída. "Las empresas han recortado los viajes y eso se ha notado lógicamente a la baja. Ahora hay menos clientes y, encima, más barato", apostilla, por su parte, el director general de la compañía hotelera Antonio Fernández.
Así las cosas, High Tech se decide a abrir dos nuevos establecimientos. "Creemos que tienen una ubicación extraordinaria, que genera demanda en sí misma. Les costará arrancar, pero son productos para toda la vida", arguye Candela.
Y es que, tarde temprano, todo tiene salida. "El problema con el cliente español es que no será a corto plazo", dice. Para salir adelante, los directivos abogan por confiar solo en sí mismos. "No esperamos ni la varita mágica de Zapatero ni las meigas de Rajoy", rematan.