Microsoft, Nokia, Cisco... entre los 'caídos' en busca del liderazgo
Decisiones erróneas, lentitud para innovar, burocracia entre las causas
A contrapié. Así han cogido las últimas tendencias del sector tecnológico, como los smartphones, las tabletas, las redes sociales o la nube (cloud computing), a muchas de las grandes firmas tecnológicas. La lista es larga y cada vez abulta más: Microsoft, Nokia, RIM, Cisco, HP, Acer, Oracle, SAP Algunos han pasado de ser líderes a seguidores en apenas dos años, de innovadores a meros continuistas. Otros todavía se preguntan cómo responder a los cambios. ¿Están a tiempo o es demasiado tarde?
"Con internet, el foco de la tecnología se ha desplazado de las empresas a los consumidores", apunta Alastair Edwards, analista de Canalys. Es una de las claves. Queremos utilizar lo mismo como consumidores que como empleados. Los smartphones, tabletas y aplicaciones que usamos en nuestra esfera personal se están colando en la empresa y, con ellos, Google, Apple, las redes sociales y programas sencillos, intuitivos y alojados en internet. Un fenómeno que en el lado del software ha cogido desprevenidos a Microsoft, Oracle y SAP, entre otros, y en el de los equipos a Nokia, RIM, HP o Dell.
El de Microsoft es el caso más sintomático. Sigue ingresando dinero a espuertas proveniente de Windows, Office y su software empresarial, pero se desangra en la unidad estratégica a futuro, la de servicios online, que cerró 2010 con pérdidas de 1.600 millones de euros y ya acumula 1.200 millones este año fiscal. No puede con Google en búsquedas y publicidad online, su apuesta en el móvil con Nokia es una incógnita y su presencia en redes sociales testimonial.
"Ha tardado demasiado en reaccionar a las nuevas tendencias", dice Edwards, quien lo achaca en parte a una falta de visión de su líder, Steve Ballmer. Rafael Achaerandio, de IDC, coincide, pero señala sus avances. "Bing está ganando cuota en EE UU, han lanzado Office 365, la compra de Skype es un acierto y creemos que Windows Phone 7 será la segunda plataforma en 2015, por delante de iOS".
Pocos mercados han cambiado tan rápido como el de los smartphones. Nokia, hasta hace poco líder mundial, lucha ahora por sobrevivir. Tim Shepherd, experto en móviles de Canalys, destila sus fallos en tres: conformismo, exceso de burocracia para innovar e incapacidad para entrar en EE UU. Y añade otros nombres en horas bajas: RIM, Motorola y Sony Ericsson. Frente a ellos, Apple, Google, HTC o Samsung han sabido crear tendencias o copiarlas rápidamente.
RIM es otro ejemplo de la nueva realidad. Su excesivo foco en el mercado empresarial, el lento lanzamiento de nuevos productos y el escaso éxito de la tableta PlayBook han recortado en un 54% el valor de su acción desde enero. "Su sistema operativo no ha cambiado en años", señala Shepherd. Las adquisiciones de las firmas The Astonishing Tribe y QNX podrían enderezar el rumbo.
En el terreno empresarial, la nube y el software como servicio han descolocado a históricos como Oracle y SAP. "Están en la posición más vulnerable, son muy dependientes de los departamentos de tecnología y estos cada vez tienen menos poder de decisión", dice Edwards, quien apunta a la necesidad de reconvertir sus tecnologías para hacerlas más intuitivas, abiertas y alojadas en internet.
Necesidad de reinventarse en la era post-PC
PC, portátiles y netbooks. Son las claras víctimas de los teléfonos inteligentes, las apps y las tabletas. Los pedidos de PC cayeron en España un 41% en el segundo trimestre, según IDC, y Forrester Research calcula que la venta de tabletas podría superar a la de portátiles el año que viene en EE UU y en 2013 en Europa. La era post-PC ha llegado demasiado rápido para HP, Dell, Acer y Asus.Todos han estrenado tabletas recientemente, como el HP TouchPad, que llegará a España después del verano desde 479 euros, el Acer Iconia Tab (450 euros) o el Asus Eee Pad (399). "No estoy seguro que estén lo suficientemente adaptados para este mundo que viene", dice Ricardo Pérez, profesor de sistemas de la información del Instituto de Empresa. Rafael Achaerandio, de IDC, coincide en que el viraje que tienen que dar es "salvaje", pero cree que están a tiempo.