Cataluña abandona el peaje en sombra y negociará con el Estado la Euroviñeta
La Generalitat de Cataluña escenificó ayer el giro de su política en materia de autopistas ante un nutrido foro de empresarios del sector concesional. El secretario de Territorio y Sostenibilidad, Francesc Damià Calvet, les contó que 344 kilómetros de carreteras con peaje en sombra evolucionarán hacia peaje explícito.
Cataluña es una luz que avanza hacia el futuro, mientras otras comunidades autónomas son farolillos rojos a las que ese futuro les sorprenderá", dijo ayer José Luis Feito, presidente de la patronal de las concesionarias de autopistas (Aseta), ante altos directivos de empresas concesionales como Abertis, Cintra, Itínere o Globalvía.
Fue en la jornada de cierre del curso sobre la Euroviñeta que se ha celebrado en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) y el elogio a Cataluña ponía en valor la intervención previa del secretario de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Francesc Damià Calvet.
Tras el cambio de Gobierno, el departamento que dirige Lluís Recoder ha tomado la determinación de abandonar la anterior política de diferir el pago de las infraestructuras, a través del peaje en sombra, y generalizar el peaje duro. Es decir, lo que fueron políticas para aliviar al conductor, haciendo que en distintas autovías pagara la Administración en función del tráfico, se ha convertido en una losa para los nuevos gobernantes.
Cataluña cuenta con 344 kilómetros de vías de alta capacidad operando bajo peaje en sombra. Según cálculos de Calvet, van a costar más de 180 millones al año hasta 2041. Una cifra a la que hay que sumar los más de 50 millones anuales en descuentos en peajes explícitos, para gravar lo menos posible a determinadas comarcas, y los más de 600 millones que cuestan cada ejercicio las infraestructuras financiadas bajo el método alemán. "La situación es insostenible e impide nuevas actuaciones a corto plazo, así como la sostenibilidad del coste de la red actual a largo plazo", señaló el representante de la Generalitat.
La primera solución apuntada desde el departamento del consejero Recoder es instalar cabinas de cobro en las carreteras con peaje en sombra. Una decisión que afectaría a vías de alta capacidad como el Eje Llobregat, Reus-Alcover, Vic-Ripoll, Maçanet-Platja d'Aro, Eje Diagonal y Eje Transversal. Y que se afrontaría cambiando los términos de las concesiones.
En las carreteras donde sea imposible variar los contratos hacia el peaje explícito sin convocar un nuevo concurso, se apuesta por la Euroviñeta, tasa que gravará el paso de los vehículos de más de 3,5 toneladas en función de los kilómetros recorridos y como compensación por su contaminación acústica y atmosférica.
"Estas medidas provocan rechazo. También lo hacen en Cataluña, pero es por el agravio comparativo con el resto de España. Es necesario un modelo uniforme de tarificación en las carreteras de alta capacidad para todo el Estado que evite distorsiones", señaló Calvet. Y aprovechó la presencia de la industria para adelantar que la Generalitat negociará con Fomento la creación de un consorcio que gestione la aplicación de la Euroviñeta (salvo en autopistas y túneles de peaje explícito) o la concesione al sector privado. En un principio, no deberían salvarse de la tarificación ni las rondas de Barcelona ni la propia A-2 entre Lérida y la Ciudad Condal, así como distintas carreteras secundarias.
Los ingresos irían a mejoras en las infraestructuras, a la corrección del impacto ambiental y la reestructuración del sector de los transportistas.
De momento trabajan en el diseño del nuevo modelo un grupo de políticos, empresas concesionarias, sindicatos, organizaciones empresariales y de consumidores (RACC y OCUC). Se pretende abrir la puerta a los transportistas.
En la Generalitat son conscientes de que Fomento no está por la labor de negociar la creación de ese consorcio o Agencia de Carreteras que pusiera en marcha la Euroviñeta. Por ello, se avanza a la espera de un nuevo Gobierno.
Madrid piensa ya en la R-1 y el cierre de la M-50
El viceconsejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Luis Armada, tiró ayer de programa electoral y avanzó la intención de licitar la radial 1 (que Fomento no pudo sacar adelante en el pasado) y el cierre norte de la M-50.La primera vía, paralela la A-1 entre Madrid y El Molar, "debería hacerse con la tercera parte de los 200 millones previstos en el pasado". Sobre el cierre del anillo M-50, valorado en más de 2.000 millones, el reto es acometerlo por menos de 1.000. En ambos casos se apuesta por peaje explícito.Armada asegura que se acotará el riesgo de las expropiaciones, que ha lastrado a las radiales, para atraer a la iniciativa privada.El representante madrileño rechaza la implantación de la Euroviñeta en estos momentos por el efecto que causaría en los transportistas y muy a pesar de reconocer virtudes a esta ecotasa.Las rondas de Barcelona y la A-2 desde Lérida serán tarificadas
Feito pide velocidad
De "festiva y estrafalaria" tachó ayer José Luis Feito la imposición de reducir la velocidad en autopistas y autovías: "El Gobierno se ha dado cuenta del ridículo y ha rectificado". En su opinión, se debería aprovechar ahora para permitir los 130 kilómetros por hora en autopistas.