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Otros 3 grupos, interesados

Leche Pascual se suma a la puja por Cacaolat

Leche Pascual es la cuarta empresa que ha presentado una oferta para comprar Cacaolat, en concurso de acreedores, por la que también pugnan firmas como Central Lechera Asturiana, Vichy Catalan y el grupo inversor Victory.

Vaso de degustación de Cacaolat
Vaso de degustación de Cacaolat

Según han revelado fuentes conocedoras del proceso concursal, Leche Pascual ha formalizado su oferta ante el juzgado número seis de Barcelona para comprar Cacaolat, que acumula un pasivo de 25 millones de euros y una facturación que ronda los cien millones anuales.

El presidente de Leche Pascual, Tomás Pascual, aseguró en Barcelona a finales de mayo que "Cacaolat es una gran empresa, interesante, y de la que habría que ver si la valoración es la adecuada", pero subordinó su interés por la empresa de batidos a que los propietarios decidieran venderla.

Precisamente ahora, el plazo para buscar compradores para la unidad productiva de Cacaolat ya está abierto, como ha dictado el juzgado mercantil número seis de Barcelona en un auto esta semana.

De hecho, tanto los administradores concursales, como los comités de empresa de las tres plantas de Cacaolat habían pedido que se pusiera en venta la unidad productiva como solución al endeudamiento de la filial de Nueva Rumasa.

A Leche Pascual, se le suman las tres compañías que ya habían mostrado su interés antes de que se abriera el plazo para presentar ofertas: Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), el grupo Vichy Catalán y el grupo inversor Victory Corporate Turnaround, especializado en reestructuración de empresas.

Precisamente dos de ellas cuentan con experiencia en el sector alimentario: la principal sociedad de Capsa es Central Lechera Asturiana, además de las participaciones que tiene en la catalana Ato, mientras que el grupo Vichy Catalán distribuye varias marcas de bebidas no alcohólicas.

Pese a las cuatro ofertas de compra, otras empresas alimentarias han mostrado su posible interés por la productora de Cacaolat y Letona en las últimas semanas.

Así, el presidente de Damm, Demetrio Carceller, declaró a principios de mes que a la cervecera le podría interesar Cacaolat, mientras que el presidente de Llet Nostra, Xavier Tubert, nunca ha cerrado la puerta a un movimiento similar, aunque su grupo no se ha sumado al proceso consciente de la dificultad de la operación por su dimensión y situación concursal.

En relación a la principal medida para mejorar la viabilidad de Cacaolat, el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal, los comités de empresa de Barcelona y Madrid alcanzaron el miércoles 22 un preacuerdo con la administración concursal.

El acuerdo supone que la planta en Utebo (Zaragoza) continuará paralizada, situación en la que se encuentra desde que comenzó el proceso concursal de la matriz Clesa, ya que el ERE afecta en este caso a la totalidad de sus 106 empleados, según explica el comité de empresa en Aragón.

Las plantas catalanas de Barcelona y Parets del Vallés quedarán proporcionalmente menos tocadas y el ERE afectará principalmente a empleados de las áreas comerciales y administrativas, según fuentes sindicales catalanas.

Los trabajadores ratificarán en asamblea el preacuerdo alcanzado esta semana en los próximos días.

La planta de Cacaolat en Barcelona, que concentra tanto el proceso de fabricación como las áreas de dirección y comerciales, ya no es propiedad de la empresa por una venta inmobiliaria de Nueva Rumasa a Marina Proactiva en 2008. En Parets del Vallés (Barcelona) se centraliza la logística y el reparto de los productos de Cacaolat y Letona.

Nueva Rumasa presentó el pasado 18 de marzo el concurso voluntario de acreedores para Cacaolat en los juzgados de Barcelona.

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