Inversores y exportadores apuntan hacia Turquía
Por su situación estratégica y crecimiento económico, es un país prioritario para España
Turquía se encuentra entre los países emergentes más sobresalientes del mundo, con un crecimiento del PIB de casi el 9% en 2010. Por localización geográfica, el país es estratégicamente muy relevante, linda con Oriente Próximo y la Unión Europea; está cerca de los recursos energéticos de los países árabes y es zona de paso para los del Cáucaso.
Turquía tiene una economía muy diversificada. La mayoría de los sectores de actividad ofrecen buenas oportunidades de inversión para las empresas españolas. El Icex ha identificado como prioritarios la energía, el sector bancario, la construcción, la industria auxiliar del automóvil, el turismo y la agroindustria.
El programa de inversiones públicas en marcha en el país contempla ambiciosos proyectos de construcción de infraestructuras, como la finalización de la línea de tren de alta velocidad entre Ankara y Estambul y la construcción de la línea Ankara-Konya, en el centro del país, además de otras líneas ferroviarias, o proyectos de construcción y reconstrucción de autopistas y autovías, así como trabajos de reforzamiento de puentes y viaductos para hacerlos más resistentes ante posibles terremotos. Este programa también incluye la ampliación de la capacidad operativa de varios puertos en el mar Egeo. Por otra parte, se está llevando a cabo un plan de privatizaciones que incluye, entre otros, los sectores de distribución, energía, banca, transporte y telecomunicaciones.
Nuestro país es el octavo cliente y proveedor a nivel mundial
La inversión española ha pasado de 17,5 millones de euros en 2004 a 311,4 millones de euros en 2009. En los últimos tiempos el sector de fabricación de minerales no metálicos ha recibido la mayor parte del capital español, destacando la extracción de mármol. También las aseguradoras, las grandes constructoras y un buen número de consultoras e ingenierías se han fijado en el mercado turco para seguir sus procesos de internacionalización.
Otro sector interesado en este mercado es el de las nuevas tecnologías. El Estado turco prima a las empresas extranjeras que instalan centros de I+D en el país con rebajas fiscales, cesión de terrenos y otro tipo de ventajas. Por último, destaca la presencia de empresas industriales, sobre todo auxiliares de la industria automovilística.
La inversión turca en España es escasa, aunque ha tenido un significativo aumento debido a las pequeñas inversiones en el ámbito comercial, sobre todo en hostelería y turismo que, de momento, centran el interés de las empresas turcas en nuestro país.
Desde el punto de vista de los intercambios comerciales entre los dos países, el año pasado España ocupó el octavo lugar entre los principales clientes a nivel mundial, con más de 3.000 millones de euros, un 16% más que el año anterior; también fue su octavo proveedor global, con más de 3.750 millones de euros, un 32% más que en 2009. El 29% de las compras españolas son productos textiles; Turquía compra a España sobre todo componentes para la industria automovilística, que suponen el 28%.
Turquía forma parte de los planes integrales de desarrollo de mercados (PIDM) que el Gobierno tiene en marcha con el fin de fomentar las relaciones económicas y comerciales de España con países considerados prioritarios. Según el FMI, este año la economía turca crecerá un 4,6% y un 4,5% en 2012.
Los molinos españoles se posicionan
Turquía no se encuentra todavía entre los primeros productores de energía eólica, pero se considera que su potencial es el mayor del continente europeo; y las empresas españolas del sector quieren aprovechar esta oportunidad. "Turquía es un mercado prioritario para nosotros", dice Alberto Ceña, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).La energía del viento tiene ya un cierto recorrido en el país. En 2010 había 2.000 megavatios en explotación, 460 en construcción y autorizados unos 3.000 megavatios más, lo que supone 20 veces menos que la potencia instalada actualmente en España. "Hoy solo el 2,5% de la electricidad que se consume es eólica, pero el objetivo es llegar a 20.000 megavatios en 2023, lo que supondrá un 30% de la demanda", comenta Ceña. El operador de la red eléctrica turca es reticente al incremento de energía eólica por las dificultades que pueda plantear su integración en el sistema. Pero "como en España se ha avanzado mucho en ese sentido, hemos tenido intercambio de información y experiencias y se van convenciendo de que con altos niveles de eólica el sistema es manejable".Entre otras empresas españolas, Gestamp se acaba de estrenar en el mercado turco con la puesta en marcha de su primer parque eólico, un proyecto que ha supuesto una inversión de 35 millones de euros.