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Decisiones autonómicas

Farmacéuticas y médicos, contra la limitación de las prescripciones

Los facultativos advierten de que un tratamiento tardío eleva los costes

La resaca poselectoral ha sacado a la palestra por enésima vez el debate acerca de la factura médica. En tanto que competencia transferida a las comunidades autónomas, son estas las que deciden cómo y de dónde recortar gastos en sanidad. Los medicamentos, que en España son subvencionados por las Administraciones, representan una de las mayores partidas en el capítulo de la salud.

El Estado ha llevado a cabo en el último año varias iniciativas para reducir el montante, incluyendo dos reales decretos para reducir los precios de los fármacos. Según datos del Ministerio de Sanidad, el desembolso en medicamentos se redujo en un 2,3% en 2010 respecto al año anterior, hasta situarse en torno a los 12.200 millones de euros.

Pero la última palabra la tienen las autonomías. Y su actuación dista de ser homogénea. Andalucía, por ejemplo, estudia sacar a concurso público algunos principios activos y adjudicar su suministro a la compañía que los ofrezca al precio más bajo. Cataluña, por su parte, baraja pagar los fármacos en función de su rendimiento.

"El mercado de fármacos se rompe", señala la patronal

Uno de los métodos más empleados por las autonomías es restringir o alterar el listado de medicamentos que pueden ser recetados por los facultativos. El caso más acusado es el de Galicia, que directamente ha recortado la lista de medicamentos financiados por el Servizo Galego de Saúde (la iniciativa se encuentra ahora mismo pendiente de resolución del Tribunal Constitucional, órgano al que recurrió el Gobierno). Un ejemplo más sutil es el de Castilla-La Mancha, donde se ha prohibido la prescripción electrónica (aunque se permite en papel) de 147 compuestos.

Desde Farmaindustria, la patronal de las farmacéuticas, se lamentan de que el Consejo Interterritorial de Sanidad no haya conseguido poner de acuerdo a las autonomías acerca de cómo atajar los recortes de gasto. "Las empresas se ven obligadas a trabajar con 17 regulaciones distintas en un mismo país", apuntan fuentes de la patronal. "Llevamos tiempo denunciando que se está produciendo una ruptura del mercado", añaden. "Hay compañías a las que se les impide distribuir ciertos medicamentos en ciertas regiones. No hay un sistema nacional de salud, sino que en función del territorio se es ciudadano de primera o de segunda".

A las protestas de las farmacéuticas se unen ahora las asociaciones de médicos. La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) sacó la semana pasada un comunicado reclamando la libertad de prescripción de medicamentos. De manera paralela lo ha hecho también la Sociedad Española de Reumatología (SER), especialidad médica incluida en las enfermedades crónicas, que son las que más costes acarrean (60% del gasto en sanidad).

Gestión abierta

"Somos conscientes de que el país atraviesa un momento complicado", apunta el doctor Eduardo æscaron;car, presidente de SER. "Las Administraciones tienen que entender que es más barato tratar pronto y rápido a los pacientes que hacerlo tarde, cuando la situación puede haber empeorado. Según un estudio de la propia SER, el gasto medio en medicamentos para los enfermos reumáticos es de unos 6.000 euros anuales. En función de la gravedad, la horquilla se abre desde los 119 euros a los 29.000. Conviene, pues, prevenir el empeoramiento de las patologías.

"Nosotros le pedimos al Gobierno que nos deje participar en el modelo de gestión. Se debe contar con los médicos, porque somos los que recetamos", señala æscaron;car. El gasto farmacéutico en reumatología supone el 21% de la factura, a la que hay que añadir consultas, instalaciones, personal, etcétera. "Lo más eficiente para reducir la factura sanitaria es incidir en el otro 79%", sentencia

"Los fármacos del mismo tipo no responden igual"

La queja fundamental de la Sociedad Española de Reumatología (SER), igual que la de Facme, es que la limitación de los medicamentos susceptibles de ser recetados juega en contra de los propios pacientes."Existen protocolos supervisados por la AMA American Medical Association que describen los efectos de un mismo fármaco sobre pacientes de distinto peso, talla, edad, dolencias, etcétera", señala Eduardo æscaron;car, presidente de SER. Y añade: "Limitar el rango de medicamentos disponibles rompe esta clasificación. No es cierto que todos los fármacos del mismo tipo sean iguales. Su respuesta varía en el paciente en función de muchos aspectos. No podemos funcionar solo con tres medicinas de cada tipo", sentencia.

La cifra

12.211 millones de euros fue el gasto farmacéutico en 2010 a través de recetas oficiales del Sistema Nacional de Salud.

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