El SMS, un buen negocio pese a la guerra de precios
La guerra de precios que envuelve en la actualidad a las operadoras españolas ha llegado a los SMS. La gran irrupción fue la protagonizada por Orange que, la pasada semana, incluyó en su oferta Básico 6 mensajes SMS a un precio de seis céntimos. La rebaja es considerable puesto que Telefónica, en su Tarifa 6 (la oferta homóloga) comercializa estos mensajes breves de texto por 15 céntimos.
Vodafone también ha lanzado sus ofertas en el campo de los SMS. En la tarifa XS6 los mensajes cortos tienen un precio de 15 céntimos si bien en su tarifa XS8 cuestan ocho céntimos. De igual forma, en sus ofertas de tallas @M, @L y @XL, adaptadas para hablar y navegar, regala hasta 350 SMS.
Dentro de esta pugna, y a la espera de posibles movimientos, Yoigo ofrece precios por los SMS (a destinos tanto nacionales como internacionales) de entre ocho y diez céntimos. Por ejemplo, su tarifa más barata, La del Seis, incluye mensajes de texto por diez céntimos.
La cuestión es que, pese a esta presión sobre los precios y la competencia de vías de comunicación nuevas como las redes sociales, los SMS siguen siendo un buen negocio para las operadoras. Según explican fuentes del sector, el coste de producción y transporte de estos mensajes es prácticamente cero. "Los SMS circulan sobre un canal específico dentro de la red ya instalada y no tienen prácticamente coste", indican estas fuentes, que recuerdan que el único problema es que tienen una capacidad limitada que se ha sobrepasado en ocasiones en acontecimientos o momentos puntuales como la Nochevieja o en acontecimientos como partidos de fútbol en estadios donde se concentra una gran cantidad de gente. Las operadoras, en general, no suelen hablar sobre la rentabilidad de los mensajes cortos, pero lo cierto es que las redes ya están instaladas desde hace muchos años y los SMS pueden correr por ellas como lo hace la voz. Al contrario que el internet móvil, que se mueve mejor por el 3G que por el GSM, a los SMS esta diferencia de tecnologías no le importa demasiado.
De todas maneras, los mensajes cortos se enfrentan a rivales duros como la penetración cada vez mayor de servicios de mensajería instantánea como el Whatsapp o el Blackberry Messenger, además de a las aplicaciones de mensajería de redes sociales como Facebook y Twitter a las que se puede acceder bien a través de la propia red móvil mediante la contratación de las cada vez más frecuentes tarifas planas o bien a través de los puntos de acceso a la red por wifi. En estas circunstancias, las operadoras están incluyendo en sus ofertas de SMS gratuitos al contratar un conjunto de servicios como es el citado caso de Vodafone con sus tarifas de tallas.
Esta presión de precios unida a la oferta de internet móvil sí está teniendo efecto sobre la facturación de las operadoras en este ámbito. La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) recordaba la pasada semana en su blog que los ingresos de los operadores por mensajes cortos bajaron un 19% en el cuarto trimestre de 2010, hasta 317 millones de euros.
Uso extendido
No obstante, el uso sigue siendo amplio. Por ejemplo, Orange, que vio cómo la utilización de los SMS no solo se ha mantenido sino que en el primer trimestre del año registró un crecimiento del 5% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
En términos generales, no obstante, el regulador advirtió que el uso de esta fórmula de comunicación no decae. Así, según los datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en 2010 se enviaron 6.100 millones de SMS en todo el mundo, el triple que en el año 2007 (en 2013 se enviarán en todo el mundo hasta 10.000 millones de mensajes de texto). Estos expertos señalan que se envían cada segundo un total de 200.000 mensajes cortos. La consultora Portio Research indica que el mercado mundial de mensajería móvil registró unos ingresos de 179.200 millones de dólares en 2010 y las previsiones apuntan a que se superarán los 200.000 millones en 2011 y los 300.000 millones en 2014. Eso sí, para después de 2015 estos expertos advierten de un futuro menos cierto para los SMS, aunque todavía queda tiempo para que las operadoras puedan explotar el negocio.