Las grandes fortunas españolas siguen liquidando sus Sicav
La familia Del Pino y el inversor Bhavnani han cerrado dos de sus sociedades de inversión
Amancio Ortega abrió la veda. En diciembre de 2010, el dueño de Zara daba un vuelco a su estrategia de inversión al anunciar el cierre de Keblar y Alazán, sus dos mayores sociedades de inversión de capital variable (Sicav). Con esta operación, Amancio Ortega obtenía más de 200 millones de euros.
Pocos meses antes había entrado en vigor una reforma fiscal que limitaba sus virtudes. Hasta ese momento, las plusvalías de las Sicav tributaban al 1% (frente al tipo general del 30% para las sociedades ordinarias). Pero las reducciones de capital no sufrían gravamen alguno. Por eso, para evitar al fisco, muchas retiradas de dinero se disfrazaban bajo la fórmula de reducciones de capital con devolución de aportaciones. Sin embargo, el Gobierno acotó estas actuaciones obligando a declarar estos retornos como renta del ahorro, es decir, al 19% o al 21%. Los expertos, en todo caso, no creen que la medida haya afectado al atractivo de estos vehículos financieros. Y es que las reducciones de capital son empleadas únicamente por las sociedades más voluminosas. Mientras no se toque el 1% en el impuesto de sociedades, las Sicav mantendrán muy alta su rentabilidad.
Sin embargo, parece que cerrar las Sicav vuelve a estar de moda. En el primer trimestre, la familia Del Pino ha liquidado Caneeltoo, mientras que el inversor Ram Bhavnani ha cerrado Valle Pallin.
La última reforma fiscal acota el atractivo de este vehículo financiero
Pablo Torralba, director de la oficina en Madrid de Edmond de Rothschild, explica que "el patrón general puede ser que necesiten circulante para otras inversiones o para una actividad empresarial propia. También puede ser que se destine a otras inversiones diferentes a las del mercado financiero como inversiones inmobiliarias. A las empresas les cuesta carísimo acceder al crédito financiero".
También hay quien apunta a la publicidad que tienen las Sicav como el principal motivo para su cierre. Héctor Vera, asociado sénior de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, puntualiza que "en la CNMV se puede ver quien es el propietario de la Sicav y si gana o pierde dinero. La confidencialidad es un aspecto muy importante por el que se puede decidir liquidar estos vehículos financieros". Otros expertos apuntan la ineficiencia de tener varias Sicav en cartera y señalan que ya desde 2010 se está produciendo una reestructuración patrimonial de los vehículos de inversión. En 2010, según VDOS, el patrimonio gestionado por las Sicav se situó en 26.065 millones.
De hecho, la empresaria Alicia Koplowitz ha logrado al segundo intento la licencia de la CNMV para transformar su Sicav Alpes 2000, con un patrimonio de casi seis millones, en una sociedad de inversión libre.