Once consejos acerca de lo que se debe hacer antes de comprar
1. Sea racional. Sobre todo, hay que tener en cuenta nuestras necesidades reales. ¿Cuánto nos queremos gastar? ¿Qué tipo de coche nos hace falta (un turismo, un todoterreno, un SUV, un monovolumen, en realidad me hace más falta una nevera...)? ¿Qué tamaño necesitamos? ¿Cuántos kilómetros vamos a recorrer con él?
2. Confíe en sus gustos. Hoy en día, todos los coches tienen una calidad aceptable (siempre hay modelos que dan problemas, pero eso es una cuestión imprevisible). Así que si tiene predilección por una marca, láncese. Eso sí, tenga en cuenta el consejo número 1.
3. Vigile el mercado. A menudo, las marcas a las que no le van muy bien las ventas tienen que recurrir a descuentos más agresivos. Lea la prensa (la económica es la que mejor información aporta) para enterarse de a quiénes les va bien y a quiénes no. Y no tenga piedad.
4. ¿De verdad quiere la última novedad? El consejo anterior vale para los modelos. Si una compañía va a lanzar la nueva generación de un coche, la anterior pierde valor de forma automática. Si no tiene prejuicios, no lo dude, compre la anterior.
5. No se limite a un concesionario. Las automovilísticas no funcionan como una cadena de ropa. Por lo general, sus tiendas son propias. En el motor, cada concesionario es precisamente eso: una concesión de un empresario franquiciado que tiene margen para variar el precio. No tenga miedo, vergüenza ni mala conciencia por usar la oferta de uno para lograr una rebaja en otro.
6. Pregunte por el km 0. Los concesionarios necesitan cumplir con los objetivos pactados con las marcas si quieren lograr sus rápeles. Así que en muchas ocasiones recurren a las llamadas automatriculaciones, es decir, se compran y matriculan ellos mismos los coches. Así cuentan como coches vendidos. Luego, claro está, tienen que venderlos. Y venderlos rápido, porque mantenerlos les generan costes adicionales. Un coche matriculado pierde valor automáticamente.
7. No se deje embaucar. Piense con frialdad. La lista de accesorios que puede incorporar un coche puede ser interminable. Un camarero siempre querrá que se tome una copa más; el vendedor de un concesionario siempre querrá que compre otro extra. Adquiera solo los que le hagan falta, no se deje llevar por el ímpetu del momento. ¿En realidad le hacen falta unas llantas Minneapolis de 16 pulgadas, una pantalla táctil con GPS y ordenador de a bordo, la calefacción de los asientos, 30 caballos más de potencia o DVD hasta en el maletero?
8. Nunca es como en la foto. Pasa como en los restaurantes: nunca es tan bonito como en la foto. Cuidado con las versiones anunciadas; normalmente se publicitan las dotadas del máximo equipamiento y, sin embargo, la versión ofertada suele ser la más básica. ¡Ni siquiera traen de serie el atractivo acompañante de los anuncios! Y es normal que el desencanto le lleve a pensar: ¡bah, por 2.500 euros...!
9. Negocie las condiciones. A veces puede ser más interesante acudir a nuestro propio banco que recurrir a la financiera de marca, que suele tener letra pequeña con comisiones de estudio, gastos de apertura y de cancelación. Quizás el banco también tenga esas pegas. Por eso es mejor mirarlo todo de nuevo. Y claro, fíjese bien en el precio final. Y cuidado con reclamos como "por solo un euro al día", porque, además, suele comportar una entrada o una última cuota bastante alta.
10. Vigile los impuestos. Esta recomendación vale para todos los aspectos de la vida. Pero en los coches también. Ha de pagar solo lo que tiene que pagar. Y, sobre todo, recuerde que para el común de los mortales, la del coche es la segunda mayor compra que se lleva a cabo en la vida. Ha de estar muy seguro antes de firmar el contrato, y no olvide pedir una factura cumplimentada.
11. Piénselo de nuevo y relea este artículo. Lo dicho: la compra de un coche es delicada, así que consúltelo con la almohada. Aunque no le responda.