Vídeos que nacen, se reproducen y no mueren
Watergun es una productora con oficinas en Madrid, Londres y Los Ángeles que difunde sus videoclips a través de las redes sociales
Watergun huele a futuro. Sus socios fundadores, tres treintañeros de Madrid, tuvieron el valor de firmar la creación de su compañía el mismo día de 2008 en que Lehman Brothers se declaró oficialmente en bancarrota. "El notario nos preguntó si estábamos seguros de lo que queríamos hacer y nosotros dijimos que sí. Íbamos a crear una empresa el mismo día que el mundo se iba a pique", recuerda Lucas de la Rúa, su director general y productor.
Desde entonces se han dedicado a abrirse paso en un mercado precario en condiciones desconocidas e inciertas y parece que están dando con la clave del éxito en estos tiempos turbulentos. No son una productora al uso sino que aportan sus propias ideas a los proyectos que tienen entre manos y les crean un "ecosistema" para que cada creación rente más y mejor. Sus vídeos no mueren en Youtube o en las salas de cine donde se presentan y ese es el "nicho de negocio" que pretenden les ayude en su camino para pasar de pequeños emprendedores a gigantes creadores.
Nos reunimos con Rafa Pavón en la sede de Watergun en el moderno Este londinense para que nos explique qué es eso de los vídeos con ecosistema. Los otros dos socios, Lucas de la Rúa y Ricardo Uhagón, nos contarán su visión de la empresa por teléfono, desde sus respectivas oficinas en Madrid y Los Ángeles.
El próximo paso de la empresa es que sus vídeos den el salto a los móviles inteligentes
"Poco a poco nos hemos ido dando cuenta de que por mucho que gastes en producir un vídeo, si al final muere en Youtube la grabación no renta". La clave está en las redes sociales, en los móviles de última generación y en los blogs. Por eso, ahora alargan la vida a sus creaciones en internet: después de lanzar los vídeos crean eventos, quedadas en la calle para participar flash mov (actuaciones callejeras improvisadas) relacionadas con sus vídeos musicales o con sus cortos.
El videoclip de un grupo musical llamado El Pescao les abrió los ojos. Querían hacer un trabajo especial para su canción Buscando el sol, pero no obtuvieron toda la financiación que esperaban. "Tuvimos que aguzar el ingenio", dice Pavón. Hicimos un vídeo de bajo coste pero tan divertido y original que en poco tiempo se convirtió en uno de los cinco más vistos de toda España". Ahora la red está llena de grabaciones de fans de El Pescao que han imitado de manera casera ese vídeo y hace poco hicieron un flash mov en la madrileña plaza de Santa Ana con el que lograron reunir a cientos de personas. Ese día los fans de El Pescao pudieron participar en otra regrabación del vídeo original junto con el cantante del grupo.
"Comenzamos como una productora pero pronto nos dimos cuenta de que ese concepto era demasiado estrecho: los productores son simples proveedores de servicios. Poco a poco nos hemos ido perfilando más como una empresa creativa que no solo produce contenidos sino que los crea, los distribuye y los promociona", comenta Pavón. Se han especializado en hacer vídeos musicales, cortos y animaciones, aunque su sueño es llegar a hacer cine. Ya han hecho trabajos en España para gente como El Canto del Loco y casas muy conocidas como Disney o Sony, y otras no tanto como Diageo o Stage Entertainment.
Por ahora tienen una plantilla de siete trabajadores fijos repartidos entre sus tres oficinas de Madrid, Londres y Los Ángeles. Además, trabajan allí donde se les llama con una amplia plantilla de actores, cámaras y montadores freelance que viven por todo el planeta: "Por ahora tenemos gente de confianza en Francia, EE UU, Reino Unido y Luxemburgo, pero estamos abiertos a trabajar por todo el mundo". También emplean a estudiantes con becas Leonardo, de primer empleo, etc.
El próximo paso de la productora es que sus vídeos den el salto a los móviles inteligentes. Recientemente han presentado en Los Ángeles un proyecto para un anuncio de una marca de bebidas en el que un skater salta con su monopatín de ola en ola y ya están en contacto con empresas informáticas para hacer el vídeo base para un videojuego que pretenden instalar en teléfonos y que será la continuación del anuncio. "Creando otras experiencias en otras plataformas, como inventando un videojuego relacionado con el vídeo o una competición de skate en paralelo... se crea un ecosistema que hace que la gente forme parte de la experiencia en vez de ser algo pasivo", explica entusiasmado Lucas de la Rúa.
Movilidad y una estructura flexible
Watergun tiene todos los elementos para ser la perfecta empresa poscrisis. Las condiciones contrarias en que comenzaron a caminar marcaron su personalidad. Hoy la gran baza de la empresa es su "total movilidad" por el mundo y la facilidad para filmar en diferentes localizaciones al mismo tiempo. Ahora, por ejemplo, están rodando una serie online que transcurre entre Los Ángeles y Londres y no necesitan desplazarse porque tienen equipo y material en ambas ciudades. Esa movilidad los hace más baratos y competitivos.Su gran arma es la red de profesionales de confianza que se han creado a este y el otro lado del Atlántico. "Las productoras que se establecían antes de la crisis aspiraban a ciertos lujos, a hacer los rodajes rodeados de algunas estructuras que para nosotros nunca han sido una posibilidad", comenta Rafa Pavón. Han nacido en un entorno diferente que les ha obligado a adoptar nuevas fórmulas.Emplear a freelances en sus grabaciones les da una gran movilidad y presencia en todo el mundo sin necesidad de tener oficinas en todas las grandes ciudades del planeta. Muchos de sus trabajadores siguen formándose a la vez que trabajan para ellos. Sus propios socios fundadores estudiaban másteres especializados en Londres, Nueva York y Madrid a la vez que sacaban a flote Watergun. Sin embargo, Lucas de la Rúa aspira a ir contratando "a quien se deje" para ir creando equipo. El próximo en entrar a formar parte de la empresa será el luxemburgués Eric Schockmel, que comenzó a colaborar como freelance.
Datos básicos
Origen. Aunque el colectivo Watergun se creó en 2007 con la unión de los directores Ricardo Uhagón y Rafa Pavón, no fue hasta un año después cuando Watergun Films nació oficialmente en Madrid. Comenzaron haciendo trabajos en España para artistas como El Canto del Loco. Entre sus clientes sobresalen marcas como Disney, Sony, Diageo o Stage Entertainment. Hoy cuentan con sedes en Madrid, Londres, desde 2009, y Los Ángeles, desde 2011.Tienen siete trabajadores fijos a nivel global y han obtenido ganancias anuales en sus tres primeros años de vida, que han sido reinvertidas en los equipos de rodaje, ordenadores y mobiliario de sus nuevas oficinas. También emplean a estudiantes con becas Leonardo y becas de primer empleo.Multidisciplinar. La oferta de la compañía crece porque trabaja en todas las disciplinas del sector audiovisual, dentro de la publicidad y el entretenimiento, y ofertan desde aplicaciones para iPhone hasta experiencias en directo con los artistas de sus vídeos. Ofrecen una alternativa a la publicidad clásica, que requería una gran inversión y a la que la crisis ha obligado a reducir costes financieros, de ahí que esta productora apueste por nuevos formatos de distribución en internet y los teléfonos móviles.Innovación. En sus producciones utilizan técnicas innovadoras como el mapping, que consiste en hacer proyecciones utilizando las formas de las superficies donde se proyectan las imágenes como mapas. Además, han hecho proyecciones en el agua. Trabajan con proyectos muy distintos, desde vídeos musicales, que no suponen grandes ingresos, hasta series online o documentales, como el que comenzaron a rodar a finales de junio en Letonia sobre la carrera espacial rusa, y publicidad, que es la rama del sector audiovisual donde hay más dinero.
Beneficios. Comenzaron en 2008 con un aporte de capital mínimo de 3.600 euros por socio. En los dos años y medio de vida de la empresa han logrado unos ingresos por ventas de aproximadamente 150.000 euros, cifra que esperan duplicar, de acuerdo con las previsiones del plan de negocio para los próximos dos años.