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Pactan la participación privada en el rescate

Merkel y Sarkozy acuerdan una postura común sobre el segundo rescate a Grecia

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han logrado finalmente esta noche establecer una postura común sobre el segundo plan de rescate a Grecia. La delegación francesa ha precisado que este plan contempla la participación del sector bancario europeo.

Merkel y Sarkozy poco antes de su encuentro de anoche.
Merkel y Sarkozy poco antes de su encuentro de anoche.Reuters

Merkel y Sarkozy dieron ayer la primera buena noticia de calado a los mercados financieros en bastante tiempo respecto de la crisis griega: los dos líderes han acordado una postura común franco-alemana respecto de la participación privada en el rescate griego (una cuestión que, según había asegurado ayer mismo el ministro francés de Finanzas, François Baroin, es el único escollo para el acuerdo final). Terminado el encuentro, le comunicaron sus conclusiones al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para que así puedan incluirse en las consultas que mantiene para la reunión de líderes de la eurozona", según reza el comunicado hecho público por el Palacio del Elíseo tras el encuentro.

La reunión se prolongó por casi siete horas en medio de fuertes presiones del FMI y del BCE. De hecho, el presidente de este último organismo, Jean Claude Trichet, se sumó a la mesa en el último momento, un movimiento interpretado en Berlín como la señal definitiva que precisaba la cumbre del jueves para impulsar un acuerdo final. Y es que, hasta ahora, Trichet había rechazado tanto una reestructuración de la deuda griega como la intención de Berlín de implicar a los acreedores privados de Grecia, por el temor a que se interprete como una suspensión de pagos selectiva. Alemania ha insistido en el mantenimiento de esa aportación, a lo que la parte francesa se ha mostrado dispuesta a acceder, a falta de que se concrete el grado y fórmula en que se concretará. Merkel se anota una pequeña victoria.

Apenas un día antes, el BCE había insistido en que la única benigna sería la recompra de bonos griegos con dinero del fondo de rescate europeo (la llamada Facilidad Europea de Estabilidad Financiera) a condición de que los títulos se mantengan "vivos" hasta el momento de su amortización. De lo contrario, las agencias de rating podrían calificarlo como un impago. Berlín prefiere que los acreedores privados de Atenas (banca alemana y francesa, sobre todo) retrasen el cobro de sus deudas. Las agencias han advertido que este movimiento, como mínimo, sería considerado un "impago selectivo", lo que dejaría a la banca griega sin acceso a los fondos del BCE.

La reunión "in extremis" en Berlín fue convocada tras una conversación telefónica del martes entre Merkel y Sarkozy y en pleno revuelo por la advertencia de la canciller de que no debían esperarse "resultados espectaculares" de la cumbre del jueves ya que la crisis griega no se diluirá de la noche a la mañana.

Horas antes, la canciller había confiado en encontrar una solución para Grecia en la cumbre del jueves en Bruselas, y aprovechó para reiterar su apoyo a la intervención del sector privado en un posible programa de ayuda al país heleno. El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, matizó que a pesar de la necesidad de que Alemania y Francia trabajen juntos de cara a buscar esta solución, el acuerdo final no será decidido únicamente por Merkel y Sarkozy.

Este acuerdo da esperanzas a la reunión de hoy del Eurogrupo. Ayer mismo, el presidente de la Comsión Europea, José María Durão Barroso, hizo ayer un dramático llamamiento para que la zona euro resuelva en la cumbre de hoy la crisis de Grecia. El presidente de la Comisión Europea cree que un nuevo fracaso pondría en peligro la existencia del euro.

Los Gobiernos de España y Francia se expresaron ayer en el mismo sentido, y advirtieron que si los líderes del Eurogrupo no alcanzan un acuerdo en la cumbre de mañana en Bruselas, estará en juego el futuro de la propia UE. La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, y su colega francés, Alain Juppé, han lanzado este mensaje en una rueda de prensa después de la reunión mantenida en el Palacio de Viana con motivo de la visita oficial a España del ministro.

"Nos jugamos el futuro de Europa", ha avisado Jiménez, quien ha reclamado la solidaridad de todos los países para lograr un segundo rescate sobre Grecia que calme a los mercados. Juppé ha afirmado que hay esperanzas "fundadas y reales" en lograr un acuerdo mañana, porque, según él, "no hay otras opciones". La ministra de Economía, Elena Salgado, se mostró ayer "relativamente optimista" respecto de las posibilidades de la cumbre de hoy.

Más préstamos

El pacto del eje franco-alemán añade un punto más a la exigua lista de acuerdos respecto de la situación griega. No en vano, hasta ahora el único punto de la cumbre de hoy sobre el que parecía haber acuerdo atañe a la necesidad de mejorar las condiciones de los préstamos concedidos por la UE y la zona euro a los países rescatados (Grecia, Irlanda y Portugal). El plazo de amortización, de siete años y medio, podría alargarse hasta los 30 años. Y el tipo de interés (euríbor más 3% a partir del tercer año) podía rebajarse.

La medida aliviaría las necesidades de financiación que, en el caso de Grecia, ascienden a 162.000 millones hasta mediados de 2014, según la Comisión Europea. Del primer rescate quedan 45.000 millones y Atenas espera ingresar 30.000 millones a base de privatizaciones. Alemania confía en que el sector financiero contribuya con 30.000 millones, lo que dejará a la zona euro (y tal vez al FMI) con una nueva factura de 60.000 millones.

Grecia ya ha pagado cuatro plazos de los intereses del primer rescate (a un tipo máximo del 4%) y hasta principios de 2015 no empezará a devolver a la zona euro el principal.

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