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Pequeños gigantes | Blug

Máquinas con sello internacional

Blug se concibió, en principio, para dar servicio al sector siderúrgico. Hoy en día es una referencia mundial en la fabricación de pulpos, cucharas y pinzas para manipulación

Pulpos para diferentes sectores Los pulpos de Blug están montados sobre grúas -como la de la foto, instalada en un draga-, en plantas incineradoras, para remover los residuos sólidos urbanos, o en los muelles, para la estiba y desestiba de chatarras, entre otros productos.

Con 46 años de historia, Blug, una empresa de 22 trabajadores ubicada en Azpeitia (Guipúzcoa), ha conseguido abrirse un hueco en el mercado internacional de las soluciones para manipulación gracias a sus pulpos, cucharas y pinzas fabricadas a medida para sus clientes. Su crédito ganó muchos enteros el pasado año, cuando recibió en Londres el premio IBJ 2010 al mejor fabricante mundial de maquinaria de manipulación. Era la más pequeña de las compañías que se habían presentado en competencia con otras de una larga trayectoria y acreditada solvencia.

Blug Ibérica fue fundada en 1965 por cuatro familias guipuzcoanas relacionadas con el sector siderúrgico. El grupo formado por los linajes Beloki, Letona, Ucín y Guibert, que aportaron la primera letra de sus apellidos para dar nombre a la sociedad, vio que el auge de la siderurgia abría un hueco para un negocio que ofreciera dar soluciones a este sector. Así, en sus inicios, Blug centró su actividad en la fabricación de trenes de laminación, cizallas y prensas, fundamentalmente. Paralelamente, sus accionistas empezaron a trabajar en el campo de la maquinaria para manipulación (pulpos, cucharas y pinzas), productos que encontraron mejor salida y aceptación en el mercado y registraron un mayor volumen de ventas.

En la década de los ochenta del siglo pasado, la familia Letona se hace con la totalidad del accionariado. Para entonces, el resto de socios ya habían decidido centrar sus esfuerzos en las compañías siderúrgicas que estaban bajo su control.

La visión de sus gestores desemboca en 1993 en su primera gran decisión estratégica, su apuesta por centrarse en la maquinaria de manipulación, pero fabricando productos de mayor valor añadido. Ese mismo año se adopta el nombre de Credeblug. Sin embargo, se mantiene la denominación comercial Blug, una marca ya consolidada en el mercado.

En los hitos de la empresa, el inicio del nuevo siglo marca también un antes y un después en la compañía guipuzcoana. En 2005, y tras un largo periodo de reflexión, se realiza una modernización de la empresa y se decide competir con fuerza en el mercado internacional. El primer paso que se da es cambiar el modelo de gestión, que pasa de una estructura familiar a una más profesional. Igualmente, se abordan varios procesos que permiten una optimización de costes y una mejora de los procesos productivos, principalmente. A la vez se da una mayor relevancia al departamento de I+D para mejorar las capacidades y la eficiencia de sus máquinas en catálogo.

En 2005 se adopta también la decisión de dar un vuelco a su política comercial. Con un destacado liderazgo en el mercado nacional, se decide potenciar la presencia en nuevas zonas. La implementación de esta estrategia le permite colocar el 70% de sus máquinas en el exterior, frente al 30% de ejercicios anteriores. Asier Susaeta, gerente de Blug, afirma que en la actualidad la empresa vasca compite "de igual a igual" con los fabricantes holandeses o alemanes, referentes mundiales en este sector.

Susaeta tiene claro el camino que debe seguir la empresa. La conoce bien. Cuando finalizó su estudios de ingeniería hace siete años (Universidad de Mondragón, con posgrados en Francia e Inglaterra), se incorporó a la compañía y desde 2009 ostenta el cargo de director gerente. No tiene despacho y su espartana mesa se ubica en la cabecera del departamento de ingeniería.

"Tenemos ya pedidos para entregar en 2012 y prácticamente cubierto este ejercicio. Estamos a niveles de facturación de precrisis", afirma Susaeta. No obstante, en Blug la autocomplacencia no se encuentra en su libro de cabecera. Las nuevas tecnologías obligan a estar en permanente reconversión. "Tenemos una web con servicio 2.0 que permite a nuestros clientes búsquedas con resultados automáticos y solicitar online repuestos, realizar pagos, etc. Somos la primera compañía del mundo de nuestro sector en ofrecer esta asistencia" concluye Susaeta.

Juan Carlos Díez, administrador de Blug, es parte de la memoria de la empresa y comenta varias curiosidades. "Hace bastantes años mandamos unas máquinas a Cuba y resulta que faltaban piezas. Lo que ocurrió es que los operarios cubanos encargados de montarla se llevaron varias de ellas que les sirvieron para hacer un dominó", relata Díez.

Pulpos versátiles

Las anécdotas se suceden. "Nuestros pulpos -prosigue Díez- sirvieron hace seis años para manipular 5,76 toneladas de hachís que se quemaron en la incineradora de Sirusa (Tarragona)". En otra ocasión una de sus máquinas fue utilizada para descargar desde los acantilados un barco que encalló en la costa portuguesa.

Pero en Blug siguen mirando al futuro y apuestan por poner en marcha nuevos proyectos. "Actualmente estamos desarrollando pulpos que puedan trabajar a grandes profundidades con el objetivo de recuperar tesoros, galeones, etc. Vemos un nicho de negocio en las compañías que trabajan en profundidades superiores a los 1.000 metros", finaliza Susaeta.

Datos básicos

Historia. La compañía se creó en 1965. Ubicada en la localidad guipuzcoana de Azpeitia, cuenta en la actualidad con una plantilla de 22 personas, entre administración, oficina técnica, departamento comercial y taller.Más de 50 países. Las máquinas de Blug se extienden por más de 50 países. A lo largo de su historia ha fabricado más de 3.000 equipos para la industria siderúrgica y para el sector de manipulación, fundamentalmente.Cuatro millones. La facturación de la compañía vasca ronda los cuatro millones de euros. Su especialidad y sus productos de alto valor añadido la colocan sin embargo en la élite mundial del sector.Años clave. 1993 y 2005 se han revelado como los años clave en el desarrollo y la política de Blug. En 1993 apostó únicamente por las máquinas para la manipulación. En 2005 diseñó su plan de internacionalización.Salto productivo. Su estrategia a medio-largo plazo (5-10 años) es dar el salto productivo al continente asiático para atender el potencial que se abre en ese mercado, según asegura Asier Susaeta, director gerente.

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