Como el día de la marmota, todo se repite
Ya está. Se han destapado las cartas. Se repite la historia de hace un año, la banca española tiene dos de las entidades más fuertes de Europa: BBVA y Santander, aunque en esta ocasión se invierten las posiciones en el ranking y el banco que dirige Francisco González adelanta a su más directo rival y se convierte en uno de los "más sólidos" del mundo, según explica su presidente.
Pero también es el país con más suspensos -palabra que intentó por todos los medios evitar pronunciar el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, pero que sí utilizó la ministra de Economía, Elena Salgado un día antes-. Cinco instituciones no han logrado superar los test de estrés si se toma como regla de medición la establecida por la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Catalunya Caixa, CAM, Unnim, Caja3 y Banco Pastor. La misma cifra que un año antes. En Grecia han suspendido dos y en Austria uno. Los bancos de Portugal, Irlanda, Grecia e Italia han aprobado todos. Es decir, España tiene el 62,5% de los cateados.
Utilizando un símil cinematográfico -el viernes el gobernador empleó bastantes-, las conclusiones de los test de estrés se parecen al día de la marmota vivido por Bill Murray en la película Atrapado en el tiempo.
Esta es la lectura rápida que se puede hacer de los resultados de los test de estrés presentados el viernes por el Banco de España y la EBA. Y es precisamente la lectura que a toda costa Ordóñez intentó desmontar en la rueda de prensa que dio el viernes a las 18.00 horas para explicar los resultados de los test de estrés.
The loser is.... o the winner is... bromeó el gobernador en un acto en el que Ordóñez empezó nervioso, algo más que en otras ocasiones, pero poco a poco comenzó a defender a la banca española y los resultados obtenidos en los test y pareció animarse.
Tanto se animó que parecía que las entidades que habían suspendido por el rasero de la EBA, pero no por el español -en el que se contabilizan las provisiones genéricas y los bonos convertibles-, estaban completamente sanas. No necesitan capital adicional, aunque alguna de ellas, como las dos cajas catalanas y la alicantina, están a la espera de recibir ayudas públicas y ser nacionalizadas.
Tanto se animó que presumió de que las provisiones genéricas no consideradas capital por la EBA han sido destacadas por varios países y han evitado que la banca española tuviese que recapitalizarse por 17.000 millones de euros.
Tanto se animó que incluso presumió de que había sido el primer gobernador europeo en pedir en el informe anual del Banco de España que se realizasen pruebas de resistencia a la banca de la UE y se publicasen sus resultados.
Tanto se animó que afirmó que fue él quien pidió al resto de sus colegas crear un supervisor europeo para poder reunirse de vez en cuando. Su idea ha sido el embrión de la EBA. Y tanto se animó que reconoció que durante la creación de los test de estrés y de los parámetros que se debían emplear para medir la salud del sector financiero europeo el Banco de España discrepó con la EBA. Pese a ello, defendió a este organismo, que cuenta solo con seis meses, y aseguró que no iba a descalificarlo. Un día antes Elena Salgado había criticado no a la EBA directamente, pero sí a los test que han sido más estrictos con España.
Ordóñez espera que una vez pasada la resaca de los primeros titulares negativos, los analistas destripen los innumerables datos aportados por las entidades financieras y comprueben la salud de la banca española. Y sean ellos los que juzguen. Y como primer argumento dio uno contundente, como lo fue el pasado año. En España se han sometido a esta prueba todos los bancos y cajas. En otros países como Alemania solo se examinaba el 50% del sector, y uno de ellos, Helaba, decidió un día antes no acudir a las pruebas al comprobar que suspendía.
Y como dijo Ordóñez, "la mejor forma de no suspender es no presentarse". Y repitió en más de una ocasión que si en España solo hubiese acudido la mitad del sistema financiero se hubiesen examinado BBVA, Santander, Bankia y La Caixa. Y posiblemente hubiesen aprobado con notable.
El problema es que España lleva casi tres años lastrados por las cajas y los inmuebles. Mucho tiempo para el mercado.
El Banco de España explica el sábado a los analistas los resultados de los test. Y será el lunes cuando se comprueben los efectos en Bolsa y a lo mejor en la prima de riesgo. Aunque tanto el gobernador como la ministra restaron importancia a la influencia de estas pruebas en el diferencial de la deuda soberana española. Varios bancos, como Santander o Sabadell, por poner el ejemplo de uno grande y uno mediano, también han tenido cita con los analistas. Todo para convencer de la buena salud de la banca española. Ordóñez recordó que un año antes estos test influyeron positivamente en los diferenciales de la deuda pública. La pregunta es ¿para qué repetir los test de estrés que pueden ser mal interpretados según se desprende de la intervención del gobernador si ahora uno de los principales problemas españoles, el elevado precio que tiene que pagar para financiarse, no está en sus manos? Le corresponde a la UE la respuesta: por transparencia. Pero si cada país mide por distinto rasero ¿cómo interpretar la transparencia?